Dijimos que el “diálogo transparente” se dio, porque todos dejaron entrever sus posiciones pero ocultaron sus intenciones. Hay que reconocer que los Prefectos son viejos políticos y por tanto saben más por viejos que por políticos.
Claro el gobierno está en manos de un Presidente, que por su carencia de educación y formación es altamente manipulable y sus Ministros un coro desafinado de notas discordantes, con un vicepresidente que planifica, urde y oculta información induciendo a su Presidente a cometer errores que cada vez son más difíciles de enmendar.
Con un cinismo propio de su fina estampa, el señor García Linera dijo que gracias al Bono Juancito Pinto los niveles de la pobreza disminuyeron y que la brecha de la pobreza caería del 60 al 40 por ciento, en nueve años, sumando este Bono a la Renta Dignidad.
¡Albricias! el señor vicepresidente ha encontrado la fórmula para hacer desaparecer la pobreza. Con este razonamiento, de inmediato el Presidente Morales debía ordenar la distribución de dinero, con Bonos de toda denominación acudiendo a las Reservas Internacionales y acabar con la pobreza nacional en dos años, para que esperar nueve.
Una afirmación tan sin sentido efectuada ante todo el país, con una sonrisa burlona de por medio y una soberbia inflada de poder, nos demuestra que no había intención seria de encontrar esos “principios” que listó como puntos de coincidencia.
El señor García Linera cree que se puede acabar con la pobreza repartiendo dinero en las calles, le hizo creer a su Presidente que la nacionalización iba a actuar como varita mágica para hacer inversión pública e industrializar el gas. Que su Gobierno no necesitaba de nadie, de ninguna ayuda, porque si esta falla, tienen al Presidente Lula a su disposición y si no al Presidente Chávez con la chequera en la mano. Es increíble como juega con la buen fe del Presidente, quien lo considera poco más que un genio salido de la lámpara del MAS para que le haga realidad todos sus caprichos. Y los resultados objetivos están ahí.
El vicepresidente, que tenía la cara desencajada al finalizar la reunión del pasado 7 de enero, ni corto ni perezoso viaja a Santa Cruz, despotrica contra los Estatutos Autonómicos, amenaza con su proverbial estilo a las cuantas familias cruceñas y logra con eso dejar al Presidente Morales en una situación incómoda ante los “movimientos sociales” porque mientras García Linera lucha por el sostenimiento y defensa de la constitución masista, el Presidente Morales quiere negociarla y ya no desea mandar al tacho los Estatutos.
Así que esos movimientos pueden ver quien es más revolucionario y quizás, esa manera de actuar, esté anunciándoles un mensaje subliminal: no desconfíen de Álvaro García Linera en caso de que Evo Morales les falle.
Esa es la manera con la cual su entorno le hace pagar, al Presidente, el haberlos multiplicado por cero en la reunión con los Prefectos. Sin duda estamos ante un personaje peligroso. En medio de ese Gabinete compuesto por gente mayoritariamente ignorante, Álvaro García Linera es un sol que brilla y lo que dice es más que ley para todos: tiene la verdad absoluta. Así que ya podemos tener una idea del verdadero poder que detenta.
Los Prefectos pueden pedirle al Presidente lo que quieran, pueden invocar su patriotismo o la necesidad de que vea de “diferente” forma las cosas. Álvaro García está sentado un poquito atrás, pero a su lado y él decidirá si esos pedidos o invocaciones se atienden. No quiere acuerdo con los Prefectos, porque llegar a un acuerdo significa que Evo Morales crece, pero si fracasa, Evo Morales pierde y entonces él crece. No debemos olvidar que Álvaro García es una ficha de las propias transnacionales en caso de una ruptura con Evo Morales. Es en cualquier caso el hombre de la transición y de la sucesión constitucional. Lo que hace no es gratuito.
El Presidente es un hombre impresionable y manipulable: dice paciencia si Lula le aconseja paciencia, ataca a los Estados Unidos si Chávez le aconseja que lo haga, “se convence” fácilmente cuando alguien se encarga de “convencerlo”, por eso “siente” que debe atender las contradicciones que le dice el Prefecto de La Paz existen en la constitución que mandó aprobar, pero luego cuando se reúne con sus bases, cree que hay que esperar lo que estas digan para ver si se puede o no compatibilizar la constitución. Evo Morales es así y quien mejor que Álvaro García para saberlo mejor que nadie.
El poder detrás del trono, es la frase que se acuñó, para encontrar los verdaderos hilos que definen la política de un Estado y la conducta del rey o del Presidente. Bolivia vive en medio de un presidencialismo muy parecido a la monarquía. El Presidente lo es todo, porque tiene atribuciones constitucionales para todo, de él dependen como hilos de marioneta todas las instituciones del Estado. Quien tiene poder sobre este poder, es, el verdadero poder.
Por eso harían bien los Prefectos en dirigirse con mayor esmero y cuidado ante el Vicepresidente, ya que este no es manipulable y al contrario tiene las ideas muy claras y no le engaña el Prefecto de Santa Cruz, cuando se muestra cauto y respetuoso: para García Linera es un representante de la oligarquía cruceña y como tal no tiene credibilidad.
No le engaña el Prefecto de Cochabamba, por mucho que se muestre sereno y dispuesto a negociar: es un peón de la ADN y ex edecán de García Meza, dijo muchas veces -García Linera- que tiene la conciencia negra.
No le asusta Leopoldo Fernández, porque representa lo peor y viejo del pasado. Los que le inquietan son los Prefectos de Tarija y Beni por su juventud y capacidad de acción, pero no son – por ahora – peligro latente.
Como hemos visto la palabra final está en sus manos, la capacidad de acción orgánica ha pasado a sus manos y el entorno le teme, porque sin él el gobierno se cae. En toda la dimensión de sus errores es el que tiene mayor coherencia en la visión indigenista que debe primar en el país.
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