¿Porqué Bolivia? (Bolivia y el Che)
(Publicado en Granma, La Habana, IAR-Noticias, entre otros)
Esbozamos aquí unas ideas que pretenden explicar el porqué de la elección de Bolivia por Ernesto Guevara como campo de acción de su lucha armada, las circunstancias que vivió después en el escenario de nuestra América y del mundo. Tarea compleja ésta de resumir en pocas páginas con el énfasis puesto en el contenido ideológico de su accionar, y con las imprescindibles referencias a sus propias frases, a las de Fidel Castro y de los documentos políticos que produjeron ambos personajes durante y después de la campaña de Sierra Maestra y ante los foros internacionales a los que concurrió en representación de Cuba.
I. “Mi marxismo está enraizado y depurado.Soy consecuente con mis ideas.” E.G.1965
¿Qué opina usted del Ché Guevara? Me espetó a quemarropa el general Eufronio Padilla, embajador de Bolivia en Buenos Aires, en marzo de 1981, primer destino de mi exilio político decretado por el dictador García Meza. Antes de poder balbucir una respuesta ante el viejo militar que se jactaba de haber dado fin con los últimos vestigios de la Guerrilla, cuando siendo ministro de Gobierno del General Ovando había perseguido con saña al Inti Peredo hasta asesinarlo en un domicilio donde se escondía luego del fiasco de las acciones armadas en la región de Vallegrande. “El Ché fue un aventurero que vino a Bolivia a matar y fue matado” se respondió así mismo, sin darme lugar a una respuesta.
La brutal respuesta sonó cruel a mis oídos. Fue motivo de reflexión y de acalorada discusión con otros exiliados que no conocían ni por el forro el significado de ese nombre tan corto. Ché, con que los cubanos bautizaron a Ernesto Guevara para identificarlo como argentino y para familiarizarse con él.
¿Qué fue en verdad Ernesto Guevara? ¿Un soñador, que creyó en la utopía de la liberación, o el romántico aventurero que corrió el albur de conquistar la fama y el honor al precio de entregar su vida? ¿Fue el revolucionario consiente, aferrado a sus ideas, dispuesto a jugarse el pellejo para mostrarle al mundo que la via armada, era el único camino de la liberación? ¿Era un quijote moderno convencido de su noble misión? “Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, vuelvo al camino con mi adarga al brazo” les escribe a sus padres al dejar Cuba para partir a Bolivia. “Nada ha cambiado en esencia, salvo que ahora soy mucho mas consiente, mi marxismo está enraizado y depurado. Creo en la lucha armada como única solución para los pueblos que luchan por liberarse y soy consecuente con mis ideas” Qué sencillez de lenguaje, qué profundidad de pensamiento. En unas pocas frases describe su ideal de vida y le responde al militar boliviano: “me dirán aventurero y lo soy, sólo que de un tipo diferente y de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades”.
Esbozamos aquí unas ideas que pretenden explicar el porqué de la elección de Bolivia por Ernesto Guevara como campo de acción de su lucha armada, las circunstancias que vivió después en el escenario de nuestra América y del mundo. Tarea compleja ésta de resumir en pocas páginas con el énfasis puesto en el contenido ideológico de su accionar, y con las imprescindibles referencias a sus propias frases, a las de Fidel Castro y de los documentos políticos que produjeron ambos personajes durante y después de la campaña de Sierra Maestra y ante los foros internacionales a los que concurrió en representación de Cuba.
No resulta extraño que éste hombre de límpida imagen resultara encarnando las ideas libertarias que abrumaron a nuestra generación, la bandera de lucha, de real emancipación nacional, ante el fracaso que había devenido del simple cambio de patrono colonial al patrono feudal con las luchas libertarias.
Ernesto Guevara nace y crece en Rosario, Argentina de familia que nunca careció de nada, y allí afinó su sensibilidad social frente a la pobreza, la incultura, la desnutrición, el abandono de los más débiles por la sociedad burguesa. No es menos importante comprobar que estudia medicina y ciencias sociales para entender su voluntad de curar al enfermo y atender a su convalecencia. Enfermo está el pueblo latinoamericano carente de pan y medicina, el médico que es Ernesto sabe que tiene que curar el mal, pero no tiene alimento ni medicina.
La vida humana es la búsqueda de la verdad. Los grandes de la historia que destacan en el protagonismo de los pueblos, han sido buscadores de la verdad, de lo más genuino y auténtico, en América del Sur, a la par de Los Libertadores, surgen Los Fundadores del Alba, como llama Renato Prada a los guerrilleros que comprenden que un nuevo enemigo se apropió de la heredad y ha encadenado y sometido al pueblo, conculcando su libertad, acallando sus gritos, negándole el derecho a la vida y a los bienes materiales convertidos en su patrimonio exclusivo.
Todavía hay voces disonantes que acusan a Castro de haber usado al Ché “para tratar de exportar la revolución cubana. Aunque el objetivo fue implantar la justicia social a través de estimular el uso de las armas, la guerrilla ha fracasado o está actuando a la defensiva con excepción de México donde hay una guerra de baja intensidad operada por el gobierno contra los zapatistas”, dicen las voces que consideran perdida la batalla de la guerrilla marxista comandada por los movimientos de liberación. Los críticos del Ché no dejan de reconocer sin embargo la fuerza de su valentía y el carisma de Ernesto que ha capturado la simpatía y los ideales de la juventud mundial. Estas mismas voces dicen que “el Ché pertenece al pasado. Sus ideas políticas están enterradas como sus huesos” que dicho sea de paso fueron finalmente encontrados en Vallegrande y enviados para su sepultura a la ciudad de Santa Clara en Cuba.
El Ché símbolo absoluto de la guerrilla, representa hoy para miles de jóvenes un ideal concreto. Este hecho coloca a miles de residentes en Miami y otras ciudades donde viven cubanos que fueron dueños de prostíbulos, bares y casinos en la Cuba batistiana, alineados en la extrema derecha y que consideraron al Ché un intruso. Estos cubanos tienen recursos e influencia y hacen todo lo posible para tapar la imagen trascendental del Ché, la transparencia de su vida, la entrega a sus ideales, su acentuada personalidad y la lealtad perseverante a sus principios.
