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lunes, 24 de enero de 2011

que acaben las broncas. si Evo es el primer bronquero. tediosa y desprolija actuación. los culpables son otros es la muletilla reiterada


Nada nuevo bajo el sol dejó la prolongada, tediosa y desprolija alocución del presidente Evo Morales Aima con motivo del primer año del ‘Estado Plurinacional’ que se festejó por todo lo alto en la ciudad sede de Gobierno, mientras que en el resto del país la celebración pasó casi inadvertida. Como que para el grueso de la población boliviana no había motivo de qué regocijarse en una fecha, la del 22 de enero, declarada inclusive como ‘feriado nacional’.
En tres horas y media de discurso, el jefe de Estado -sin poder disimular su incomodidad frente a los papeles que tenía sobre el atril- habló con largueza de cifras y de forzosas comparaciones con otras gestiones gubernamentales a las que cargó poco menos que todas las culpas del desbarajuste actual. Cuando se esperaba un mensaje de rectificación y con al menos una pizca de autocrítica tras la reciente ‘embarrada’ del gasolinazo, el mandatario se ocupó de describir, citando números y más números, el país del ‘Power Point’ como certeramente lo apuntara un analista atento a la intervención presidencial que dejó sabor a poco porque soslayó el día a día de los bolivianos que, entre el hartazgo y la desesperación, soportan desde hace tiempo la escasez y/o carestía de artículos de primera necesidad.
No obstante, el Presidente convocó a los sectores productivos a establecer una alianza para garantizar la seguridad alimentaria en Bolivia. En tal sentido, hay cierto avance después de un encuentro de Evo Morales con las cabezas de aquellos sectores y que los empecinados en las soluciones por la vía del desastre, se han apresurado en descalificar tildando de ‘traidores’ -vaya saberse a qué causa- a los que hace poco acudieron a Palacio Quemado para reunirse con el Presidente.
Volviendo al discurso presidencial, Morales puso sobre el tapete el ‘cáncer’ que afecta a la economía nacional por la subvención de los hidrocarburos y convocó al debate a los ‘movimientos sociales’ porque ya se sabe que Evo gobierna obedeciendo al pueblo. Para muestra evidente está el ‘reculazo’ de hace algunos días cuando por la creciente protesta social, el primer mandatario tuvo que dar marcha atrás rápidamente dejando sin efecto la osada medida de elevar, como nunca antes, el precio de los combustibles.
El presidente Evo admitió, por otra parte, las debilidades en la lucha contra el narcotráfico por la falta de equipos y apoyo tecnológico que le hicieron demandar una mayor cooperación a la comunidad internacional. Después de la expulsión de la DEA para que del ‘imperio’ no quede huella en el país, la ilícita actividad registra un más que inquietante crecimiento en territorio boliviano.
Como para matizar sus referencias con relación al litio cuya futura explotación dizque representa el largamente anhelado salto cualitativo al bienestar y a la modernidad que le hace falta dar a Bolivia, a S.E. no se le ocurrió nada mejor (o peor) que hablar de la ‘pronta recuperación de Atacama’, lo que poca o ninguna gracia debe haber causado a los chilenos tan suelta y alegre referencia a sus dominios territoriales y que, en todo caso, podría tensar la relación bilateral. Aunque como quiera que más allá de nuestras fronteras ya es conocido el talante de Morales Aima, probablemente se tomen con agua sus recientes expresiones.
Acaso el aspecto más saliente del discurso del presidente del Estado Plurinacional fue una exhortación, formulada casi al final de su extenuante mensaje: que acaben las broncas entre los bolivianos por el bien del país y para trabajar por su desarrollo.
Tras cinco años de confrontación estimulada desde las propias esferas gubernamentales, hay que tomarle una vez más la palabra al jefe de Estado. No más broncas y más gestión. ¡Falta que viene haciendo en Bolivia!
Que pasando de las palabras a los hechos que sea don Evo Morales el primero en cumplir con su pública y necesaria exhortación.


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