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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Nilda Coca y Nelson Cox, ministra la primera y viceministro el segundo pidieron la intervencion de los marchistas al Fiscal General. Deberían irse del Gobierno que también son culpables. Son los burladores de la Ley 2640 que ordena el resarcimiento a las víctimas de la violencia, justamente.


La denuncia fue recibida por el fiscal asistente adscrito al despacho de la Fiscalía de Distrito de La Paz, Facundo Coronel, a las 20.35 del sábado 24 de septiembre, según se registra en la parte superior derecha del memorial al que tuvo acceso La Razón. Coronel hace constar la recepción en forma manuscrita y con su firma. El procedimiento regular es que la denuncia sea recibida por Ventanilla Única.
De acuerdo con el documento al que accedió este diario, que está dirigido a la fiscal de Distrito de La Paz, Betty Yañíquez, las autoridades citadas, solicitaron “la intervención de la fuerza pública” porque el sábado 24 de septiembre un grupo de marchistas que se opone a la construcción de un tramo carretero por la región del TIPNIS tomó como rehenes al canciller David Choquehuanca, al viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, César Navarro, y al general de la Policía Edwin Foronda, a quienes obligaron a marchar.
“Toda vez que han sido de conocimiento público las acciones beligerantes de los autores de los hechos denunciados, las cuales presentan una situación de riesgo y peligro contra la integridad de las personas y uniformados policiales que pudieran encontrarse involucradas en el sector de la marcha, velando por el cumplimiento efectivo de las garantías constitucionales, a fin de preservar la vida y la de evitar enfrentamientos en la localidad de Yucumo (…) solicitamos respetuosamente requiera la intervención de la fuerza pública en caso necesario”, señala a denuncia.
Marcha. Los encargados de firmar el documento son la Ministra y el Viceministro de Justicia; además del jefe de la Unidad de Gestión Jurídica, Denis Rodas; y el asesor legal de Asuntos Jurídicos, Fernando Rivera, del Ministerio de Gobierno y en su calidad de “apoderados” de Sacha Llorenti.
En horas de la mañana de ayer, Llorenti comunicó la renuncia del viceministro de Régimen Interior y Policía, Marcos Farfán, a quien derivó la responsabilidad de la violenta intervención de la marcha indígena del domingo, donde al menos hubo 30 heridos.

POSTURA. “Para nada hemos pedido que se intervenga la marcha, hemos pedido que se investigue, se libre todos los requerimientos necesarios”, dijo Cox al referirse al documento. Indicó que “para cualquier requerimiento, siempre, por estilo, se solicita que se requiera la intervención de la fuerza pública en caso necesario”.
Aclaró que el rol del Ministerio de Justicia fue formular la denuncia y que de la gestión jurídica se encargó el Ministerio de Gobierno. “Ellos han coordinado con la Fiscalía (...) nosotros hemos suscrito como autoridades denunciando”, manifestó Cox.
Además, se remitió al memorial de la denuncia, donde relatan que el canciller Choquehuanca fue interceptado y rodeado abruptamente por un grupo de personas que le obligó a participar de la marcha “mediante empujones y forcejeos para romper el cerco de seguridad de la Policía, mediante el uso de la fuerza con violencia y ataques con flechas, llevándolos por delante como escudos humanos e hiriendo a algunos policías con dichas armas”.
En el documento detallan que se les tomó como rehenes durante dos horas y media y que les obligaron a marchar aproximadamente siete kilómetros, además que en el ínterin “varios efectivos policiales fueron objeto de atentados contra la vida y la integridad física (…) hechos que se adecúan en los artículos 128 (atentados contra el Presidente y otros dignatarios de Estado), 132 (asociación delictuosa), 251 con relación al 8 (tentativa de homicidio) y 334 (secuestro) del Código Penal”.

Víctimas. Además de las autoridades de Gobierno, el memorial identifica como víctimas a cuatro policías con distintas lesiones, por lo que se solicita librar los requerimientos necesarios y se active la investigación correspondiente, “bajo los principios de unidad y cooperación que rigen al Ministerio Público”.
La fiscal de Distrito, Betty Yañíquez, admitió el lunes la existencia de una denuncia del Ministerio de Gobierno y afirmó que requirió la cooperación de la Fiscalía de Distrito de Beni, aunque aclaró que “se pidió el registro del lugar de los hechos, en referencia a la denuncia por los policías heridos”, lo que significa que sólo debían ir al lugar y recabar elementos de convicción (flechas, testimonios u otros) que ayuden a esclarecer las circunstancias.
Al respecto, el fiscal general del Estado, Mario Uribe, señaló que “en absoluto, no existe una solicitud de la Fiscalía General para una intervención”; no obstante, Llorenti, ayer, volvió a ratificar que existía la orden fiscal.

Defensor en la zona
En San Miguel de Chaparina se encuentra el defensor del Pueblo, Rolando Villena, quien opinó que existen “gravísimas contradicciones en cuanto al manejo de políticas de disuasión de los conflictos sociales en el Gobierno”, de acuerdo al reporte de  La Razón. El fin de semana, la Defensoría del Pueblo fue criticada por las autoridades de Gobierno, toda vez que no habría estado cuando se tomó de rehén al Canciller.