La tendencia a la explotación comercial de su imagen traducida en la fabricación y venta de ropa, música de rock y mil artículos en el mercado mundial, genera ganancias a los comerciantes, pero no hay que olvidar que también se siguen escribiendo libros en todos los idiomas y que la propia prensa norteamericana no puede soslayar el tema del guerrillero vilmente acribillado a balazos por un sargento borracho, que fue dopado previamente para matar a sangre fría a un hombre desarmado y herido que reposaba incomunicado en la escuelita pobre del todavía más pobre pueblito de la Higuera en la provincia Vallegrande del departamento de Santa Cruz.
II. Huésped del primer aniversario del 9 de abril. Vivió intensamente los tiempos de cambio en Bolivia
Para entender porqué razón Ernesto Guevara eligió Bolivia como base de la revolución, hay que situarse en el momento histórico que le tocó vivir, en su profundo conocimiento del país donde había pasado algunos meses ejerciendo nada menos que de improvisado redactor de noticias dentro de la Secretaria de Prensa y Propaganda a cargo de José Fellman Velarde uno de los ideólogos del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
La euforia revolucionaria que se vivía en Bolivia después del 52 era notable. Sus biógrafos dicen que el Ché participó en el impresionante despliegue humano que acompañó la celebración del 9 de abril y el entusiasmo desbordante que vivían los trabajadores y los campesinos que por primera vez en la historia republicana, vale decir desde 1825 tenían la oportunidad de estar presentes en la Plaza Murillo y desfilar frente al Palacio Presidencial portando sus viejos fusiles de la Guerra del Chaco o que simplemente los habían arrebatado a los soldados del ejército oligarca en los fieros combates que les dieron la victoria durante los primeros días de la Semana Santa de 1952.
Un entrañable amigo, con la lucidez que le acompaña siempre que se refiere a la historia de la Revolución de Abril, me revela que estando el Ché en Bolivia recién graduado médico, buscó y consiguió un puesto como tal en la Empresa Minera Bolsa Negra, más cuando llegó a su puesto de trabajo se encontró que estaba desierto, los mineros se habían marchado en masa a defender la revolución. Esperó algunas horas y los vio regresar eufóricos y armados de fusiles mausser en los camiones de la empresa.
La versión del amigo que asienta su relato en las cartas que el mismo Ché había escrito a su enamorada de entonces Tita Infante y dado a luz años mas tarde, no contradice la que refirió Gonzalo López Muñoz, periodista ecuatoriano que hizo de Bolivia su segunda patria y que compartió una misma redacción con Ernesto Guevara que vivió en carne propia el renacer de un pueblo a la libertad y su espíritu vibró ante la perspectiva de que esas masas totalmente entregadas confiadas en sus líderes, Siles Suazo, Paz Estenssoro, Lechín Oquendo, si bien los clasificó a la derecha, centro e izquierda del tinglado político de la Revolución. Se había dado la batalla contra los barones del estaño y se les había arrancado de las manos la propiedad de los yacimientos mineros. Aramayo, Hoschilld y Patiño habían dejado de ser el súper estado que mantenía un hegemónico control sobre la administración de Bolivia.
El Ché pudo comprobar y compartir el proceso de cambio. Quedó vivamente impresionado y escuchó de los protagonistas de las históricas jornadas el vívido relato de cómo unos pocos dirigentes de la clase media, de los trabajadores comandados por el legendario Juan Lechín y la dirigencia minera y los campesinos, muchos de ellos actuaban desde la clandestinidad, lograron derrotar al ejército, sometiendo un regimiento tras otro, hasta asumir el control total del pais y establecer un gobierno con Víctor Paz y Hernán Siles a la cabeza, puesto que su partido el MNR había ganado las elecciones once meses atrás cuya victoria les fue escamoteada por la derecha en santa alianza con los militares.
Todo da a entender que en aquellos días el Ché hubiera trabado relación con las primeras figuras de la Revolución y que mantuvo largas tertulias con Sergio Almaraz, René Zabaleta, las familias Rojo y Alem, Gonzalo López Muñoz quién siendo Director de Informaciones de la Presidencia le extendiera una credencial que le permitió circular libremente con identidad cambiada y figurando como Adolfo Mena, durante los meses previos a la instalación de los campamentos guerrilleros en la región de Vallegrande. López Olmedo casó con una hija de Jesús Lara escritor y fundador del Partido Comunista. Gonzalo fué funcionario de Barrientos Ortuño uno de los cinco generales que ordenó el asesinato de Ernesto Guevara.
Retomando su trabajo eventual como “redactor de noticias” en las oficinas de la Secretaría de Prensa de Fellman, locuaz y leído no tuvo dificultad en relacionarse con la élite de la Revolución, su diario contacto con las fuentes del poder naciente le hizo ver las virtudes, pero también los pecados del extraordinario acontecimiento. Parte de sus textos fueron filmados por el Instituto Cinematográfico Boliviano que produjo los famosos Boletines (de corto metraje) magistralmente editados en Buenos Aires, durante los tres primeros años de la Revolución de amplia difusión en los cines populares.
Porque su experiencia en Bolivia fue tan importante para el arraigo de sus ideas revolucionarios, el Ché siguió muy de cerca todo el desarrollo de la Revolución que pronto sería traicionada. El Ché sabía que aquellas masas que lloraron de alegría por “su revolución” estaban abatidas. Las grandes medidas como la Nacionalización de Minas, la Reforma Agraria, la Reforma Educativa quedaron en medio camino de ejecución. El Estado había quedado entrampado con el pago de indemnizaciones a los ex-propietarios, la producción alimentaria había descendido y se estaba importando lo más elemental, no había maquinaria agrícola ni los recursos para producir y asegurar el abastecimiento, la corrupción se estaba apoderando de todo el aparato del estado.
Tal como en los viejos tiempos los nuevos generales dejaban oir ruido de sables y la clase política se hacía cada vez más dependiente de los fierros para mantenerse en el poder. Llegó el Ché a la conclusión de la necesidad de empuñar de nuevo el fusil para reconducir la revolución inconclusa. Su formación humanista, su ímpetu por el ideal de justicia social quizá inspirado en las ideas de Jacques Maritain y de Leon Bloy y sus lecturas de Marx y Lenín para transformar la sociedad actual y la toma del poder por los trabajadores, le decidieron buscar a Fidel y Raúl Castro por aquel entonces exiliados en México y febrilmente empeñados en organizar la expedición del Granma. “Fue en un dia de julio o agosto de 1955 cuando conocimos al Che, -refiere Fidel- y en el curso de una noche se convirtió en el futuro expedicionario del Granma, aunque entonces la expedición no tenía barco, ni armas, ni tropas. Junto con Raúl el Ché integró la lista de los dos primeros expedicionarios. El Ché era el médico de nuestra tropa”.
