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lunes, 9 de mayo de 2011

Preso: Leopoldo Fernández. Acosados: Rubén Costas, Ernesto Suárez, exiliados: Manfred y Mario Cossío, decenas, cientos de exiliados y perseguidos que alzan la vos de Susana Seleme



Cuando los demagogos se apoderan de un país, decía Aristóteles, pronto aparecen los tiranos. Cuando el líder populista y demagogo se alía al estamento militar y coopta a los niveles represivos del Estado, el espacio de la política es sustituido por la dictadura y los dictadores. En ese momento, la democracia ya no existe.

A eso vamos a pasos agigantados en Bolivia, como ahora que meten preso al presidente de la Asamblea Legislativa Departamental cruceña, Alcides Villagómez, por no darle gusto al totalitarismo masista que pretende copar tambien ese espacio, vía el artificio de un dudoso curul indígena -el yucararé-mojeño- en esa instancia autonómica. Ese pueblo como unidad étnica no existe: uno es yucararé y el otro es mojeño. Lo real aquí no es solo la politización de la justicia al servicio de Evo Morales, García Linera y compañía, que cita a Villagómez a la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen -¿cuál crimen?- y lo mete preso. Lo real es que detrás de Villagómez, viene la toma física y del poder político de la Asamblea Departamental, desde donde irán por la cabeza del gobernador Rubén Costas.

Como el mismo dijo, “esto es un golpe de Estado”. Sí, uno más a la institucionalidad democrática, basada en el voto popular al que desprecian y por eso no lo respetan. Golpe de Estado como el que dieron en Pando hace más dos años, más tarde en Tarija, lo están dando Beni y ahora en Santa Cruz. Golpes de Estado vía guillitonas judicales, a falta de guillotina reales, como las usadas en la época de Jean-Jacques Rousseau, el jacobino que impuso su uso en la Revolución francesa (1789). Fue el tiempo conocido en la historia universal como la época del ‘terror’, y así y todo, el ‘Vice-copresidente no tiene empacho en declararse el último jacobino, y quiere que Morales sea el Jean-Jacques Rousseau de este Estado pluribochorno violador sistemático del Estado Democrático y Social de Derecho.
Todo forma parte de la toma del poder total para el destino manifiesto expresado en tantas oportunidades por el presidednte y su copresidente, el ‘Vice’: llegaron para quedarse, no dos o tres períodos de gobierno, sino 50 años, a partir de la ‘bolchevización de la sociedad’, quinta etapa del ‘proceso de cambio’. ¿Cual cambio? El cambio hacia la dictadura, hacia la negacion de la pluralidad democrática, de la libertad de opinión individual y de la libertad de prensa, del respeto a los otros que piensan diferente, incluídos los sectores populares como las Centrales Obreras. Es decir, totalitarios al mejor estílo de la ex Unión Soviética con sus prácticas estalinistas, encarcelamiento y muerte de todo indicio de disidencia.

¿Vamos a seguir manteniedo un silencio suicida y estupido frente a la permanente politización de la justica y de la dictadura ya sin tapujos? Estamos a tiempo de dar un cuarto de conversión y volver a la ‘unidad’ de la fuerzas demócratas y autonomistas de Santa Cruz y Bolivia para enfrentar al único enemigo principal: Morales y sus hombres. No hacerlo, además de suicida y estúpido, es seguir bajo la dictadura. No gritar hoy el complot contra la democracia en Bolivia, es seguir soportando más golpes -“los heraldos que nos manda la muete”, ya lo dijo el peruano universal que fue César Vallejos- como la farsa de elección directa de magistrados. La justicia estará entonces, ya sin límite democrático alguno, al servicio del poder político dictatorial, de sus abusos y de sus embustes.

Los embustes

Sin otro fundamento que ‘sentarle la mano’ a los autonomistas y emprendedores cruceños, el llamado ‘caso’ terrorismo-separatismo-Rózsa-Sosa, feroz complot político contra Santa Cruz, se va quedando sin pruebas. No hay un solo indicio de separatismo, menos de terrorismo y como no había pruebas contundentes, ni un arma más o menos potable ni nada concomitante para sustentar la acusación, ahora el servil fiscal Sosa, servidor de sus altos mandantes políticos, arguye que destruyó las armas y las ‘pruebas’ por peligrosas. Como no hubo ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario, las mentiras suman y siguen, como si fuéramos subnormales para creernos las calumnias y no detectar los embustes.

Mientras el presidente Evo Morales se deja llevar por el cada vez explícito culto a su personaldad (fomentado por los aduladores y oportunistas de siempre que se aprovechan de las debilidades del líder y lo nombran guía espiritual de los pueblos indígenas de América, declaran patrimonio nacional a su natal Orinoca y abren su novísimo museo) el ‘Vice-copresidente’ es quien gobierna. El si sabe muy bien que es el terrorismo y qué es ser terrorista, pues confesó publicamente haberlo sido. Lo corrobora la historia de Bolivia, cuando derrumbaba torres de alta tensión y asaltaba bancos y empresas para sus terroristas y delictivas acciones. Por tanto, nadie como él sabe que el terrorismo y los terroristas equivalen al período de la destrucción por la destrucción, cuando no importan las muertes ni de los no propios combatientes ni de los adversarios.