Ministerio Público inicia investigación
El fiscal de Distrito de Beni, Hugo Vargas, y su colega de San Borja, Juan Ernesto Muñoz, se encuentran en San Miguel de Chaparina para investigar lo sucedido el sábado y domingo en esa localidad beniana. Los representantes del Ministerio Público tomaron fotografías y declaraciones a los indígenas y testigos del lugar, según constató el periodista de La Razón enviado al Beni.
Esta actuación se enmarca en el requerimiento de cooperación que habría solicitado la Fiscalía de Distrito de La Paz, para esclarecer las circunstancias en que resultaron heridos el Sgto. segundo Prudencio Machicado Q., quien fue atravesado por una flecha en el rostro; el Tcnel. Miguel Venegas, lesionado con otra flecha en la mano derecha; y otros dos sargentos, de quienes sólo se conoce que apellidan Campusano y Mamani, mismos que habrían sido heridos en el tobillo y la pierna.
El fiscal Vargas explicó que se iniciaron dos procesos: uno que investiga lo ocurrido el sábado, cuando el canciller David Choquehuanca fue obligado a marchar junto a los indígenas, y otro para dilucidar lo sucedido el domingo, cuando la Policía reprimió a los originarios.
Además, la Fiscalía General anunció la conformación de un equipo de fiscales encargado de reforzar las investigaciones de la violenta intervención de la fuerza pública. Estará dirigido por el fiscal de recursos Orlando Riveros Baptista, además de los peritos del IDIF Jorge Melgarejo, Leonardo Flores Pita, Guillermo Humérez y Franklin Vargas, quienes deben reforzar a los que ya están en el lugar, según ANF.

martes, 27 de septiembre de 2011

texto que acompañó la TV de Madrid, el video que ha sido repetido por lo menos 8 veces entre anoche (noche del lunes) y esta mañana en su canal internacional, provocando un fuerte impacto emocional.


El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha anunciado este lunes que suspende la construcción de la polémica carretera que iba a dividir un parque natural y ha calificado de "imperdonable" la violenta represión policial del domingo contra la marcha indígena que se oponía a ese proyecto.
Este lunes, la ministra boliviana de Defensa, Cecilia Chacón renunció a su cargo de forma "irrevocable" por la disolución policial violenta de la marcha indígena que protestaba contra ese proyecto y en la que han muerto tres personas, entre ellos, al menos, un niño.
En una breve declaración al término de una jornada de protestas generalizadas,Morales ha comunicado que "queda suspendido el proyecto de carretera en el Parque del Territorio Indígena Isiboro Sécure" (Tipnis) mientras los departamentos Cochabamba y Beni, por los que debía pasar la obra, decidan sobre su continuidad, informa Efe.

Cambio drástico de posición

Hasta ahora, el mandatario había reiterado que la carretera, que pretendía pasar por el corazón de la reserva, iba a construirse "sí o sí", lo que ha desatado una escalada de protestas y una marcha indígena por la Amazonía que el domingo cumplió 41 días en rechazo a esa obra financiada por Brasil.
Las etnias amazónicas bolivianas se oponen a que dicho proyecto de carretera pase por el medio del Territorio Indígena, una reserva de 1,2 millones de hectáreas, porquetemen que sea destruida por madereros y productores de coca, planta base para fabricar cocaína, de los que Morales sigue siendo líder después de llegar en 2006 al poder.
La columna de manifestantes, de unos 1.500 indígenas, fue disuelta el domingo con violencia por medio millar de policías que golpearon y amordazaron a dirigentes de las etnias y mujeres y trasladaron por la fuerza a varios de ellos en autobuses y camionetas a pueblos vecinos.

Investigación sobre lo sucedido

El mandatario ha lamentado los excesos de la operación, que ha calificado de "imperdonable", y ha anunciado que una comisión de alto nivel formada por organismos internacionales y el Defensor del Pueblo investigará con profundidad lo sucedido, asegura la misma agencia.
"Lamentamos, repudiamos, los excesos realizados el día de ayer a la marcha. No comparto, no compartimos, una violencia, un exceso, un abuso hacia los hermanos indígenas que estaban en la marcha", dijo el mandatario tras la oleada de protestas, incluida la dimisión de su ministra de Defensa, Cecilia Chacón.
Al tiempo, ha pedido ayuda para aclarar si durante la represión murieron un niño y dos ancianos, como han denunciado los indígenas, la Iglesia Católica y los medios, aunque los cuerpos –ha manifestado- no han aparecido hasta ahora.
También ha asegurado que él, personalmente, nunca dispuso una intervención violenta como la producida, y que las autoridades encargadas del tema no han reportado víctimas, pero ha reconocido que "los hechos de ayer dejan mucho que desear".

Represión contra el campamento

Los policías atacaron con gases y porras el campamento de carpas de los indígenas cerca del pueblo de Yucumo, a más de 300 kilómetros de La Paz.
El subcomandante de la Policía, general Oscar Muñoz, aseguró que lo hicieron porque fueron amenazados por nativos armados con flechas, pero el Defensor del Pueblo, Rolando Villena, dijo que los agentes actuaron cuando los indígenas estaban a punto de cenar y exigió a Morales el "cese inmediato de la violencia", lo mismo que la oficina de la ONU en La Paz.
Los indígenas rechazan la carretera porque atravesará la reserva natural del Tipnis y temen que esa reserva ecológica sea depredada e invadida por los productores de coca, planta base para fabricar cocaína.

domingo, 25 de septiembre de 2011

lla vigilia de mujeres indígenas de CONAMAQ, CIDOB, CNAMIG, CPILAP, ha denunciado la manipulación de los hechos en contra de la marcha del TIPNIS y su intento de disolver por la fuerza a los marchistas...(LT Digital)


