Ese título tiene el soberbio artículo del Rvdo. Gregorio Iriarte, publicado el 20 de septiembre de 1994. “¿Qué hacer para que la política no degenere en intrigas, en corrupción, en arbitrariedades? Se preguntaba Platón después de la injusta muerte de su maestro Sócrates. ¿Qué habría que hacer para que el Estado y sus representantes sean justos y no cometan errores? Él encontró la solución: Se debe proceder siempre por principios fundamentales éticos y normas de carácter universal aceptadas como sana política por todos. Pero, 17 siglos más tarde un florentino daba normas totalmente opuestas a la del filósofo griego. Si para Platón los principios básicos de una auténtica política eran la honestidad, la justicia y el bien común del pueblo; para Maquiavelo era la eficacia, la conquista del poder y el saber mantenerse en él una vez conquistado. ¿Quién ha triunfado en la historia contemporánea, Platón o Maquiavelo? En teoría el primero, en la práctica quien vence es Maquiavelo”.
Ya en ese tiempo el escritor pedía que se lea la CPE y ahora en la nueva CPE, donde el espíritu y la concepción de la política según Platón, están presentes. Entonces y ahora sucede en el lenguaje político, en las campañas electorales, frente a la prensa escrita o televisada, en los debates y en la oratoria parlamentaria, ministerial e inclusive judicial donde predomina Maquiavelo.
El Rvdo. Iriarte aseguraba que los políticos se presentan como: “dechados de honestidad y sacrificados luchadores por la justicia social”. Enseñaba que en la práctica Maquiavelo es el “mentor de las ambiciones personales, el maestro de los que buscan la eficacia, el poder por el poder; es el inspirador de la política utilitaria sin otro sentido que las ambiciones personales”. Introduce la máxima: “Para llegar al poder y mantenerse en él, cualquier medio es lícito”.
Eso fue en septiembre de 1994, ¿Qué tal ahora 18 años después? En 4 años en el H. Senado de la República, he conocido muchos Maquiavelos, también a seguidores de Platón, reducidos en número; en las filas oficialistas como en las opositoras. Maquiavelo entre los senadores de Podemos que introdujeron el Referéndum para liquidar al presidente Evo Morales. En la orden sectaria del Ejecutivo para enjuiciar, sin argumentos justos, a la magistrada Rosario Canedo de la Corte Suprema de Justicia. En la recusación a casi todo el Tribunal de Senadores para evitar el proceso al presidente de la Suprema, aduciendo falsedades. Maquiavelo en una intrigante que asegura, sin veracidad alguna, que la hice retirar del Tribunal Constitucional.
1ro de Mayo, año 2012, supera de lejos Maquiavelo con la soberbia, imposición, ineptitud y enfrentamientos. Pocas autoridades con Platón, persiguen el bien común, la justicia, la fraternidad y el diálogo. Pervive el sufrimiento humano: los huelguistas de la salud por sus derechos, el magisterio urbano sin respuesta, los verdaderos indígenas en la IX Marcha perseguidos por los cocaleros, la COB en su lucha salarial. Platón ausente en los derechos humanos, en los derechos de la Madre Naturaleza; Maquiavelo, deslumbra en su intriga y perversión humana, mientras languidece la sana política platónica, aquella de los principios éticos.
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