Con toda confianza nos ha comunicado que ante la conspiración para revocarlo, prefiere estar muerto que abandonar el Palacio. Entre nosotros y sin testigos, quiero decirle que sería un tremendo error sacarlo del Palacio y peor muerto. Usted necesita estar vivito y coleando, cuando se cumpla el mandato que le dio el pueblo para gobernarlo. Es más, creo que usted debería vivir tanto tiempo, como sea necesario, para que se dé cuenta, para que tome conciencia del daño que le hizo al país, en la mejor coyuntura mundial que tuvimos y poder sacudirnos de la pobreza.
El papel de víctima con el que siempre se ha vestido, le queda cada vez más corto; mostrando la desnudez de sus ideas, de sus principios y de su educación. Fue víctima de Hugo Banzer, cuando se propuso como política “coca cero” para terminar con el narcotráfico, fue víctima de Jorge Quiroga cuando le echó del Parlamento por su complicidad con la tortura y muerte de los Andrade, fue víctima de Gonzalo Sánchez de Lozada, a pesar de que lo hizo segundo en las elecciones de junio de 2002, fue víctima de Hormando Vaca Diez a quien usted no le permitió la sucesión constitucional, fue víctima de Carlos Mesa a quien le obligó a tomar la Agenda de Octubre, esa misma agenda que usó para obligarlo a renunciar, fue víctima de Eduardo Rodríguez a pesar de que éste le facilitó las elecciones con un decreto supremo inconstitucional, ahora es víctima de la “oligarquía” y “unas cuantas familias cruceñas” a quienes acusa de conspirar contra su gobierno y su propia vida.
A cambio de toda esta historia de victimación permanente con la que vive, ¿Qué ha hecho usted para merecer tanto castigo? Ha defendido la coca ilegal y ahora la expande y facilita las operaciones del narcotráfico en toda Bolivia, ha golpeado permanentemente las exportaciones desde su posición como dirigente cocalero que ostenta hasta ahora y sigue con esa práctica, cerrando mercados, disminuyendo las inversiones, ahuyentando a los empresarios, insultando y amenazando a los que invierten, declarando oligarcas a los que tienen patrimonio, y persiguiendo a los que se atreven a desafiarle, ha descalificado permanentemente a sus adversarios políticos acusándolos de maleantes y se ha rodeado de verdaderos delincuentes con placa de oenegés, ha desatado la lucha étnica poniendo al pueblo contra el pueblo y se ha convertido en mal socio de bravucones sin visión histórica.
Para ocultar este prontuario que cuelga de su pecho se hace víctima. Déjese de payasadas. Nadie conspira contra usted. Son sus propias acciones las que lo descalifican y convierten en todo lo que es: dirigente sindical cocalero y socio de la coca excedentaria.
Nadie lo combate por su condición indígena. No se equivoque. Este es el escudo étnico con el que trata de disimular su ausencia de políticas de estado, su falta de educación y su soberbia cocalera. Usted quiere imponer al pueblo una constitución excluyente, indigenista y retrograda. Usted quiere que los bolivianos nos veamos como enemigos, porque no tenemos una sola cultura, un solo idioma y una sola forma de pensar. Y ante estos despropósitos que han ocasionado muerte y dolor a lo largo de estos dos años de desgobierno, pretende vender la idea al extranjero de que se lo ataca por su condición de indio. ¿No es que su cultura le prohíbe ser mentiroso?
Sepa que todos los que confiaron en usted para tener una política de cambio en democracia, se sienten defraudados porque solo recibieron a cambio de su voto, golpes a la democracia, golpes a sus instituciones, golpes al bolsillo del pueblo y ahora se enteran de que a usted nunca le importó la ley ni el orden.
Gracias a usted los bolivianos estamos mentalmente bloqueados y aislados del resto del mundo que no atina a comprender lo que nos sucede. Viva usted lo suficiente será la única forma de que conciba creer en Bolivia que lo ha parido a pesar de todo.
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