"Denunciamos a la opinión pública nacional e internacional la manipulación de información, amedrentamiento e intimidación por parte del Gobierno y los medios estatales, Bolivia TV y Radio Patria Nueva, buscando tergiversar la situación a favor del gobierno y justificar ante la opinión publica una posible intervención a la marcha indígena que ha demostrado que es una movilización pacífica", señala el comunicado emitido por la vigilia de las mujeres indígenas.   
El documento que llegó hasta la Agencia ANF, da cuenta que desde la vigilia que se realiza en la iglesia de San Francisco, por mujeres indígenas del CONAMAQ, CIDOB-CNAMIB, CPILAP, "desmentimos y denunciamos ante la población nacional e internacional, que en ningún momento el Ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, ha sido detenido en contra de su voluntad, ya que jamás retendríamos a una autoridad de Gobierno".   
En las últimas horas, el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, anunció que el "secuestro" del canciller David Choquehuanca será denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).   
"El canciller prácticamente ha sido un rehén secuestrado, humillado, vilipendiado, tomado del cuello y obligado a caminar como escudo humano y mínimamente corresponde plantear una queja ante estos organismos", mencionó el ministro.   
Dijo que la actitud asumida por los pueblos del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) este sábado se convierte en "un hecho delictivo", porque "secuestraron" a un ministro de Estado.   
Mencionó que la marcha no es pacífica como lo hacían parecer los dirigentes de la misma. "No es pacífico agarrar por el cuello al canciller boliviano y ponerlo como escudo humano y decirle ‘vos vas a marchar’", sostuvo.   
Desde la vigilia de mujeres indígenas en San francisco, "en comunicación directa con las hermanas y hermanos de la Marcha por el TIPNIS, hemos podido constatar que las denuncias vertidas por el gobierno NO SON CIERTAS DESDE NINGUN PUNTO DE VISTA, REPUDIAMOS TALES AFIRMACIONES.
De hecho, los únicos rehenes de esta situación son los marchistas en manos de la policía y los colonizadores sin acceso a agua ni alimentación por cinco días".   
Además, señala el Comunicado, "lamentamos las declaraciones del hermano David Chuqehuanaca, que ha traicionado la causa indígena al apoyar los argumentos del Ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, quien con estas acciones desenmascara su actitud neoliberal y con ello pone en riesgo el proceso de cambio y la consolidación de un verdadero Estado Plurinacional".   
Finalmente, recuerda que toda forma de manifestación pacífica de parte del CIDOB Y CONAMAQ en la marcha -y en cada una de las vigilias instaladas en todo el país-, "hacemos responsable al Gobierno de las acciones de violencia psicológica y vulneración de sus derechos fundamentales, como es el agua y la alimentación, contra los marchistas detenidos en cercanías a Yucumo".

lunes, 19 de septiembre de 2011

Manfred Kemp Mercado sale en defensa de Leopoldo Fernández que soporta tres años de encierro en una celda sin juicio, sin sentencia, sin otra razón que el odio de Evo, Quintana y Alvaro.


Leopoldo Fernández ya tenía ganado un lugar en la historia de la última etapa democrática, cuando transitó por la política a punta de riñones y ocupó cargos de responsabilidad sin necesidad de padrinazgos de nadie, menos del Jefe. Fue, más bien, un contestatario dentro del Partido, un respondón que no tenía miedo decir su parecer con franqueza, sabiendo que ésa era la única manera de ayudar para que el gobierno de entonces – del presidente Hugo Banzer – no se viniera al suelo, como sucedería después con dos de sus sucesores.

Pero, además, Leopoldo Fernández ha sido, sin duda, el hombre más respetado y querido en su terruño, en su patria chica, en Pando. Con él allí el MAS no hubiera podido hacer lo que hace, ni el señor Quintana se hubiera enseñoreado, como un matón de baja estofa, en el único departamento oriental, que, por pequeño, incomunicado y pobre, era el eslabón más débil de la resistencia camba ante el avance colonizador aimara. El estado mayor masista se dio cuenta de que el portón de entrada a esa fortaleza que se llamaba Media Luna, estaba en Pando, que ahí había que plantar la “wiphala”, y que, sucesivamente, caerían Tarija, Beni, y Santa Cruz. Fallaron hasta hoy porque ni Ernesto Suárez ni Rubén Costas piensan ceder.

Eso saca de quicio a S.E. Para derrotar a los chúcaros, a los indómitos del oriente y del sur, había que tumbar al Cacique pandino. Había que extirpar al líder de manera definitiva de Cobija y matarlo – como anunció Quintana al borde de la demencia – o encerrarlo de por vida lejos de los suyos, en La Paz. Así fue cómo el gobierno del MAS, con pleno  conocimiento de S.E. – porque sin su venia no se mueve ni una pulga en el Estado Plurinacional – planificó la encerrona de Porvenir, peor todavía si hacía pocas semanas que Leopoldo había sido ratificado por el pueblo en su cargo de Gobernador, propinándole una paliza a las huestes que dirigía el propio Quintana.

