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domingo, 2 de septiembre de 2012

la cooperativa mantiene sólidas estructuras. nada puede debilitar su unidad. prepara nuevos desafíos y sus obras son su mejor presentación. Edwin Tapia refiriéndose a COBOCE


a la derecha de la foto Edwin Tapia autor del texto
Hasta mediados del anterior siglo, es decir, 1950 y algo más, dos tendencias, ideológicamente opuestas, coincidían en su concepción respecto del desarrollo de los países de la periferia. Unos decían que  Sudamérica, África y una parte de Asia estaban condenadas a producir y exportar solo materias primas,  porque así era la naturaleza inevitable de la sociedad humana. Por su parte, los que supuestamente, luchaban por la liberación de los países oprimidos creían que la industrialización podía ser resultado solo de una revolución profunda y total, una propuesta que por exagerada resultaba inviable.
En la dinámica confusa de esas corrientes, los países como Bolivia, estaban a punto de aceptar como verdad absoluta su destino marginal y dependiente. Los líderes de Coboce, encabezados por Jaime Méndez Quiroga  y otros, de dimensión equivalente, realizaron avances ideológicos y acciones operativas eficientes para demostrar que aquí en Cochabamba podía iniciarse un proceso industrial con amplias proyecciones sociales, económicas y políticas, en la visión humanista del fenómeno. Los historiadores que vendrán después, comprobarán que la fuerza y validez de ese intento era no precisamente de carácter material.Los líderes cobocianos, lo que tenían era la concepción clara, formulada con exactitud y la voluntad férrea para llevarla a cabo. Lo demás, por así decirlo, vendría por añadidura. Con la fuerza de esos dos componentes consiguieron el financiamiento y la tecnología. Las condiciones de esa conquista merecen un trabajo especial para quedar como un aporte digno de ser imitado por otros países. El Gobierno otorgó el aval y la empresa Italimpianti, una industria italiana de dimensión internacional,  comprometió la entrega de la maquinaria y el equipo, más algo de capital operativo, para instalar una planta moderna de cemento en Cochabamba.
En este intento de anotar brevemente los aportes de Coboce al pensamiento nacional y al desarrollo del país, lo primero que podemos resaltar con la claridad del caso es la capacidad de los cobocianos para demostrar que en un país como el nuestro  podía instalarse una fábrica moderna con una inversión, cuantitativamente considerable, tecnología avanzada y amplias posibilidades para trabajadores, profesionales y diferentes sectores de la población. El financiamiento, tanto desde el punto de vista de la cantidad, como del plazo, las garantías y el interés fue, ciertamente, un logro que merece formar parte de la teoría del desarrollo liberador de los pueblos marginados, dependientes y explotados.
Otro avance que debe quedar inscrito en la teoría del desarrollo nacional es la transferencia de tecnología, los cobocianos que hasta ese entonces conocían solo el cooperativismo de ayuda mutua, comenzaron a realizar tareas de desarrollo y liberación nacional. En poco tiempo, la gente que era preponderantemente agrícola, se convirtió en mano de obra calificada, en técnicos medios y en profesionales de nivel universitario. La tecnología está en las máquinas, pero preponderantemente en la inteligencia y el conocimiento de las personas. Los trabajadores de Coboce que provienen en su mayoría de la región, muy pronto se convirtieron en la vanguardia industrial del país. Todos saben cómo explotar la materia prima, prepararla cuidadosamente, convertirla en clinker y después en cemento para construir viviendas, carreteras, calles y avenidas. Coboce ha sido y sigue siendo la gran universidad, donde la gente incrementa permanentemente sus conocimientos y en esa lógica actúa con una nueva moral al servicio de su país y de su institución.
Coboce crea puestos de trabajo en proyección multiplicadora. Allá donde hay cemento, inmediatamente surgen nuevas posibilidades, esto quiere decir, que a partir de Coboce se generan fuentes de trabajo en la construcción, en el transporte, en el mantenimiento constructivo y en otras actividades importantes. Vale la pena que los estudiosos del desarrollo nacional y en ese contexto de la economía, del imperio del conocimiento y de otros avances, se detengan un poco para estudiar lo que es Coboce y lo que está ofreciendo a Cochabamba y al país.
No es casual el establecimiento de otras unidades productivas. Cada una de ellas es fruto de estudios cuidadosos, de acciones acertadas y de comportamiento incuestionablemente honesto. El sistema consiste en combinar amplias y múltiples posibilidades para generar un proceso evolutivo, no solo en el campo de la construcción, sino también de los otros sectores industriales. Coboce, dada la inmensa base productiva y rentable que posee, está en condiciones de cooperar a otras actividades industriales, por ejemplo, la automotriz, la metalmecánica, la eléctrica y en general la artesanía.
Un sector que merece atención preferente y ciertamente honesta es el transporte. La cooperativa ha estado permanentemente al servicio de los hermanos transportistas, para que el traslado de sus productos esté,  cuidadosamente, garantizado dentro del departamento y del país. Se ha hecho todo lo posible para ejercer sistemáticamente tres principios: a) Continuidad, de tal modo que los hermanos transportistas, tengan siempre carga. B) Que la oferta y la demanda se distribuya equitativamente entre los hermanos transportistas y c) Que los precios del transporte sean equivalentes a sus costos. La cooperativa ha hecho y seguirá haciendo lo necesario para mantener el equilibrio, el entendimiento y la paz. La región donde está instalada la fábrica y allá donde llega su influencia, ha merecido y merece cuidado, respeto y cooperación. En esta materia, es importante comprender que Coboce ha surgido, prácticamente de la nada, lo que puede dar corresponde a ese esfuerzo creciente. En la medida en que alcanza mayores niveles de desarrollo, en esa medida, lo que puede hacer por el bien común, también se agranda sistemáticamente. En ningún momento ha logrado avances con criterios exclusivos y excluyentes, todo lo que hace lo hace pensando en los hermanos de la región y en los de cada sector. La historia y el destino harán que cada vez más, esta nueva estructura económica y social, tenga mayores posibilidades para cooperar, para ofrecer puestos de trabajo, para estar al servicio de su medio y de su tiempo. Es urgente que Coboce, como un proyecto equidistante de los extremos, merezca la comprensión y el apoyo, tanto del pueblo como del Gobierno. En esa perspectiva, los cobocianos que hasta ahora hemos cumplido nuestro deber, seguiremos firmes en el camino de la solidaridad, del entendimiento y de la paz a la cabeza de nuestras estructuras de dirección correspondiente.
Internamente, en la dinámica de su propio progreso, la cooperativa mantiene cada mes más sólidas sus estructuras orgánicas. No hay nada que resquebraje o debilite su unidad. La cooperativa como toda estructura de avanzada tiene sus propios mecanismos de rectificación y afianzamiento institucional. Siempre está preparada para responder a los desafíos técnicos, económicos y sociales con oportunidad, sabiduría y heroísmo.  A lo largo de su historia, además de sus tareas específicas, ha realizado obras que forman parte del progreso departamental y nacional y están en la historia con su propia personalidad y solvencia.
Coboce cree en el diálogo, en el intercambio civilizado de ideas, propuestas y sugerencias. No tiene prejuicios ni intereses egoístas, siempre está dispuesta a escuchar y a realizar los esfuerzos necesarios para que todos tengan lo que justamente les corresponde.

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