III. “símbolo idílico de la rebelión juvenil”Newsweek 21.07.97 (Return of the Rebel)
¿Que si el Ché creyó en la utopía? Pero quién no lo hizo de Platón a Gorvachof. De la primitiva democracia que el filósofo concibió como la aldea ideal, a la Perestroika del soviético que desmanteló el imperio soviético, siempre existió la utopía bien precisada por los estudiosos. El Ché emprendió, como diría recientemente el Newsweek (Return of the Rebel) quijotescamente, la gran aventura para convertirse en el símbolo idílico de la rebelión. La crónica apareció el 21.07.1997 a propósito de la repatriación de los restos del Ché encontrados después de una prolija búsqueda de varios meses. Acto seguido en todo el mundo, en todos los idiomas, se ha desatado la “guevaramanía que concita la atención” de no pocos estudiosos.
De las intervenciones del Ché en los foros internacionales, de sus escritos de los últimos años se deduce la maduración cada vez más robusta de su pensamiento. Lo lastimoso es, esa su temprana desaparición, como lo expresara Fidel apenas a los 39 años, cuando prometía tanto para la humanidad entera.
En qué lugar se ubican sus ideas, dentro de las ideologías del tiempo moderno? Habida cuenta que de alguna manera nuestras generaciones son testigo de los procesos liberal, conservador, marxista, comunista, del socialismo reformista, con sus variantes de anarquismo y sindicalismo y nazifacismo, debemos reconocer que muy rápidamente ya a los pocos meses de su muerte, los estudiantes de Paris encabezan la rebelión de 1968, con un fuerte contenido del humanismo del Ché, combinado con la violencia, premiosa necesidad de cambio.
Sus denuncias contra la injusticia del sistema imperialista, ampliamente difundidos en el Tercer Mundo, activan y aceleran la revolución anticolonialista a la cual contribuyó, también como soldado, Congo, Algeria, Vietnam, Angola.
Si el liberalismo que proclama el derecho a la libertad, la vida y la propiedad que enfatiza en la facultad que cada individuo tiene para organizar su vida de la mejor forma, pensar y expresarse libremente, a participar en la política y que el Estado no intervenga en las transacciones comerciales o industriales se establece en la Constitución de los Estados Unidos y de Francia en los años 1776 1789, el conservadurismo opuesto a la revolución y favorable a los viejos valores de la sociedad como la monarquía, la tradición, la religión y la familia se afincó en ciertos regímenes especialmente los de naturaleza colonialista.
El socialismo o la doctrina de la hermandad e igualdad entre los hombres, se formó entre los revolucionarios radicales, artesanos y obreros. Los puntos principales tienen que ver con la economía, lo social y la política de igualdad, la lucha por la nivelación de los ingresos económicos de las clases sociales. Está en contra de las grandes diferencias entre el poder político y las personas. Fácil resulta ubicar al Ché en este tinglado, seguro de que su lucha significará el traspaso de los medios de producción a los trabajadores y logrará el efectivo control de los recursos económicos bajo propiedad comunitaria. De los socialistas que pretenden el cambio por la revolución hay claros ejemplos, así como de aquellos que prefieren el cambio por la vía pacífica, aun cuando éstos apenas se cuentan con los dedos de una mano.
Después de la Guerra Mundial de 1914, se acelera el proceso histórico y se dan los primeros gobiernos de partido único y se organizan gobiernos bajo este signo. El líder del partido es también Jefe del Estado y de su autoridad emergen directivas que se ejecutan sin discusión. Este hecho da lugar junto a otras causas a regímenes autoritarios como en Rusia, Alemania, Italia en éstos últimos la ideología se combina con otras viejas ideas desde los 1800. Lo nuevo fue que estos regímenes pretendieron el control de cada uno de los actos de la persona humana. El culto del líder todopoderoso fue asimismo un nuevo elemento. Ningún otro jefe de estado desde la época faraónica había alcanzado tanta veneración como los líderes de los partidos únicos de la centuria del 1900.
Luego hizo su aparición el neoliberalismo que nace con Milton Friedman y trata de los desafíos de la sociedad de bienestar y la creciente burocracia. Las ideas contrarían las de J.M.Keynes que había dado las recetas para combatir la desocupación en tiempos de crisis. (1930) Los monetaristas como también se conoce a los Chicago Boys de Friedman buscan el control de la inflación, la reducción del estado a su mínimo rol y la regulación por la economía de mercado. El estrago social que ello provocó está a la vista en el mundo de hoy.
Aún cuando Ernesto Guevara no sobrevivió a la crisis del todavía mayor empobrecimiento y mayor explotación que el neoliberalismo ha desatado en el mundo, nos había prevenido acerca de las nuevas modalidades y cambios que el imperialismo norteamericano se veía obligado a introducir de cuando en cuando (La Alianza para el Progreso) con el fin de demorar la entrega del poder a los explotados del mundo. (Véanse referencias concretas en la proclama de la Tricontinental concebida por el Ché en 1963)
Las ideas del Ché calan tan hondo en la conducción política que deberían ser materia de un estudio serio y multidisciplinario. Al modesto objeto de este estudio, de ésta introducción al estudio más propiamente acotemos que la revolución mundial –Lenín y Mao Tse Tung- enfrentaría al comunismo con el imperialismo haciendo inevitable la conflagración, Nikita Kruschov reformula la profesía en 1956, quizá no se necesite la guerra si se da la convivencia pacífica la lucha puede continuar pero sin guerra, en el campo de la ciencia, la investigación, el bienestar para las sociedades. Gorvachov va más allá –debemos unir al mundo sin condiciones para resolver los problemas comunes, el hambre, la ignorancia, las enfermedades y propone y obtiene el desarme inicial y el fin de la guerra fría.
Todo podría estar bien, pero aún quedan los conceptos-idea de Ernesto Guevara. La justicia que tiene que ver con la igualdad de los pueblos y de los hombres y la vigencia de los valores morales de honestidad, trabajo, integridad. Y de ello, los imperialistas no desean hablar. Quizá temen que de las cenizas del Ché, se levante el dedo acusador que condene la sociedad corrupta, drogadicta, decadente y ociosa del imperialismo. Continuamos el análisis del efecto de esas ideas en el Tercer Mundo.