La cantidad de muertos que hubo en Porvenir y la probada invasión que promovió el Gobierno desde Riberalta no ha sido suficiente, empero, para que Quintana y el MAS admitan su culpa. Ahora resulta que quienes jamás respetaron la ley, se esconden detrás de los códigos. Algunos fiscales y jueces hacen ahora el papel que antes hacían los esbirros y sicarios del ministerio de Gobierno. El gasto debe ser el mismo: un fiscal debe ganar lo mismo que un matón. Los oficialistas no envían mastodontes a patear a sus adversarios, no hay necesidad de ser tan torpes si los derechos humanos se los puede violar más sutilmente, con una justicia venal, enviando a los enemigos a la cárcel sin derecho al pataleo. Es peor ir a las mazmorras del gobierno durante meses o años que recibir una paliza y quedar con algunas costillas rotas. Es más duro y denigrante que a uno lo encierren calumniado de asesino o ladrón que recibir una tunda de palos. Pero los prevaricadores de hoy van a estar tras los barrotes mañana.

A Leopoldo Fernández decidieron matarlo en vida. No sabemos de dónde vino tanto odio contra él a quien no se lo pudo acusar nunca de muertes, torturas, corrupción, durante sus años de poder, cuando llegó hasta ocupar el resbaloso ministerio de Gobierno. Ahora, claro, desesperados como están, los masistas tratan de armar una confusa telaraña de mentiras para incriminar a Leopoldo y sin poder vincularlo con muertes, resulta que hoy aparecen otros cargos que nadie conocía relacionados con el estatuto autonómico y dizque con un embarcadero.

Es decir que ya no es el responsable de las muertes de Porvenir – porque en tres años no le pudieron probar nada – sino que se propasó como impulsor de las autonomías. ¿Pero acaso el gobierno no es autonomista ahora? ¿Acaso no gastó fortunas en propaganda cuando de centralista secante se hizo un converso? Denota, nomás, lo que sabemos todos los orientales, que los aimaras en el poder odian toda autonomía porque ahora se creen dueños únicos del país entero.

Sólo una vez he podido visitar a Leopoldo en San Pedro, porque no vivo ya en La Paz y voy a esa querida ciudad sólo de paso. Pero cuando estuve con él, durante varias horas, cara a cara, recordando tiempos idos, no advertí ni una sola fisura en su espíritu. Es más, vi que estaba decidido a aguantar todo el tiempo que fuera, sin doblegarse. Ese ánimo del camba macho es el que estamos perdiendo. Ya nos critican por todos lados. La farándula y el dinero nos están convirtiendo en fenicios más que en romanos. La diversión es necesaria, pero pensar en el futuro amenazado desde adentro de la ciudad y desde fuera, es mayor.

Ahora parece, que luego de tres años de prisión sin sentencia la salud de Leopoldo decae un tanto. ¡No el espíritu! ¡No la rebeldía! Pero el hombre está cansado, abandonado, con más cargos y menos esperanzas, aunque apoyado por una esposa y unas hijas admirables que todos quisiéramos tener. He ahí su fortaleza. Mientras tanto, con los cruceños de brazos cruzados, el titiritero de las fronteras – Quintana –, ya está dentro de nuestra ciudad, designando delegados, maquinando perversidades, cuando se ciernen nubarrones negros para octubre con la inaudita elección de “magistrados” para reproducir a Leopoldo en mil víctimas más.

viernes, 16 de septiembre de 2011

juicio medido y certero de El Deber cuando califica de "emblemático el caso Fernández" referido al gobernador electo de Pando que transcurre 36 meses y un día sin juicio ni sentencia recluído en injustas circunstancias

No se perciben señales indicativas  de que a Leopoldo Fernández, en la ciudad de La Paz, el juez a cargo del proceso  penal que se le sigue por los luctuosos sucesos de  Porvenir, respecto a su pedido de libertad provisional, se la conceda, en cumplimiento estricto de la ley, la cual consagra este beneficio a todos los enjuiciados sobre los que no recaiga sentencia alguna luego de cumplir tres años de prisión, como es el caso del exprefecto de Pando.
Si en todo el citado tramo temporal no se le dictó sentencia es porque, obviamente, no pudo acumularse en contra suya la suficiente  carga probatoria que fundamentara la larga condena que anticipaban contra el ‘cacique’ pandino algunas autoridades de Gobierno.  Es que lo de Porvenir fue un enfrentamiento cuya mecha encendió el propio régimen masista al enviar allí una columna de campesinos a la que interceptaron sectores de oposición ligados a Leopoldo Fernández.  No fue ‘genocidio’, sino enfrentamiento con resultado de muertos y heridos, hechos sobre los cuales ambas partes se reparten las respectivas responsabilidades penales.
Encañonados por el recurso de libertad provisional, jurídicamente válido, los oficialistas acelerada y diligentemente han montando contra Fernández otro proceso para salir del paso y mantenerlo entre rejas. Lo hicieron basándose en una sindicación de supuesto “incumplimiento de deberes” en torno a  un convenio interinstitucional para la construcción de embarcaderos en una vía fluvial de Pando, obra que no habría sido ejecutada durante su gestión prefectural.
Es altamente probable, en consecuencia, que el juez de la causa, cuya imparcialidad está en duda, como la de casi todos los de su gremio,  rechace el pedido de Fernández, le abra nueva causa y disponga su retorno de Chonchocoro al penal de San Pedro.
Estamos ante un emblemático caso de algo que lamenta el país desde hace tiempo: la judicatura se politiza y su labor deriva a pura represión contra los opositores al Gobierno de Evo Morales. 
¿Qué  lectura puede hacerse del caso Fernández, a quien se le niega sistemática y burdamente el  derecho a un juicio justo, al debido proceso? Pues una de tipo  premonitorio para todos los opositores al actual régimen: lo mismo se hará contra ellos y, por cierto, a plazo más o menos mediato, cuyo descuento empezará con las elecciones de octubre para la inédita designación  de magistrados judiciales por el voto popular, entre  otros. Tras estos ya próximos comicios, el Gobierno nacional dispondrá de una bien estructurada batería jurídico-institucional para aplastar con la represión judicial a sus adversarios de todos los pelajes.

