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miércoles, 28 de mayo de 2008

Víctor Vargas Montaño acaba de publicar en www.hoyBolivia.com un trabajo de reflexión profundo que se lée con unción

El que siembra cosecha! Por eso hay que saber sembrar


Desde todo punto de vista son lamentables los hechos ocurridos en Sucre el día sábado 24 de mayo, creo que nadie en su sano juicio lo justifica. Sin embargo, es bien sabido que “el que siembra cosecha, por eso ¡hay que saber qué sembrar!
No quiero ni puedo justificar lo ocurrido en Sucre, sé que las personas por más santas que nos creamos, en algún momento de nuestra vida podemos perder los estribos y comportarnos peor que animales salvajes, no es nada del otro mundo, lo llevamos inmerso en nuestro SER. Cuando los humanos perdemos la razón solemos actuar de manera impredecible, usamos nuestra astucia para causar daño y de lo más aberrante.
Realmente no creo que esos jóvenes hubieran actuado de esa manera si no hubieran sido provocados, insultados y hasta amenazados en su propio reducto. A nadie le gustaría que nos digan que vendrán a nuestra casa porque les da la gana, mucho menos si públicamente se amenaza con huestes cocaleras como lo hicieron los del gobierno para supuestamente adueñarse de los festejos de los chuquisaqueños. Eso es provocación, insulto y ahí están los resultados de ese comportamiento.
No creo que tengan conexión alguna, pero como dice el título, “el que siembra cosecha”, no hace mucho ocurrió un hecho similar no previsto, no filmado por la prensa ni comentado en debida forma porque los actores fueron a la inversa; me refiero concretamente a lo ocurrido en San Julián cuando los masistas bloquearon el paso para que no asistan al Cabildo del Millón los autonomistas de pueblos aledaños. ¿Se acuerdan? Fue exactamente igual, los masistas estaban preparados esperando a los indefensos e inoportunos Autonomistas que deseaban participar del Cabildo, los golpearon, los humillaron, les hicieron quitarse sus poleras autonomistas y pisotearlas, rasgarlas, barrer el piso con ellas y hasta con su humanidad; los humillaron sin clemencia alguna, pero claro, pasaron los hechos casi desapercibidos, los cambitas no son llorones ni se quejan por doquier: además, los actos fueron protagonizados por los intocables activistas y simpatizantes del partido de gobierno en contra de los opositores.
De esos lamentables hechos nadie dijo nada, no aparecieron los humanitaristas, la policía ni el Ministerio Público investigó nada, tal parecería que cuando las ofensas son contra los no masistas, sean estos de la oposición o simplemente de los no activistas políticos ni politiqueros, a nadie le importa. Sin embargo, ahora que los ofendidos resultaron ser los del gobierno, hasta hay quienes dicen que sienten vergüenza por lo ocurrido en Sucre y aprovechan la oportunidad para tratar de impregnar su mazmorra a todos los Departamentos Autonomistas. Sin embargo, no dicen nada contra el traslado de contingentes masistas a otros departamentos en busca de mayores conflictos.
Tanto es el desatino del masismo que inclusive sin pelos en la lengua indican que fortalecerán su guardia civil o grupos de “choque”; es más, están sometiendo a nuestras fuerzas del orden y el ejército a potestad de extranjeros. Eso sí causa vergüenza, ¿Cómo es posible que los dueños del Poder del Estado creen grupos de choque frente a la sociedad civil? ¿Cómo es posible que se admita un sometimiento de nuestras instituciones a órdenes de extranjeros? De eso realmente debería darnos vergüenza, se está mellando los derechos propios de la ciudadanía, se está poniendo en descrédito a nuestras instituciones más representativas y esa es la imagen que brinda el oficialismo ante la comunidad internacional.
Vuelvo a insistir, no comparto ni pretendo justificar los hechos ocurridos en Sucre ni los de San Julián, pero es bueno recordar que no son los únicos hechos protagonizados en esta gestión de gobierno, este no es más que el resultado de gobernar Dictatorialmente en plena Democracia, pero, debemos tomar en cuenta que a la vez son la simple muestra de lo que puede venir a futuro si se sigue instigando al enfrentamiento trasladando gente de un lugar a otro para provocar e insultar a la sociedad.
Creo que es hora de cambiar, es hora que los masistas empiecen a tomar algunos cursos de gobernabilidad y dejen de utilizar el poder del Estado como una especie de bastión sindicalista para arremeter contra la sociedad civil, que aprendan a respetar la dignidad de las personas, de las autoridades en general y de las instituciones para que así también se vayan ganando el respeto de la ciudadanía. Que aprendan a escoger la semilla que deseen sembrar, de lo contrario, el caos apenas comienza y cada semilla de rencor, odio y “sed” de venganza que se vaya sembrando en el pueblo, puede llevarnos a una verdadera tragedia. Dios no lo permita.

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