La Iglesia Católica sin ser una organización política toma partido en asuntos político sociales para sus mil millones de católicos repartidos por todo el mundo. Como parte de su doctrina social especialmente en América del Sur, asumió un protagonismo religioso radical conocido como la teología de la liberación que explica la participación de sacerdotes radicales en movimientos guerrilleros de liberación.
La teología de la liberación reúne así el marxismo con el catolicismo radical. La nueva comunidad será formada por la lucha de los pobres que reclaman el reino de Dios en la tierra, estas ideas se generan en diversas encíclicas: Rerum Novaron, Quadragessimo anno y otras, así como en el pensamiento de Tomás de Aquino, Maritain, Bloy, Foucould, en concatenación con los Evangelios.
IV. De la teoría a la lucha revolucionaria. De Marx a Mao Tse Tung
Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario. La verdad social está por encima de cualquier enunciado. La revolución se puede hacer si se interpreta la realidad histórica y se utilizan las fuerzas que intervienen en ella, así se incorporan elementos de muy distintas tendencias que coinciden en la acción. Si tienen antes de la acción un conocimiento teórico adecuado pueden evitarse errores. “Nuestros hombres no tenían un criterio teórico formado, pero no eran ignorantes de los conceptos sobre la historia, la sociedad, la economía y la revolución que se discuten hoy en el mundo”
El mundo se pregunta, cómo y porqué un grupo de hombres destrozado por un ejército superior logra sobrevivir, fortalecerse hasta ser más fuerte que el ejército profesional para finalmente derrotarlo en batalla campal con tropas muy inferiores. El conocimiento profundo de la realidad y la relación estrecha con el pueblo, así como la firmeza del objetivo liberador más la experiencia y la práctica revolucionaria le dieron oportunidad de formarse un concepto teórico completo.
Ernesto Guevara define su marxismo. –La acción armada y luego la transformación política, económica y social son el resultado de la evolución del pensamiento de sus dirigentes. Se es marxista con la misma naturalidad que se es revolucionario. El mérito de Marx es que produce en la historia del pensamiento social un cambio cualitativo, interpreta la historia, comprende su dinámica, prevé el futuro. No sólo hay que interpretar la naturaleza sino transformarla. El hombre deja de ser esclavo e instrumento del medio y se convierte en arquitecto de su propio destino. Marx se coloca en tal situación que es blanco de los que no quieren el cambio, y quieren mantener lo viejo.
A partir de Marx revolucionario aparecen las ideas concretas de Marx y de Engels, de personalidades como Lenín y Mao Tse Tung que establecen un cuerpo de doctrina. -Luchar contra la vieja estructura del podder apoyados en el pueblo para destruír esa estructura, la base de la lucha, la felicidad del pueblo, era un ajustarse a las predicciones del viejo Marx. Independiente de que sus líderes profesen o no el marxismo, las ideas de Marx están presentes en los acontecimientos de la revolución.-
El Ché admira a Marx por su disciplina científica y porque en el proceso de la Revolución Cubana se cumplieron las etapas previstas en la teoría marxista casi de modo patético y hasta la transformación política y social que tiene lugar después del 59 y que desencadenó la furiosa arremetida imperialista que se encamina hacia el medio siglo, sin haber empero doblegado su espíritu.
V.“la violencia no es patrimonio de los explotadores, la deben usar también los explotados”.Primera Declaración de La Habana.1962
Los originarios de América Latina se han liberado del conquistador español, pero no de la explotación. Los señores feudales que sustituyeron a los hispanos continuaron sometiendo al indio a la servidumbre “No debemos admitir que la palabra democracia sea utilizada en forma apologética para representar la dictadura de las clases explotadas y que pierda su profundidad de concepto y adquiera el de ciertas libertades dadas al ciudadano” este prevención del Ché parece haber sido escrita ayer y está en concomitancia “con ciertas democracias que de tales sólo tienen el nombre” (Daniel Ortega en la campaña electoral de Nicaragua)
Luchar por restaurar cierta legalidad burguesa sin plantearse el problema del poder revolucionario es lucha por volver a cierto orden dictatorial preestablecido por las clases dominantes. La oligarquía rompe sus propios contratos y ataca al pueblo saliendo a relucir toda su agresividad: “La violencia no es patrimonio de los explotadores, la pueden usar también los explotados y más aún tienen el deber de usarla en su momento”. Hay una frase todavía más expresiva y dura, “no debemos temer a la violencia, la partera de las nuevas sociedades, olo que esa violencia debe desatarse exactamente cuando los conductores del pueblo hayan encontrado las circunstancias más favorables”.
El nudo de la cuestión. Cuál ha sido la actitud del imperialismo yanqui frente a la revolución latinoamericana? Librar una guerra colonial contra los pueblos latinos, crear el aparato para reprimir a sangre y fuego la lucha de los pueblos, lo que muestra el carácter continental de la revolución. A la unión de las fuerzas represivas debe responderse con la unión de las fuerzas populares y entonces nace la guerra de guerrillas partiendo de tres premisas.
Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército: el 9 de abril en Bolivia, en diciembre del 59 en Cuba. No esperar a que se den todas las condiciones al mismo tiempo, el foco insurreccional puede crearlas. En la América subdesarrollada el terreno de la lucha debe darse en el campo. La actitud quietista de la revolución que se refugia en el pretexto de que contra el ejército profesional nada se puede hacer es una constante. La paz es rota siempre por las fuerzas opresoras que se aferran al poder. El descontento popular va tomando forma y un estado de resistencia cristaliza en el brote de la lucha provocado por el régimen establecido.
“La guerra de guerrillas, tiene una serie de leyes accesorias además de las que responden a una guerra en sí”Las condiciones sociales y geográficas de cada país determinan el modo y las formas que adoptará la guerra de guerrillas. Por una parte el núcleo opresor y su agente el ejército profesional, bien armado y generalmente disciplinado, cuenta con apoyo extranjero y un núcleo burocrático. Por el otro está la población. “Se da entonces la lucha de masas, o lucha del pueblo cuya vanguardia armada y combatiente es la guerrilla. Numéricamente es superior al núcleo opresor aún cuando su potencia de fuego inicial sea inferior. El guerrillero cuenta con el apoyo de la población”. Una banda de malhechores se puede asemejar talvez a la guerrilla, pero no contará jamás con el apoyo del pueblo porque no defiende sus intereses sino la rapiña.