domingo, 11 de septiembre de 2011

rosario de lamentos y lenguaje quejumbrero. es Arguedas? es Llobet? no es Carlos Diego cuyos tres cuartos reflejan el pesimismo del boliviano, más al fin recomienda comprender la dimensión exacta, sin excesos ni insuficiencias. ser ciudadanos correctos, honestos, respetuosos. responsables en el colectivo nacional.


La idea dominante sobre nosotros mismos como país es no sólo la de la autoflagelación, sino la de que nuestra historia no es otra cosa que una suma de horrores, saqueo, corrupción, violencia y arbitrariedad. Una especie de camino al infierno o al suicidio, o peor aún, un camino a la nada.
Los presidentes fuimos todos unos ladrones o unos ineptos, las elites un conjunto de poderosos con el único objetivo de enriquecerse a costa de los más pobres, los gobiernos unas gavillas de aprovechadores reunidas para favorecer a unos pocos, los empresarios arribistas o sanguijuelas del Estado, los intelectuales loros que repiten ideas ajenas y que las tratan de imponer en una sociedad a la que esas ideas no se adaptan...
La consecuencia de esa lectura está a la vista. El descreimiento general, la desconfianza como norma, la idea preconcebida de que todo lo que hace un político o una figura pública tiene única y exclusivamente una intención oculta para su beneficio personal. La caza de brujas funciona porque mezcla el grano y la paja.
Nuestra percepción como colectividad es la de la derrota y la frustración. La idea generalizada es que siempre perdimos en los emprendimientos que encaramos, sean de construcción social, sean de guerras internacionales, sean simples y pedestres competiciones deportivas.
Ante la pregunta de ¿Cómo te va? En el mejor de los casos la respuesta es “más o menos”, cuando no “mal, como siempre”.
Así, vemos pasar como en una película, el año cero, la refundación, Bolivia la nueva, la nueva Bolivia, Patria nueva, La segunda República, La restauración, la revolución, la reconstrucción nacional...En un extremo y en el otro, nuestra pulsión es darle un día, o un año, o una década de gloria a la patria.
Pero con el paso de los años las grandes ilusiones y las esperanzas en los “salvadores”, aquellos “iluminados” que van a cambiar la historia definitivamente, se van diluyendo hasta terminar en el total desencanto.
Por eso las nuevas generaciones creen que el único tiempo es el futuro, el presente es insuficiente, el pasado es amargo, sólo el futuro –en muchos sentidos una superstición-- tiene sentido. Pero es un futuro pensado como redención, como limpieza, como –lo dijo ya Daniel Salamanca-- la necesaria “curación” del pecado del país. La mirada judeocristiana trasladada a la lectura de la historia. Hay que castigar ejemplarmente. ¡Eso cambiará nuestra ética!
El tránsito de la edificación de grandes civilizaciones en las alturas y en los llanos, los imperios prehispánicos cuyos testimonios todavía nos dejan boquiabiertos, parece no evocar otra cosa que mitos y paraísos, no obras tangibles de pueblos y sus líderes. Los tres siglos en los que occidente y el mundo indígena chocaron y construyeron la sociedad que somos en cosmovisión, culturas, lenguas, creencias, contradicción y lucha, se arrumban como si una larga oscuridad lo hubiese velado todo. Ni qué decir de una república que de acuerdo a las lecturas más elementales, no fue sino un sin fin de extravíos.
En ese vaivén caprichoso de héroes colectivos e individuales que hacen una suerte de montaña rusa, acomodamos los recuerdos para cada tiempo. Un día es Bolívar, al siguiente Tupac Katari, según el lugar Warnes o Ibañez, según la mirada Pando o Zárate Willka. Podría también hacer un interminable listado de villanos para cada momento, villanos que deben ser quemados por la inquisición de hoy. La sociedad entera es zarandeada. A pesar de que se recuperen una o más de una figura de esa supuesta ciénaga, en lo íntimo transmitimos a nuestros hijos el sabor de la derrota y el fracaso, el de los villanos que lo perpetraron.
Esa lectura lo trastoca todo. Trastoca los valores básicos en los que debemos creer, olvida los esfuerzos titánicos por ser un país, las propuestas de la sociedad en los diferentes estadios de su desarrollo que planteó y ejecutó propuestas de gran aliento, que permitieron la existencia misma de la nación. Ese sólo hecho, la existencia de Bolivia, en el peor contexto y en las más difíciles condiciones es un logro que nos negamos a aceptar.
Se trata de comprender nuestra dimensión exacta, sin excesos ni insuficiencias. Se trata de lo más importante, lo que menos hacemos, ser ciudadanos, con conciencia individual y responsabilidad en la comunidad. Se trata de que nuestra vida cotidiana refleje corrección, honestidad, respeto al otro, vocación de trabajo, idea del cumplimiento de las tareas que nos tocan y, lo más importante, la certeza de que sólo desde la base, desde la colocación del ladrillo que a cada uno de nosotros toca, haremos una sociedad mejor y más justa.
Estamos atrapados en la transferencia de todas nuestras taras al otro.  Queremos un espejo perfecto al mirar a las figuras públicas y sólo vemos sombras, no otra cosa que las sombras que proyectamos.
Si además la sociedad, como en el tango no distingue una cosa de la otra, podríamos repetir como Santos Discepolo: “¡Dale, nomás...! / ¡Dale, que va...! / ¡Que allá en el Horno / nos vamo’a encontrar...! / No pienses más; sentate a un lao, / que a nadie importa si naciste honrao... / Es lo mismo el que labura / noche y día como un buey / que el que vive de los otros / que el que mata, que el que cura, / o está fuera de la ley...

El autor fue Presidente de la República
http://carlosdmesa.com/

miércoles, 7 de septiembre de 2011

contempla impasible que el fuego arde y pone en peligro la vida de la Nación, afirma El Deber cuando se refiere a los conflictos que Evo alienta en lugar de resolver. es una iniquidad completa!


A juzgar por lo que está pasando ahora en el país, las autoridades nacionales parecen estar alentando el surgimiento de conflictos sociales y entre regiones, en lugar de tratar de eliminarlos.
La sede de Gobierno fue semiparalizada el lunes, pero sobre todo la zona sur, por miles de manifestantes que exigen la reducción de la jurisdicción de la autoridad de la alcaldía de La Paz.
La policía no intervino en este atropello a la libertad de tránsito por una vía clave para las comunicaciones de la sede de gobierno.
El conflicto, dice el alcalde Luis Revilla, es azuzado por el Gobierno, al que le interesa derrocarlo, o por lo menos reducir el alcance de la jurisdicción de la alcaldía. Una situación similar sufrió la ciudad de Caracas, donde el alcalde fue sometido a presiones hasta que aceptó la existencia de una entidad mayor que incluía zonas rurales, para que el voto de los citadinos no sea determinante en las elecciones.
Los marchistas del Tipnis, y los pocos periodistas de medios independientes, denuncian que en San Borja se ha excavado una profunda zanja para impedir el paso de los caminantes.
El Gobierno envía ministros a dialogar, aunque les dice que no pueden aceptar, de modo alguno, que la carretera sea desviada y evite pasar por el parque. Así, el diálogo no tiene ningún valor, como lo han entendido los dirigentes indígenas.
Pero al mismo tiempo el Gobierno moviliza a cocaleros de zonas por donde debe pasar la marcha, para que amenacen con actos de violencia para frenarla.
Si se produjeran enfrentamientos, ¿quién sería el responsable? ¿No es el Gobierno el que debe ocuparse de conservar la paz en el territorio y aplicar la ley contra los que la amenazan? Una zanja similar fue la que llevó a una tragedia en Pando hace tres años. Y ahora se construye otra.
Cuando haya pasado el caso del Tipnis, los ejércitos de cocaleros volverán a avanzar sobre los parques nacionales, sin que nadie los frene, como ha ocurrido en los últimos años. Si los indígenas llegaran a organizarse para frenar ese avance, estaríamos ante otro conflicto peligroso.
Los departamentos de Potosí y Oruro están enfrentados respecto de una región fronteriza. Tendría que haber una autoridad nacional, cuya jurisdicción sea sobre el territorio entero, capaz de resolver estos entuertos. Pero el conflicto sigue creciendo sin ninguna esperanza de llegar a un acuerdo.
Tarija y Chuquisaca se están mostrando los dientes sobre las ragalías del gas natural. Sus dirigentes se han reunido varias veces para llegar a acuerdos. Lo único que ha dicho el Gobierno es que el yacimiento Margarita-Huacaya es uno solo y por lo tanto hay una división de regalías. No ha propuesto lo que se debe hacer con las regalías del pasado ni sobre los detalles de la explotación futura.
Los cocaleros de La Paz exigen que todos los demás cocales del país sean declarados ilegales y erradicados. Pero el Gobierno observa todos los conflictos como quien mira, impasible, un incendio. Es muy preocupante lo que está ocurriendo en Bolivia, sobre todo para quienes quieren a este país.


sábado, 3 de septiembre de 2011

Guillermo Capobianco está de nuevo acertado cuando señala el viraje de Lula hacia el centro del espectro político, aunque el daño de su Club de S.Pablo es irreparable.