“La guerra del terrorista es total, es el triunfo definitivo del principio de muerte por sobre el de vida” como apunta Fernando Mires, afirmación que jamás se la podrá endilagar a ninguno de los 39 imputados en el grotesco complot contra Santa Cruz y la mayoría de su gente, que no disparon un solo tiro y no son psicópatas políticos como los que gobieran Bolivia.

Aquí, los únicos tiros disparados fueron los que segaron la vida de los tres mercenarios, asesinados por miembros del ex comando Utarc, ya condecorados por esa criminal hazaña. Ese sí fue un terrorismo de Estado, premeditado y alevoso, como las violaciones al derecho de 39 imputados sin pruebas, hoy presos, exiliados o proscriptos a partir de testigos sobornados - como el ‘Viejo’- para inculpar a inocentes y darles el pase a la cárcel. Entre ellos los jóvenes Zvonko Matkovic hijo, Hugo Paz, Hugo Vázquez, los Gelafios Santisteban padre e hijo, Gueder Bruno y Alcides Mendoza por haber vendido un arma sin mira telescópica y cuyas familias en Santa Cruz las pasan más que negras para sobrevivir, entre otros.

En la cárcel de San Pedro, en La Paz, además de cruceños, hay benianos, pandinos y tarijeños, sin haber cometido delito alguno, hoy unidos en la desventura que provoca la presión, más allá de lo que dijeron o no dijeron algunos de ellos, esperando que la unidad de la oposición política democrática ponga freno a los abusos totalitarios del MAS. Hay un preso político emblemático, como Leopoldo Fernández al que no doblegan ni en la inhóspita cárcel de Chonchocoro. Hoy está acosado el gobernador del Beni, Ernesto Suárez; exiliado el gobernador Mario Cossío de Tarija y los actuales atropellos contra el gobernador cruceño Rubén Costas, solo por ser autonomistas adversarios políticos del centralismo autoritario y abusivo de Morales y sus hombres.

Al cabo de las tantas idas y venidas del servil fiscal Sosa, lo único que queda son las grotescas violaciones al derecho de los 39 imputados, como el derecho al juez natural, aquí en Santa Cruz, donde se habría producido un delito que nunca existió; el derecho a la presunción de inocencia, al juicio justo y a la igualdad en la administración de justicia. Derechos conculcados a otros presos y exiliados que hicieron uso de su democrático derecho al disenso, algunos con arrestos domiciliaros o medidas sustitutivas, y a políticos y empresarios por no aceptar el ‘pensamiento único’ de los totalitarios del MAS. Ahí están como testigos el empresario Humberto Roca Leigue, y ahora Samuel Doria Medina.

Los supuestos ‘financiadores’

Ni armas, ni pruebas de separatismo, ni “financiadores” tras dos largos años investigación por parte del servil fiscal Sosa, servidor de sus mandantes políticos. Dos años de zozobra, extorsión, amedrentamiento, prisión y exilio a los imputados y a sus familias. Los ‘financiadores’ no aparecerán porque aquí solo se financió las campañas para sustentar la lucha autonómica, no como dijo el ex ministro de Gobierno, Alfredo Rada: "Esta investigación debe esclarecer quién o quiénes financiaron a esta estructura separatista, quién o quiénes dieron cobertura política”. Claro que Rada está hoy en ‘plan pijama’ como señalan en Cuba a los desterrados de la función pública y que perdieron el favor del régimen, por alguna ‘mala acción’. Con incontinencia verbal propia de cínicos manipuladores, Rada mencionó, sin dar nombres, a autoridades cívicas, departamentales y algunos líderes políticos regionales. Como dijo un miembro del Estado pluribochorno: “sabemos quienes son, ahora falta poner nombres”. A alguno ya le han puesto hasta apellido: Branko Marinkovic, mientras otros se salvan.

Según un informe de investigación periodística sobre el caso de marras, publicado por el periódico Los Tiempos de Cochabamba, veinte meses después del a-justiciamiento a los tres extranjeros en Santa Cruz, Sosa abrió un nuevo cuaderno de investigación titulado Terrorismo II, a cargo de la fiscal Mery Gutiérrez para dar con los ‘financiadores’. Ella ha solicitado a su colega que le entregue información para indagar en la Unidad de Investigaciones Financieras. ¿No sabe que Sosa ‘ha peinado’ los estados financieros de toda aquella dirigencia, y no precisamente para dar con el objetivo de su búsqueda, que nunca existió, sino para violar más derechos –el de la confidencialidad- y para algunos otros menesteres nada santos?
Tengo ganas de gritar y grito ¡basta, no más abusos!

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