Ahora bien. Porqué lucha un guerrillero? “Es ante todo un reformador social. Empuña las armas en respuesta a la airada protesta por el cambio social. Se inspira en las reivindicaciones de los campesinos explotados que quieren ser dueños de las tierras que trabajan. El guerrillero rompe los moldes de Armada la tropa con esta mentalidad se lanzó a la Sierra Maestra.
De la vida nómade a la sedentaria. Se crearon centros de producción, fábricas de calzado y ropa, de armas, talleres donde las bombas arrojadas por la dictadura se transformaban en minas terrestres. El mejoramiento del campesinado, su incorporación a la lucha por la tierra, estableciendo escuelas con maestros improvisados. Se hizo el primer ensayo de reparto de tierras, se produjo en suma la identificación total de la guerrilla con el movimiento campesino.
Se movilizaron 10 mil soldados, opuestos por 300 fusiles que era toda la fuerza revolucionaria. De la defensiva a la ofensiva. La captura de 600 fusiles nuevos, el enemigo sufrió mil bajas entre muertos y heridos, desertores y prisioneros. Se preparó la guerrilla para iniciar una ofensiva desde los llanos aunque de carácter táctico y psicológico porque el armamento no podía competir ni en calidad, ni en cantidad. Se contó “simplemente con ese aliado imponderable que es el pueblo.” El campesino fue colaborador invisible que había todo lo que el rebelde no podía hacer. Los niños campesinos por primera vez pudieron disfrutar de la leche y de la carne de res que la guerrilla confiscó. En las Villas se dictó la reforma agraria. Los dueños de pequeñas parcelas dejaron de pagar las rentas. Se avanzó con la reforma como punta. Este relato que hemos resumido está contenido en la charla que brindó el Ché a los delegados internacionales que acudieron a la celebración del segundo aniversario del 26 de julio. “En la Sierra Maestra se dictó la Ley Número 3 que establecía una verdadera reforma agraria con reparto de tierras, las del Estado y las de los sirvientes de la dictadura. Estas fueron las proyecciones del ejército rebelde. En la práctica una democracia armada (¿?)” Se habían destruido las teorías de salón. En aquella ocasión Ernesto Guevara afirmó; “La revolución no está limitada a la nación cubana puesto que ha tocado la conciencia de América y ha puesto en alerta a sus enemigos. Cualquier intento de agresión será rechazado con las armas en la mano. La revolución ha puesto en capilla a los tiranos.”
Fue sin duda una revolución hecha para el pueblo y con su propio esfuerzo, que –nació de abajo, se nutrió de los obreros y campesinos- en aldeas y ciudades de la Isla y parodiando a José Martí: “con los pobres de la tierra, quiero yo mi suerte echar” para implantar el nuevo orden social. “Un revolucionario, un gobernante no debe tener, no puede tener ni goces, ni vida privada. Debe destinarlo todo al pueblo” y ésta como lo veremos fue su norma de vida en la guerra y en la paz. Profundamente convencido, severo y disciplinado.
Este razonamiento siempre presente en la mente de Ernesto Guevara se había enriquecido con sus experiencias internacionales “su formación ideológica vertida en muchísimos documentos y sus intervenciones internacionales habían dado a su figura una importante proyección” lo reconoce uno de sus primeros biógrafos Alfredo Dubois, quien refiere que el Ché había decidido abrir fuego en territorio boliviano al asegurar “que una revolución que no llega hasta sus últimas consecuencias está perdida” refiriéndose a que la revolución de abril que había inspirado a Cuba en la reforma agraria, la supresión del ejército y la nacionalización de minas, había tenido que ceder ante las dificultades (Discurso de análisis de la situación cubana, su presente y su futuro. (L.H.1960)
No vamos a analizar el rol cumplido por el Ché en su múltiple desempeño como militar, líder político, conferencista, internacionalista cuyas ideas alcanzan difusión mundial, puesto que no sólo desempeñó tareas importantes en la Cuba socialista sino que asumió las más pesadas responsabilidades pese a lo precario de su salud, aquejado por un asma persistente que le persiguió hasta la muerte. No sucumbió nunca al conformismo, al disfrute del poder, ni a los beneficios que entraña el mando. Su vocación humanista, su percepción del hombre y la necesidad de cambio fueron la constante de su conducta.
VI. Lucha y caída en la Higuera Octubre de 1967. 39 años atrás.
Se deberá empezar la historia por el final, cuando el 8 de octubre de 1967 es herido y hecho prisionero, horas más tarde asesinado por un mercenario ebrio Mario Terán. No vamos a describir las circunstancias de su muerte que fue el fin de un combate de 6 meses de 40 guerrilleros contra más de dos mil soldados que movilizó la Junta de los generales Barrientos y Ovando, aunque sí nos vamos a detener en las causas del fracaso de la guerrilla y por ende del derrumbe del estratégico plan continental que había concebido el Ché para la subversión total.
La lucha en Bolivia no fue un hecho aislado, sino parte de un movimiento de liberación que no tardaría en extenderse a otros países del continente. En discusiones con el Partido C9omunista (PCB) el Ché insistió en la conveniencia de un mando militar unificado, y en que la lucha debería estar dirigida desde la guerrilla y no desde las oficinas de la ciudad y que ésta se convierta en una escuela de revolucionarios con la participación de cuadros de los diversos países. Es harto conocido que el PCB, después de haber estado de acuerdo, retiró su apoyo y hasta impidió que jóvenes bolivianos bien entrenados en Cuba, llegaran hasta el campo de operaciones para ocupar sus puestos de combate. Otras causas fueron:
- Debido a un incidente fortuito, la presencia de la guerrilla en Valegrande es delatada públicamente 6 meses antes del tiempo previsto.
- Se producen deserciones de quienes no soportaron la dura disciplina de la guerrilla. Algunos de ellos al ser detenidos, revelaron datos perjudiciales al movimiento.
- Acusadas fallas en el elemento humano en cuanto a calidad combativa y número que nunca llegó al mediocentenar sin embargo obligaron a una gran movilización y a un gasto de recursos para el Estado.
- La falta de apoyo campesino. Aspecto muy especial del que ofrecemos detalles.
- No menos importantes resultaron la intervención directa de los Estados Unidos con apoyo de hombres (militares y espías de la CIA y de grupos paramilitares de los cubanos residentes en Miami).
- La detención del francés Regis Debray y sus declaraciones a la inteligencia militar dando detalles de la presencia del Ché.
La falta de apoyo campesino resulta notoria. Fue acaso un error del Ché sobreestimar la lealtad de los campesinos a su Revolución del 52 y por ende el rechazo a los militares que retomaron el poder con Barrientos a la cabeza en 1964. La respuesta nos la da Fidel Castro, cuando presenta el Diario del Ché en 1968 en La Habana.
“El carácter del campesino boliviano desconfiado y cauteloso no era desconocido para el Ché, que los había tratado en otras ocasiones, sabía que para ganarlos a su causa se requería de una acción prolongada, ardua, paciente, pero albergaba la menor duda de que al fin lo lograría”. El Ché decidió profundizar el proceso en Bolivia cuando supo que los militares retomaron el poder mediante un golpe de estado el 4 de noviembre de 1964. Era normal que conociendo de cerca esta problemática hubiera pensado en la recuperación de esa enorme masa que había quedado sin liderazgo ideológico.
Los reaccionarios que añoraban el pasado y miraban la pérdida de sus privilegios con nostalgia desataron una enérgica resistencia para restaurar el pasado y evitar el avance de la historia. Después de importantes deserciones que quebraron la unidad del MNR, se unieron a los opositores para derrocarlo, lo que constituyó una regresión histórica. La contrarrevolución retornó a la época trágica y nefasta anterior al 52, con tácticas de populismo de derecha y un autoritarismo secante. La masacre y su recurrencia se inició con la represión a milicianos nacionalistas en el cerro Laikcota, La Paz. A partir de entonces y durante 20 años se mantuvieron los militares de nuevo en el poder. Cuánta razón le asistió al Ché al intentar romper sus privilegios. Cuánta sangre y cuántos recursos habría ahorrado Bolivia de alcanzar sus objetivos la guerrilla de Ñancahuazú. Bolivia casi 40 años después sigue estando a la cola de los países del Continente, en cuanto a pobreza y desarrollo!
VII. La Bolivia de 1967
La revolución boliviana había durado 12 años. Se impuso el autoritarismo ordenancista, liquidando el Estado de Derecho de las libertades políticas y sindicales y se incrementó la dependencia externa. Era el tiempo de la vigencia totalitaria de la doctrina de la seguridad nacional. Los bolivianos volvieron a ser colonos. Las riquezas volvieron a ser presa de los grandes monopolios supranacionales y dejaron de ser patrimonio de los bolivianos, quedaron en efecto a merced del saqueo neocolonial. Se produjo, como lo sostiene el sociólogo Luis Antezana Ergueta una transformación cualitativa de profundas consecuencias, plagada de negaciones sociales y desarticulaciones políticas.
La explicación a la elección de Bolivia por el Ché, se da en el marco de la historia. Allí se había producido una revolución y el mismo general que daría la orden de asesinar al Ché, había asestado el golpe mortal derrocando al gobierno legítimo y procediendo a la restauración del nuevo orden además no olvidar que Bolivia se halla situada en el corazón de la geografía desde donde la guerra de guerrillas podría haberse extendido rápidamente creando, uno, dos, cientos de nuevos Vietnam. El poder había caído en manos de agentes imbuidos de la famosa doctrina de seguridad, una especie de permiso para matar si acaso existiera sospecha de sedición, del enemigo interno así, al cabo de algún tiempo, se comprobó que el Pentágono había proporcionado los recursos al general Barrientos por medio del Coronel Fox, agregado militar en la Embajada de los Estados Unidos. Bolivia había retornado al coloniaje y al neofeudalismo, se había desnacionalizado el poder, retrocedido en la construcción democrática y vuelto a la restauración burguesa. Perdido el poder por el pueblo todo sería posible.
La situación boliviana había derivado hacia –el nuevo orden- expresión acuñada por el nazismo para señalar el fin del tinglado decadente de la democracia liberal, occidental y projudía y la concentración del poder en manos de un líder carismático, como el instrumento para ajustar la nueva realidad. “No se trataba de un nuevo orden abstracto, sino que era muy concreto, como explica Guillermo Bedregal en su libro Doy la Cara. Era el orden neocolonial y neofeudal, la prolongación de la restauración del 64, así sus titulares no lo supieran. Esta realidad la asumió plenamente el cerebro privilegiado del Ché, hombre de avanzada cuyo pensamiento se ubica muy por delante de su tiempo material. Así presupuso que los campesinos al repudiar a los neofeudalistas, apoyarían la revolución, ésta era la lógica. Sin golpe militar del 64, el Ché no habría elegido Bolivia.
Sin embargo, hay marcadas diferencias entre el campesinado del Altiplano, de los Valles Central y del paupérrimo sudeste donde subsistía el miedo por el hombre blanco, eterno usurpador, más odavía si éste llevaba barba y estaba armado. El general Barrientos nacido en un pueblito del Valle, creció entre los indios y hablaba su lengua, el quéchua y llamaba a éstos –mis hermanos campesinos- y por consejo de sus asesores había puesto en vigencia un curioso instrumento jurídico-propagandístico llamado pacto militar-campesino, que ponía a los indios bajo la tutela de los militares, para evitar –que los pobres campesinos sean explotados por los anarco-movi-sindicalistas- además los obligaba a sendas movilizaciones, cuando descendía de su helicóptero en medio de la consternación de miles de ellos que jamás habían visto semejante pájaro volador. El general descendía “desde el cielo, trayendo pelotas y camisolas deportivas” por toda ayuda, jactándose de haber llegado a tres mil poblados indígenas. Dejaba en manos de los dirigentes comunitarios puñados de billetes que entregaba con pompa y sonajas a manera de soborno y a cambio de su apoyo. Alguna vez este cronista le preguntó que de dónde sacaba el dinero que entregaba en sus visitas, Barrientos respondió: “mis amigos lo ponen en mis manos para que yo los distribuya entre los campesinos”.
Otro factor psicológico fue la herencia ancestral del indio boliviano al coloniaje, o el servicio incondicional al patrón que lo sometió desde la colonia. Era callado, desconfiado y miedoso, por lo que en sus contactos con la guerrilla se mostró hostil, negativamente impresionado por la generosidad con que los guerrilleros le pagaban por alimentos y servicios. Era natural que acudieran apresurados a denunciar la presencia de los extraños ante sus autoridades originales que a su vez las trasmitían a los militares. Del “jilaka al regidor y de éste a los subprefectos” y así en la cadena del poder establecido.
Corolario
Ya los restos mortales de Ernesto Guevara descansan en Santa Clara, donde viven sus hijos. El pueblo de Cuba reunido en el Quinto Congreso del Partido Comunista le ha dado el adios! El mismo dia, en todos los pueblos del mundo libre han salido a las calles los jóvenes, los obreros y los campesinos, también en Bolivia donde fuera ultimado a balazos, 800 voces han llegado de América, Asia y Africa para decirle a los hombres que el Ché no ha muerto, que sus ideas viven, que su ejemplo de integridad, justicia social y defensa intransigente de los pobres está siendo imitado por los revolucionarios que han recogido su mensaje. “Toda nuestra acción, es un grito de guerra contra los explotadores del hombre, contra la barbarie moral de un sistema enajenante, deshumanizado y brutal que cobra cada vez más víctimas en el pueblo inocente, por sus guerras agresivas, sus aberraciones raciales, por su mezquina jerarquización del ser humano y el repugnante derroche de recursos económicos, científicos y humanos, de su desmesurado aparato militar, reaccionario y represivo en medio de un mundo mayoritariamente subdesarrollado y hambriento”. Fidel Castro en el Homenaje al Cuarto Aniversario de su muerte.
Al cerrar esta crónica, la hija del Ché Aleida Guevara March se encontraba de visita oficial en Bolivia, invitada por el gobierno de Evo Morales. En reiteradas declaraciones de prensa invocó a la Unidad del pueblo de Bolivia,” para obtener la Justicia y el Bienestar a que tiene derecho conforme a los ideales de mi progenitor el inolvidable Ernesto Ché Guevara.”
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Referencias bibliográficas:
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Mauricio Aira 20 / 10 / 2006IAR-Noticias
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UNAS ANOTACIONES A LA “INTRODUCCIÓN NECESARIA,” REALIZADA POR FIDEL CASTRO RUZ AL DIARIO DEL CHE EN BOLIVIA
Después de la publicación del Diario del Che en Bolivia se hizo costumbre, en aquellos que seguimos sintiendo el costillar de Rocinante, llevar un diario de campaña. Las tres veces que anduve por otras tierras del mundo llevé diarios, aunque estuviera totalmente prohibido debido a que en caso de caer en manos enemigas constituiría un medio de información de incalculable valor.
Es increíble que el Che dejara partir (de la guerrilla) a Debray, a no ser que hubiera considerado la situación de no contar con un apoyo urbano, en extremo delicada, y la misión de éste fuera buscar la forma de una retirada (decorosa) de la selva boliviana.
Las dudas sí, las refiere en el diario, así como su inconformidad, aunque de la actitud firme y valerosa hoy podamos tener muchas dudas. Ya el día 3 de octubre, el Che sabía que estaba perdido cuando escuchó la entrevista de Debray.
A estas alturas, Fidel Castro se encontraba hablando de movimientos revolucionarios internacionales.
Considerábamos, en esos momentos, que el término era de nuestra creación, pero FCR estaba utilizando un término que hacía mucho tiempo era manejado por la URSS en su relación con organizaciones de izquierda en países no comunistas.
Dos años antes del episodio de Bolivia se habían reunido en Moscú, delegaciones de los partidos comunistas y movimientos revolucionarios de casi todo el mundo, en donde acordaron apoyar a la URSS en su política de coexistencia pacífica y el compromiso de no apoyar ningún movimiento armado.
La publicación del diario, en Bolivia, no demostraba la incapacidad del ejército boliviano pues al fin y al cabo, después de muchos meses de caza, exterminaron a la guerrilla.
Todo lo contrario, podía ser motivo de inconformidad, pues siempre las masas se solidarizan con los más débiles. Las derrotas y la captura de más de doscientas armas al ejército boliviano es la demostración de la capacidad combativa de la guerrilla. Esto y el lograr resistir durante más de seis meses el acoso de tropas regulares, sin contar con apoyo rural o urbano, fue más que una proeza.
Las diatribas de FCR iban dirigidas (contra los seudo revolucionarios, los oportunistas, los charlatanes, aquellos que sé auto-conceptúan marxistas, comunistas y otros títulos) precisamente hacia aquellos que se habían reunido dos años antes en la URSS y contra el partido comunista boliviano, traidor a la causa del Che. Pero no lo dice abiertamente, lo deja en el aire, no llama a los traidores por su nombre. Aun en 1980 los soviéticos seguían tildando de aventurero al Che en todos los centros de enseñanza superior.
El Che sí se equivocó, al no seguir los postulados de la guerra de guerrillas. No creó su propia retaguardia y la confió a un partido comunista, de los que todos sabemos constituyen un medio más de vida en cualquier parte del mundo.
Pero se equivocó más. Cómo figura pública internacional él no podía dirigir una lucha de ese tipo sin afrontar las consecuencias de reacción, de los grandes centros de poder en su contra.
Las diatribas de FRC provocaron el primer período especial de su régimen. A partir de ellas comenzó, en esos años, un distanciamiento de la URSS (micro fracción incluida) y demás países socialistas.
No es hasta después de la fracasada zafra llamada “de los diez millones”, que FCR se vuelve nuevamente hacia los “viejos pericos” y despatarra al que hasta ahora le había servido fielmente ( y que había adquirido un poder increíble, INDER, INIT, MINED y PC), José Llanusa Gobel. Llanusa, revolucionario y fidelista, no veía con buenos ojos a los advenedizos viejos comunistas. Cumplió su papel y pasó al anonimato durante más de veinte años.
Los apagones y la falta de alimentos, ropa y calzado de finales de los años sesenta y principios de los setenta no han sido olvidados por los cubanos y puede que constituyera una preparación para cuando FCR dijo (en uno de sus más desastrosos discursos pre- período especial): “Las familias tendrán que guardar las ropas de los niños para pasarlas de unos a otros, de los grandes a los pequeños”. Eso fue lo que dijo a principios de los noventa, mientras que el pueblo cubano venía sufriéndolo desde los setenta.
El Che le daba tan poca importancia a su muerte como a la poca importancia que le daba a la familia: “...no les dejo nada material a mis hijos y no me apena, me alegra que así sea, pues sé que el Estado se encargará...”
Debo decir que la primera vez que leí la carta de despedida del Che, éste párrafo me golpeó profundamente. Me hizo comprender que el Che estaba tan convencido de su infalibilidad que consideraba al régimen establecido en Cuba insuperable e inextinguible. Comenzaba a traslucir cierto fanatismo.
Al Che sí le preocupaba sobrevivir a la lucha de liberación de Bolivia y por que no, de otros países latinoamericanos. De no ser así, hubiera aceptado la jefatura del secretario del partido comunista boliviano (Mario Monje) al frente de la guerrilla y él, haberse quedado de asesor político-militar. Quizás así hubiera funcionado mejor el movimiento guerrillero y se hubiera podido ocultar por mayor tiempo la presencia del Che en Bolivia.
Mario Monje no había librado ningún combate, así como tampoco FCR había librado ningún combate cuando desembarco en diciembre del 56. El Moncada, para él no fue un combate. Nunca llegó al cuartel.
La muerte de Martí y Maceo, a la que se refiere FCR, fue la llave que abrió la puerta para la intervención norteamericana en Cuba. Solo quedaban al frente de la revolución (de 1895) un desgastado Marques, un viejo General en Jefe (extranjero) y un Lugarteniente General (traidor), que pactó la intervención norteamericana a espaldas del General en Jefe y al Gobierno de la República en Armas.
FCR utiliza el nombre de Julio Antonio Mella para apaciguar a los viejos pericos y confundir al pueblo de Cuba. El mencionado señor no fue más que una persona que pasó por la historia de Cuba sin penas ni glorias, pero fue tomado como bandera por los seguidores del partido socialista popular (comunista) cubano.
Lo que FCR consideraba posibilidades de éxito, puede considerarse todo lo contrario, como que el Che estimaba la falta de apoyo “...lástima no tener cien hombres más en este momento"..., el eslabón fundamental de su fracaso.
Es una característica habitual de FCR llenar de epítetos insultantes al referirse a aquellos que no coinciden con su forma de pensar. De esa forma califica a Monje, en lugar de analizar con detenimiento las causas que llevaron al fracaso, en el cuál él tiene un protagonismo importante. Che era un organizador, tenía experiencia guerrillera (no militar) y podía catalogarse como titán revolucionario, pero su visión política fue extremadamente corta. Ningún extranjero tiene derecho a discutir el mando a un nacional. Ese derecho, al nacional, le pertenece “per se”. De manera que en el caso de no ponerse de acuerdo lo más aconsejable hubiese sido una honrosa retirada.
Es verdad que el Che, en la concepción estratégica de FCR, era la figura ideal para la liberación no solamente de Bolivia, sino también del resto de los países adyacentes y en general de toda la América Latina. No es menos cierto también que este objetivo no podía ser alcanzado con terquedad ni a la fuerza. Sobre todo si se carecía de ésta última.
Cabe destacar aquí, como FCR se refiere a los nexos existentes con los diferentes lideres bolivianos, Monje, Moisés Guevara y Oscar Zamora, a los cuales el Che ha considerado reclutar como sus colaboradores y que son los mismos que dos años antes se encontraban acatando subordinación en la URSS.
No es de extrañar que Zamora se convirtiera en uno de sus más venenosos críticos (del Che) en nombre del marxismo leninismo. No se puede esperar un triunfo, desde el momento en que un ente extranjero (por demás) escisiona una organización. El grupo guerrillero quedó sin apoyo logístico desde la ciudad. Este apoyo jamás le faltó a FCR en la Sierra Maestra. La diferencia consiste en que FCR jamás confió en los partidos ni en los sindicatos tradicionales y creó su propio movimiento y solo pactó con aquellos que no tenían relación directa con los anteriores.
Otro de los errores del Che fue el llevar para tal campaña a tantos cubanos. Daba la impresión de que Cuba estaba interviniendo directamente en los asuntos internos de Bolivia. FCR nunca llevó, a su lucha guerrillera, tantos extranjeros. La separación de los dos grupos guerrilleros, que debía ser solo por unos días, se prolongó y nunca llegaron a encontrarse, luego se supo que los mapas habían sido adulterados, ex profeso, por un agente de la CIA, en el propio territorio cubano, el “espía Francisco”. La desorientación en el terreno y la persecución del ejército impidieron el rencuentro.
La falta de visión política fue la causante de que las provisiones cayeran en manos del ejército boliviano. No cabe duda de que estas posiciones fueron auto-delatadas por Tamara Bunke, al dejar documentación “sensible” en el transporte en el que trasladó a Debray para establecer contacto con el foco guerrillero.
El contacto con el campesino boliviano no debe haber sorprendido al Che. Procedía de igual forma que el campesino cubano, en sus inicios, desconfiados y cautelosos. Solo que en la Sierra Maestra existían alzados antes de la llegada de los revolucionarios. Raúl Menéndez Tomasevich (fallecido) y Guillermo García (por solo mencionar a los más importantes) eran considerados, por la dictadura batistiana y gobiernos anteriores, como cuatreros. Estos fueron indultados por FCR y ascendidos a los grados de comandantes del ejército rebelde. En Bolivia, al parecer, no existía este tipo de personajes.
Al mencionar en su diario a “Radio Bemba”, el Che está reconociendo que sabe perfectamente que están tras sus pasos, que lo han detectado. Ha violado el principio fundamental de la guerrilla, no mantener una ruta constante y para colmo refiere estar tratando de mejorar las condiciones del médico, cuando lo que se recomienda en estos casos y el mismo lo practicó durante la invasión a occidente en Cuba, era dejar al que servía de impedimenta, para no limitar la movilidad de la guerrilla.
El grupo guerrillero había recibido un entrenamiento minucioso, a pesar de ser combatientes experimentados. Aun así, no creo que hayan estado preparados para resistir durante tantos meses el acoso de un ejército organizado y equipado por los Estados Unidos, además de tener que luchar contra la propia naturaleza. Puede decirse que fue en realidad una proeza desde el punto de vista táctico, que dejó muy mal parado al ejército boliviano.
Al final de la introducción FCR realiza una valoración política de la América Latina, que aun hoy mantiene vigencia. FCR tendría a esas alturas 41 años de edad, se encontraba en plena madurez. Podía, al menos, haber tratado de hacer algo verdaderamente revolucionario y no aliarse a un sistema que hacía mucho tiempo, desde la muerte de Lenin y el advenimiento de Stalin, que se encontraba condenado al fracaso.
Al parecer la única experiencia que sacó de la muerte del Che en Bolivia, fue, que para lograr sus sueños de combatir al imperialismo yanqui no se podía enfrentar a la Unión Soviética.
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