Se desplaza hacia el centro del escenario político de América del Sur, moviendo una ficha clave del nuevo mapa político del liderazgo continental; esa ficha clave se llama Bolivia.
El Palacio de Itamaraty (Brasil) esperó el momento preciso cuando el proyecto ‘chavista’ ingresó en un ocaso al parecer irreversible y el flamante presidente Ollanta Humala tomó la posta del proceso peruano con ministros del expresidente Alan García y del ‘fujimorismo’, a fin de impulsar una economía de mercado con el 11% de crecimiento del PIB, eso sí, con mayor inclusión y democracia social.
El comandante Humala dio un salto insólito hacia la Constitución peruana de 1979, consolidando la unidad, el desarrollo y la integración del hermano país, bajo la inspiración del pensamiento político de José Carlos Mariátegui y de Raúl Haya de la Torre, referencias peruanas históricas.
Perú, bajo la Presidencia de Humala, se encamina hacia la emergencia de una potencia portuaria del Pacífico norte con inversiones millonarias de infraestructura en El Callao y las puertas de Lima, la capital.
Mientras tanto, Dios y la naturaleza humana biológica frenaron en seco las ilusiones imperiales del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que se pretendió erigir sobre la base de la renta petrolera, la más cuantiosa del planeta.
Brasil, bajo la visión estratégica de Fernando Henrique Cardoso y Lula da Silva, salvaron en su momento la ‘revolución bolivariana’ cuando esta estaba virtualmente derrotada a raíz del embate de la huelga general que derrocó al caudillo durante 48 horas.
En estos días que corren, Brasil vuelve a la escena mundial con la conducción certera de Itamaraty y el poderío económico financiero de sus gigantes empresas transnacionales, desplazándose hacia el centro geopolítico de Sudamérica para salvar la revolución democrática y popular del presidente Evo Morales y su proceso de cambio.
El precio que tiene que pagar el presidente indígena es ahora y será, en el largo plazo, la reconversión ideológica de la revolución boliviana y de su ingrediente de indigenismo delirante proclamado por el vicepresidente García Linera.
El proceso de cambio como aluvión social y político alentado contra el modelo productivo del oriente boliviano se agotó y la élite empresarial de esta parte golpeada del país tendrá que ser parte del modelo económico reconvertido bajo los parámetros de Brasilia, Itamaraty y la presidenta Dilma Rousseff.
Lula es el gran operador de la potencia mundial emergente que desembarca ahora en La Habana para lanzar el bote salvavidas del dinero del Bandes a la Cuba revolucionaria.
Un gran empresario boliviano –Marcos Iberkleid– dijo alguna vez hace mucho tiempo que un país tiene el tamaño que tienen sus empresas.
La OAS, antigua Andrade Gutiérrez, patrocinó y financió la Conferencia Económica Magistral del expresidente Lula, dirigida a la clase empresarial cruceña desde los balcones de clase del hotel Los Tajibos.
Es la misma transnacional brasileña –OAS– que construye la carretera en el Tipnis que financia el poderoso Bandes de Brasil y la misma que será su principal beneficiaria, más aún con el cambio potencial de diseño del segundo tramo.

* memocapobianco@gmail.com

Amalia Gonzáles acompaña a Llobet, a Arguedas en su visión pesimista de nuestra Bolivia a la luz de la interminable lucha entre compatriotas especialmente buenos para pelearnos entre nosotros, aunque mantiene la esperanza de la llegada en alguien que nos ofrecerá una mano al encontrarnos demasiado jodidos.


Aunque nunca lo conocí, igual extrañaré a Cayetano Llobet. Sin embargo, no es de él que quiero escribir (otros que lo conocieron bien, lo harán sin dudas muchísimo mejor de lo que yo sería capaz), sino sobre la última frase de su última columna y que me ha causado una extraña sensación de desolación. Dice así: “Una revisión de nuestra historia resulta un paseo por la tristeza… ¡Porque nunca hemos sido capaces de hacer nada relevante!”.

Un paseo por la tristeza.  Nunca le había leido a Cayetano Llobet una frase tan dura y al mismo tiempo tan hermosa y me duele profundamente la amargura que encierra. Me imagino al Sr. Llobet, al final de su vida, con la idea de nuestra irrelevancia colectiva rondándole insidiosa en la cabeza. La imagen me parece poseída de un insoportable desconsuelo y de una honda aflicción. Tantas cosas que tenía para pensar en sus últimas horas: la vida que se le iba de las manos, los hijos que ya no vería más, la esposa que nunca más podría acariciar con ternura; y, sin embargo, no podía dejar de lamentar, ni en sus últimos momentos, el destino triste de nuestro pueblo, nuestra condición de precariedad permanente, nuestra desoladora incapacidad para trascender.

La coherencia intelectual de Cayetano Llobet al escribir al final de su vida esa frase es demoledora y, al mismo tiempo, terroríficamente lucida. Su diagnóstico no puede ser más devastadoramente certero: un repaso por nuestra historia es, ciertamente, un viaje por la pesadumbre, un recorrido lúgubre que sólo demuestra nuestra infinita falta de generosidad hacia nosotros mismos y nuestro esfuerzo permanente por mantenernos constreñidos en una chatura de miras inabarcable: los bolivianos nos hemos pasado toda nuestra historia sacándonos la mierda implacablemente, viendo la mejor manera de hacernos daño, de robarnos, de insultarnos, de jodernos y de matarnos. En algo teníamos que ser buenos, pues lo somos, inmejorables, en el innoble arte de lastimarnos entre nosotros. Hasta ahora lo hacíamos sólo por intuición, pero tal vez el Vicepresidente García la vuelva política de Estado: "ser humildes con los suyos y soberbios y agresivos con los adversarios" aconsejó a los jóvenes en Cochabamba no hace muchos días·.

Entonces, la historia boliviana gira en círculos siniestros. Se puede abrir al azar cualquier libro de historia de nuestro país  e invariablemente tratará sobre lo mismo, sin importar la fecha: marginación, pobreza, exclusión, revoluciones, demagogia, liderazgos espurios,  represión y tristeza. Infinita tristeza.

