Las historias de éxito económico son raras en la España actual, una nación golpeada por la recesión y la crisis bancaria. Pero si nos adentramos en las montañas del País Vasco hasta arribar al pequeño municipio de Arrasate, encontraremos una y muy ejemplar.
Mondragón es la traducción al español de Arrasate, como se llama oficialmente el municipio y como se lo conoce en euskera.
En esta localidad se pueden encontrar las oficinas centrales de Mondragón, considerada la cooperativa de trabajadores más grande del mundo.
La tasa de desempleo en el País Vasco es del 15% y en la provincia de Guipuzcoa, donde se encuentra Mondragón, es aún más baja.
Si se compara con la desocupación en toda España, que es de 25%, esa cifra es realmente alentadora.
La cooperativa de Mondragón es un grupo conformado por alrededor de 250 compañías y organizaciones, entre las que se incluye la Asamblea de Mondragón en Guipuzcoa, que emplea a unas 85 personas.
Esta empresa produce máquinas para fabricar componentes industriales. Un ejemplo de su producción es una planta del tamaño de una habitación para elaborar paneles solares.
Según el director comercial de la compañía, Iñaki Legarda, los subsidios gubernamentales para el sector de las energías renovables se han reducido en toda Europa.
"Solíamos vender bastante a los mercados español y europeo", precisó Legarda, pero ahora la firma tiene otros mercados: Sudáfrica, Brasil, China y el norte de África.
Dos de sus más ambiciosos proyectos se están desarrollando en Kazajstán y en Lituania.
El voto del puebloDebido a la caída de las ventas en España, la Asamblea de Mondragón tuvo que despedir a varios de sus trabajadores en 2008 y 2009.
Pero esos empleados fueron contratados por otras compañías que integran la cooperativa.
En 2012, la fortuna volvió a sonreírle a la firma y sus extrabajadores regresaron a sus antiguos puestos laborales.
"Felizmente, hoy en día tenemos trabajo para todos", comentó Legarda.
"De hecho, estamos empleando a operarios de otras compañías del grupo que están pasando por momentos difíciles".
Fagor Arrasate es otra empresa de Mondragón que emplea a alrededor de 600 personas.
Se encarga de elaborar máquinas que fabrican componentes de automóviles.
La mayoría de los trabajadores de la firma son socios y accionistas en el negocio.
Los socios, algunos de los cuales son gerentes, tienen derecho a voto en una asamblea general que toma decisiones clave en el desarrollo empresa.
Otro tipo de medidas tienen que ser aprobadas por un consejo de administración que es elegido por la asamblea.
Anoitz, un ingeniero de 34 años que trabaja en Fagor Arrasate, opinó: "Si muchas personas piensan cómo superar un problema, la solución es mejor".
Un ejemplo que Anoitz ofrece para ejemplificar cómo funciona la empresa es que si el negocio no anda bien, los trabajadores pueden votar para reducir sus propios salarios.
Asimismo, el sueldo de los jefes en Mondragón no puede superar seis veces el promedio del salario de un empleado.
Cultura igualitariaOskar Goitia, director de Mondragón Automoción -un conglomerado de compañías del sector automotor de Mondragón- dijo que el modelo de negocios requiere "consenso".
Admite que "lleva un poco más de tiempo explicar los planes y los proyectos".
"Pero una vez se llega a un acuerdo, es mucho más fácil porque todo el mundo empuja hacia la misma dirección".
Las compañías que integran Mondragón no son inmunes a la crisis de la eurozona, pero ninguna de ellas ha quebrado.
Y aunque se prevé que este año la economía vasca se contraerá un 1,2% de su Producto Interno Bruto y la española lo hará entre el 1,5% y el 1,8%, muchas de las compañías de la cooperativa están haciendo su negocio lejos de casa.
Sin embargo, de acuerdo con Manuel Escudero, un economista de la Escuela de Negocios Deusto en Bilbao, el modelo de Mondragón es difícil de exportar.
El experto explicó que la región disfruta de "una profunda cultura igualitaria".
Esto, según Escudero, es lo que las personas que han viajado a Mondragón para conocer la fórmula de la cooperativa no han podido repetir en otras partes.
fuente : BBC Mundo
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