La OEA está tratando de ponerle una camisa de fuerza a los Estatutos por autonomías reales. En un despliegue de esfuerzos inéditos, el Secretario General de la organización realizó una sesión extraordinaria en el seno del organismo para escuchar un informe preocupantemente amañado sobre la situación de Bolivia.
Insulza y Caputo, trataron de ponerle el cascabel a los Estatutos, pero finalmente sólo lograron dejar que se escuche el cascabel del canciller Choquehuanca, quien hizo aseveraciones reñidas con la verdad y la realidad de Bolivia. Choquehuanca quiso dejar entrever que el Referéndum por Estatutos autonómicos está a punto de provocar un enfrentamiento o que el hecho de que ciudadanos vayan a las urnas atenta contra la unidad de Bolivia.
El show armado en el seno del organismo internacional se constituyó en un espectáculo lamentable, porque pudimos observar a un Insulza que ha perdido la vergüenza y emite opiniones sin el mínimo respeto al principio de ecuanimidad, secundado por Caputo, que no hizo otra cosa que tirarle las cartas a nuestro país, esforzándose por pronosticarle un destino trágico en caso de realizarse el Referendum por estatutos autonómicos.
Por supuesto que no pudieron demostrar nada que no fuera hacer que la sesión se convirtiera en una cita de intrigantes que no respaldarón ninguna de las acusaciones, limitándose a enitir apreciaciones subjetivas, como es el caso del Señor Caputo, que habló de impresiones que habría tenido en su conversación con los prefectos y cívicos, que según su versión, son los malos que no quieren dialogar, frente a los buenos del gobierno que si quieren pactar.
La aberrante reunión de la OEA transcurrió frente a los delegados que no acababan de entender para que diablos los habían sentado en sus curules oeistas, mientras escuchaban un relato réplica del lobo, el lobo, el loooooobooooo Referéndum por estatutos que le está provocando un berrinche pataleta a Evo Morales porque no le han hecho caso a su llamado de diálogo en el que pretende volver a remachar su proyecto de constitución para anular las autonomías verdaderas.
En resumen, Evo Morales y Chávez no pueden aceptar que falle el plan que tenían previsto implementar en Bolivia. Es que todo tenía que calzar para que se dé curso sin más al socialismo del siglo XXI. Es a las necesidades de la viabilización de este plan que exigen que haya diálogo antes del 4 de mayo. Antes que el voto elimine toda posibilidad de encontrar algún punto de "ensamble" para que las autonomías reales se transformen en ficticias. Evo y Chávez saben que después del 4 de mayo el voto emitido será el que decida la suerte que corran las autonomías, porque el pueblo boliviano no dejará que nada detenga lo que su voto ha decidido.
El imperativo llamado al diálogo de la OEA, se constituye en un intento de negociar antes de que el pueblo manifieste su voluntad y su veredicto. Pero nada ni nadie detendrá al pueblo. El pueblo es el soberano, es el primer actor y es el gestor del proyecto de las autonomías departamentales.
La OEA no sabe que Juan Pueblo, no desea que en este momento sus autoridades hablen por él, está decidido a emitir su voluntad y no permitirá que este derecho le sea escamoteado.
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