No extraña por ello la postrera muestra de admiración que Llobet quiso manifestar hacia Arguedas. Seguramente de haber coincidido en el tiempo, la admiración hubiera sido mutua, porque ambos vieron la realidad que nos rodea con la misma afligida intuición. Escribió Alcides Arguedas hablando de la situación de Bolivia en 1868 (¿o fue Cayetano Llobet escribiendo de la Bolivia de 2011?): “Pero nada de esto preocupa a estas gentes. Su solo deseo es holgar, divertirse y aprovechar. (…) Se solemnizaba con gran aparato. Había festejos, maniobras militares, banquetes populares y diplomáticos. Al mismo tiempo se jugaba sarcásticamente con los grandes instrumentos de la democracia y se convocaba a elecciones presidenciales y legislativas preparadas, como de costumbre, en Palacio (...). Y mantener el orden y acabar con ese estado de agitación peligrosa era su afán, no ciertamente en vista de asegurar la paz social, sino como una mera condición de estabilidad en sus funciones, o sea, de duración en el cargo. Conservarse, quedar y permanecer para mandar en el sentido estrecho de ordenar y disponer. He ahí la sola preocupación de esas gentes”.

Quiero hoy, no como homenaje sino como mera confesión de una mujer que envejece, sumarme a esa visión pesimista por nuestro país. Es un pesimismo impacable, cierto, vívido y razonado, pero también, como intuyo que era el de Arguedas o el de Llobet, matizado por el secreto anhelo de pasarse al bando del optimismo, incluso “aunque cada día es más difícil que logremos hacerlo”. He convivido y convivo diariamente con compatriotas asombrosos: bolivianos y bolivianas inteligentes, dulces, valiosos, cultos y generosos. De hecho, creo, o intento creer, que la mayor parte de los bolivianos somos buenas personas pero que estamos, como los héroes de las tragedias clásicas, signados por una maldición intolerable que nos obliga a ser mezquinos como sociedad, a no querer al otro, que no es más que la forma más terrible e infecunda de no querernos a nosotros mismos.

Cuando escucho, sólo es un ejemplo, los discursos de nuestros dirigentes políticos y siento el resentimiento espeso y vigoroso que emerge de cada una de sus palabras, de sus gestos y de sus actitudes, entiendo con tristeza que ese es el pecado original de los bolivianos, nuestra villanía, nuestra incapacidad para estar por encima de nuestras propias mezquindades. Pero soy madre y por eso quiero pensar que algún día todo irá a cambiar. Que vendrá alguien que nos ofrecerá su mano y no será para lastimarnos, ni para atarnos, ni para robarnos. Nos hablará y no será para engañarnos, ni para ofendernos, ni para domesticarnos. Nos pedirá que lo sigamos y no será para encarcelarnos, ni para acorralarnos, ni para doblegarnos. Ese día tendrá que llegar, lo creo porque ya llevamos demasiados años jodidos y ya estamos aburridos y cansados y emputados de que así nomás haya sido.                                                  

viernes, 2 de septiembre de 2011

franco, directo, al grano el articulista de OPINION cuando anuncia "que el verdadero rostro del MAS" ha salido a flote por lo que viene sucediendo.

Finalmente, el Gobierno del MAS mostró ante las grandes masas del país su verdadero rostro, un rostro nada democrático, casi autoritario, ajeno a la crítica que nace desde la sociedad civil. Hábil en la práctica para desinformar y acudir a la guerra sucia como método eficaz para descalificar al adversario político, asignatura en la que han demostrado -y con creces- que dejaron completamente atrás a sus predecesores que pasaron por Palacio Quemado en los últimos treinta años, siendo los anteriores representantes gubernamentales una especie de “niños de pechos” en relación a los actuales operadores políticos del masismo en sus más altas esferas. La cuota adicional que registran los gobernantes o el “plus” dicho de otro modo, tanto en su comportamiento demagógico como en sus prácticas represivas se deben, sin duda alguna, a que este Gobierno como ningún otro tiene alta sobredosis en cuanto a odio, rencor y resentimiento se refiere. De ahí que no existe el más mínimo sonrojo gubernamental frente a la violación sistemática de derechos y garantías constitucionales que impulsan y ejercen casi de manera cotidiana, contando a su favor con el “largo brazo de la ley” cuya titularidad la ejercen cada día un número mayor de funcionarios judiciales que han optado por ponerse a cualquier precio al servicio del Gobierno antes que estar al servicio de la Constitución por sobre todas las cosas.

En este contexto la marcha protagonizada por los pueblos indígenas que lo único que demandan es tan sólo ser “escuchados”, es sin duda alguna la demostración más elocuente que el Gobierno del MAS que rige en Bolivia nunca fue auténtico ni revolucionario, que las atribuciones y rasgos que ellos mismos se echaron encima fueron nada más que un burdo barniz que muy pronto se les cayó del rostro.

Hoy día amplias masas ciudadanas de nuestro país ya no creen en el “Gobierno del cambio”, porque la realidad se encargó de desmentir de manera categórica esta falsa pretensión, siendo tan sólo un Gobierno más que pasó por Palacio de Gobierno, uno más de los tantos gobiernos que a lo largo de nuestra historia se encargaron de mentirle al país, a ese país que algunos decían “amar aún con mucho dolor”. Lo importante de este momento político por el que atraviesa el país es que a partir de la percepción ciudadana que hoy se visualiza en el ambiente social, es que amplias masas ciudadanas terminaron por ver el verdadero rostro de un Gobierno que les falló. Eso se traducirá luego en el escaso respaldo político electoral del que serán depositarios a partir de estas jornadas que vive el país, y que en definitiva acabarán con el sueño de “gobernar por más de veinte años”.