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jueves, 10 de enero de 2008

Centa Reck escribe con claridad y agudeza sus percepciones del diálogo que no son optimistas

El ejecutivo realizó el lunes una ronda de acullicu de diálogo, en la que el presidente Morales al lado de su vice y algunos de sus ministros hizo de moderador y anfitrión de un diálogo que con seguridad no es más que un tiempo suplementario que se está tomando el gobierno para cansar al equipo contrario y luego probar a golearlos por penales.

Después del brindis del bohemio los dejó acullicando diálogo. El vicepresidente rodeado de sus ministros estrellas madrugó a los cruceños iniciando su campaña por el Sí a la constituyente que acababan de cuestionar los prefectos. Además los infieles consortes del diálogo, fijaron como lugar de inicio y base de su traición al plan tres mil, barrio al que el actual gobierno intenta transformar en una ciudadela, para vigilar y controlar a los cruceños como lo hace El Alto con la ciudad de La Paz.

En el acto de inicio de campaña, los ministros y el vicepresidente no escatimaron calificativos para destruir a los Estatutos Autonómicos tildándolos de ilegales, separatistas, sediciosos, echando por tierra todas las aparentes buenas intenciones con las que se disfrazaron la noche anterior.

Dieron así el puntapié inicial de una campaña de descalificación sin retaceos contra los Estatutos, mostrando que en realidad la intención del gobierno es que el diálogo sea sólo una pantalla con la que pretenden atrapar a los "ingenuos" prefectos, mientras que el ejecutivo actúa velozmente para desconocer todos los principios de acuerdo.

Esto demuestra que la única intención es descalificar los Estatutos y pedir que estos surjan de una elección de concejales con lo que el Ejecutivo intenta embrollar la situación actual mientras avanza en la aprobación de su constitución, pese a haber escuchado de boca de los prefectos que por lo menos 6 regiones del país consideran que la constitución aprobada por el Mas es ilegal e inadmisible.

La poca importancia que le dio el gobierno al dialogueo se hizo evidente cuando el presidente invitó a los prefectos a irse de parranda a Oruro para que carnavalearan juntos, tal vez el presidente consideró que su problema con los prefectos podría resolverlo en la medida que estos aceptaran formar con él una comparsa.

Como si todo este "acullicu" fuera poco, la policía también madrugó a los cruceños presentando a 80 efectivos que formarían parte de un grupo de élite para supuestamente atacar los crímenes y la violencia que extrañamente ha procreado en el país. El jefe de la policía anunció que el Grupo Delta, investigará y actuará precautelando su identidad que será anónima y reservada, así como su sede de operaciones.

Planteó que también operarán con equipos especiales y con el rostro cubierto. Resulta bastante controvertido que en la presente circunstancia que vive el país, se permita un grupo de las características descriptas, que bajo el pretexto de combatir la delincuencia y el crimen podría realizar otro tipo de acciones, incluso de tipo represivo.

No sería nada raro que además de "acullicar" diálogo, estemos destinados a rumiar una o­nda expansiva de otras formas del delito institucionalizado.

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