Vistas de página en total

domingo, 16 de marzo de 2008

Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica hoy sobre los perros de la guerra.

(el apasionante artículo sobre la privatización de las guerras, lo puede leer en su integridad en www.iar-noticias.com del que hoy les ofrecemos la parte final)

En territorio estadounidense existen por lo menos treinta corporaciones transnacionales que se dedican a la prestación de servicios militares y de seguridad privados. Algunas, como es el caso de Blackwater USA, se especializan en contraterrorismo y lucha urbana.
Según la revista norteamericana Monthly Review, "las corporaciones privadas del capitalismo siempre han estado implicadas con la promoción de la guerra, pero su acción directa ha sido tradicionalmente limitada". Lo preocupante -señala la revista- es si estas multinacionnnales ingresan a una distorsión capitalista y, atendiendo a la ley de la oferta y la demanda, deciden ampliar sus lucros aprovechando sus excelentes contactos con los jefes políticos y militares que deciden la guerra.
La "veta de negocios" de los ejércitos privados incluyen servicios de custodia a empresas privadas, operaciones de seguridad, programa de interrogatorios (torturas), espionaje y entrenamientos militares, o ejercitación de escuadrones especiales (de la muerte) que operan en la clandestinidad.
También pueden ser contratados para tareas como recolección de cadáveres, investigación de secuestros, custodia de pozos petroleros, controles fronterizos, protección de importantes directivos, o para cuidar las espaldas de los periodistas y ejecutivos de los consorcios mediáticos que construyen la "información oficial" de la situación en Irak.En Irak y Afganistán estos consorcios privados de la guerra han desempeñado un papel esencial para el ejército estadounidense, complementando a su personal cuando necesitan refuerzos y haciendo los trabajos "sucios" que los propios militares estadounidenses prefieren no hacer. Investigaciones realizadas sobre las torturas de prisioneros demostraron que en la prisión de Abu Ghraib los interrogatorios los realizaban contratistas privados utilizando ex integrantes de servicios de inteligencia.
A raíz del escándalo por los abusos a prisioneros en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, los investigadores estadounidenses concluyeron que contratistas privados estuvieron presentes en más de un tercio de los casos probados.
Irak se ha convertido en la meca comercial de los ejércitos privados. Halliburton (en la cual tiene intereses el autor del plan privatizador, Dick Cheney) a través de sus subsidiarias figura como una de las empresas más favorecidas.
Entre las aproximadamente 40 corporaciones que operan en Irak se encuentran MPRI, SAIC, Armor Group, Blackwater, Erinys, Vinnell, Global Risk Strategies, TASK, Ariscan y DynCorp, Kroll Security, entre otras.
Una de esas empresas, Titan, un ejército de mercenarios privados, tiene base en San Diego y en su sitio en Internet se describe como "un proveedor líder de productos de información y comunicación, soluciones y servicios para la seguridad nacional".
Se estima que los 30.000 "perros de la guerra" que operan en Irak, contratados por unas 40 empresas militares privadas, reciben salarios entre mil y 50 mil dólares mensuales, pero, a su vez, individualmente, subcontratan a miles de iraquíes armados para que realicen los trabajos más riesgosos.
Según la publicación Monthly Review estas corporaciones privadas de la guerra "ganan 100 mil millones de dólares al año, es decir, una cuarta parte de la gigantesca suma de los más 430 mil millones de dólares que EE.UU. está invirtiendo en el campo militar".
La casi totalidad de esa cifra citada por Monthly Review es facturada por los consorcios que operan en la órbita de decisiones del lobby de negocios controlado por Cheney y Rumsfeld desde la Casa Blanca y el Pentágono.
Según los expertos, la conversión de la "guerra contraterrorista" de conquista en "industria privada" guió el objetivo central del plan de negocios del lobby conducido por Cheney Rumsfeld en la Casa Blanca.
En su planificación de "guerras futuras" el Pentágono estudia extender la privatización a más áreas de la ocupación militar, y las corporaciones militares privadas ya han comenzado a intercambiar información orientada a fusionar sus servicios en rubros determinados, a fin de competir con mayor posibilidad en el logro de próximos contratos.
Los ataques y "guerras preventivas" agendadas para lo que resta de la gestión de Bush (Irán, Siria, en primer lugar), además de sus objetivos geopolíticos-militares, buscan que la "integración del negocio bélico" alcance cada vez a más consorcios privados y que las guerras futuras se conviertan en una empresa privada financiada por el Estado imperial norteamericano.

No hay comentarios: