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lunes, 7 de noviembre de 2011

Daniel Pasquier con meridiana lucidez nos hace ver que Bolivia se halla frente al dilema: abrazar el Estado de Derecho o sepultar los altos valores "tirando por la borda" todo lo obrado contra el crimen organizado

ESTADO LEGAL PLURINACIONAL Y,  EL OTRO
                                                    Daniel A. Pasquier Rivero           
¿Otro punto de bifurcación, de la retórica acostumbrada desde 2006? El enfrentamiento presente en la sociedad boliviana no parece ser ideológico sino más bien pragmático y ético. Habitamos un territorio que posee de todo en cantidades incalculables, y hay mucho más  escondido por una carencia educativa manifiesta, porque todavía no hemos asumido que la educación es la principal herramienta para el progreso y desarrollo material, económico, social y político de los pueblos. El estado ilegal parece haber cobrado mayor fuerza.
La actitud del gobierno del Estado Plurinacional (EP) genera desconfianza. La marcha de todos, la de los indígenas del  TIPNIS, fueron  66 días de lucha contra el hambre, la sed y el hostigamiento, pero  consiguió que Evo Morales los reciba –después de esperarlo 60 horas en la Plaza Murillo-. Pocos aplausos fue el reconocimiento a su salida de Palacio “al encuentro de los hermanos”. Siguieron jornadas tensas pero positivas que fueron perfilando soluciones y propuestas, proyectos de ley, reglamentaciones, etc., sobre los 16 puntos demandados, con concesiones por ambas partes. Después, el país entero festejó y colaboró al  retorno de los indígenas a sus hogares. Pero al MAS le bastó desmovilizar a los marchistas para arremeter con todo contra lo firmado y sus actores. El mismo presi encendió la mecha reconviniendo al gobernador y al alcalde cochabambino por su silencio y apoyo indirecto a los marchistas; los cocaineros (cocaleros que producen coca para el narcotráfico) declararon la guerra a los indígenas y el rechazo a lo pactado por el presidente de las Seis Federaciones. ¿Dónde queda la credibilidad del gobierno, la fe en el Estado?
Pues igual que en otro caso. La corrupción que alcanzó al contrato de construcción de la carretera que atraviesa el TIPNIS, ha sido denunciada ante el Ministerio Público y en extenso  (www.msm.bo/2710/2011). Contra el informe oficial de técnicos del mismo viceministerio (VIPFE-DGPP-VIFSI-00029-2008),  ABC firmó el Contrato; otros informes de enero 2009 y 26/3/2009, que señalaban  sobreprecio en la obra entre 100.6 y 199.07 millones de dólares,  no fueron atendidos. La cereza sobre la torta, cualquier conflicto queda en manos de BNDES, el financiador, y bajo leyes brasileras. Con candado.
Mientras, la producción y el tráfico de drogas, el impacto de la economía de la cocaína en la economía del país, es un monstruo de mil cabezas. ¿Cómo se financiarán las empresas del Estado  y, sobre todo, con qué recursos se cubrirán los abultados déficits generados en su gestión? ¿No llama la atención ver un edificio millonario, con solo unas pocas heladeras y cocinas a la venta, mientras entran y salen civiles y uniformados? El último informe de la UNODC merece varias lecturas detenidas (http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/Studies/Illicit_financial_flows_2011_web.pdf). El mundo ya puso los ojos en el EP del MAS.

Brasil, Argentina y Chile desarrollan planes de contingencia para la contención del tráfico de drogas. Envían a sus más altos representantes sectoriales a La Paz a tratar el tema; invierten en tecnología de punta para la detección por tierra y aire de todo  movimiento sospechoso. Manifiestan en foros internacionales su voluntad de colaborar con las autoridades bolivianas en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico. Así de claro. El embajador de Dinamarca, Morten Elkjaer (Erbol 31/10/2011), ¿expresando sentimientos compartidos con otras delegaciones?, ha manifestado “Hay preocupación en todo el mundo sobre el narcotráfico”, y reclamó que el estudio “respecto al consumo de coca”, para lo cual han dado  financiamiento, “Tiene que ser un estudio bien hecho y de calidad”, es decir, confiable. Dicho de otra manera, ¡basta de mentiras, de corrupción y de narcotráfico!
La tensión va en aumento. Se decomisan toneladas de droga en frontera, se detienen personas y hay muertos de por medio. ¿Hasta cuándo estas acciones se mantendrán más allá de las fronteras? ¿Hasta cuándo aguantarán los nervios de nuestras autoridades? ¿Hasta cuándo asumirán los mismos narcos más pérdidas como riesgo calculado? Quizás por eso el presidente de pronto se sale de sus casillas hasta en reuniones del más alto nivel, en tono inimaginable entre pares, convocados para analizar y discutir soluciones a problemas compartidos. En Paraguay tropezó con Chile por matices en la declaración final; objetó la presencia del Rey de España, como símbolo colonizador de 500 años; concepto muy personal del presidente porque,  entre otras cosas, el Rey Juan Carlos representa una de las democracias más avanzadas en el mundo y la representación colonial abandonó estas tierras hace 186 años, y las de Cuba, menos.     
Pero esos detalles no parecen importarle a Morales. En el EP se ensaya la confrontación como recurso para definir poder. La praxis de  “el último recurso” cuando hay “proyectos irreconciliables de sociedad” es resolverlo midiendo  fuerzas físicamente; toda una declaración de vocación radical antidemocrática  expresada por el vice García en “Tensiones Creativas de la Revolución” (2011). Receta que han aplicado sus promotores sin medir costos, traducidos en muertos y otros. De esta manera, el gobierno y la ciudadanía están ante la alternativa de apoyar y desarrollar la actividad lícita, legal, honorable, éticamente aceptable, dentro del amplio respeto a los derechos y deberes ciudadanos en un Estado de Derecho. El trabajo honrado, en términos clásicos. O, por el contrario, abrazar decididamente, no solapada, al modelo alternativo: jugar al progreso material del país sobre  una economía informal, ilegal y, en última instancia, delincuencial. La magnitud de los recursos provenientes de la principal actividad ilícita, producción y comercialización de cocaína, terminará contaminando toda la estructura económica, social y política del Estado. Sepultando valores cívicos, sociales y políticos, personales e institucionales. Tirando por la borda lo avanzado en la construcción de un estado con democracia, incompatible en última instancia, con el crimen institucionalizado. ¿El EP está en una encrucijada o, es Bolivia la que enfrenta una de sus últimas oportunidades de levantarse y construir con dignidad una Patria para todos?
www.icees.org.bo/20111102; www.eldia.com.bo/20111103; http://www.aulalibrebol.com;     http://eju.tv/2011/11/estado-legal-plurinacional-y-el-otro/

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