Existe un refrán muy conocido, pero no por ello menos sabio y que dice que “respetos guardan respetos”. Ésta debe ser sin duda una forma de entender las relaciones cotidianas entre personas, más allá de su condición social, económica, credo u otras diferencias que hacen al ser humano.
Los vínculos por ejemplo entre gobernantes y gobernados tienen que estar rodeados de consideraciones respecto a la autoridad que posee una investidura que emerge del voto popular o de la función que se le ha encomendado, y viceversa, es decir, que la autoridad tiene que dispensar a su vez respeto al ciudadano y atenderlo con prontitud en la resolución de trámites y otras situaciones.
Lo mismo debe primar en las relaciones entre el Presidente y la prensa. Sería una falta de criterio que periodistas tengan palabras ofensivas contra la investidura del Primer Mandatario, o que adopten cierta confianza que no condiga con el respeto debido. Y la relación del Mandatario tiene que tener la misma reciprocidad. Es condenable por eso mismo que un periodista cruceño se refiera al Presidente con un lenguaje lleno de crasedades que raya en el insulto, pero es uno sólo.
Por ello, extraña que el presidente Evo Morales, de las acusaciones que pronunciaba contra la prensa, con aquello de “sucios” o que los “periodistas son sus peores enemigos” hubiese pasado, los últimos días, a la burla o la mofa. Durante una reunión de directivos de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que arribaron al país para dialogar sobre la libertad de prensa, el Presidente dijo que los periodistas parecen “pollos de granja” aludiendo a las preguntas probablemente sonoras y desordenadas que le formulan cuando lo entrevistan, pretendiendo justificar de ese modo, su decisión de no conceder entrevistas a la prensa nacional, pues como se sabe las entrevistas del Presidente son selectivas, es decir, sólo están destinadas a la prensa extranjera que formula preguntas, previo cuestionario.
En el marco de la reunión de los productores de oleaginosas y trigo en Santa Cruz, el Presidente lanzó otra mofa a los periodistas llamándolos “gallos y gallinas”, cuando los periodistas le pidieron que conteste sus preguntas, desde el interior del recinto, el Presidente les respondió “gallos y gallinas” y siguió su curso.
Luego, cuando los camarógrafos fueron convocados para ingresar a la reunión, el Jefe de Estado levantó su vaso con leche de soya y a manera de brindis dijo: “salud pollitos”.
Esta conducta del Jefe de Estado no puede ser considerada como anecdótica, ni mucho menos, tomando como antecedente las tensas relaciones que Evo Morales ha marcado con los medios de comunicación social y los periodistas, desde el instante mismo en que juró al más alto cargo de la Nación.
Las relaciones entre el Primer Mandatario del Estado con la prensa, o con cualquier otra institución, tienen que estar rodeadas de un alto grado de respeto, y por muy conflictivas que sean, porque en toda interacción humana, y mucho más política y social, se presentan factores de resistencia cuando no de enfrentamiento, siempre debería primar el respeto y la prudencia. Los excesos verbales de quiénes ocupan los más altos cargos, caen indefectiblemente en un abuso de poder.
casi a diario accedemos a textos cuya importancia necesitamos almacenar, tenerlos siempre a la mano, recordarlos a menudo, éste el objeto de este blog, porque los textos resultan documentos imperdibles.
viernes, 5 de junio de 2009
el diario cooperativo OPINION sale por los fueros de los periodistas y califica abuso de poder a las bromas pesadas de Evo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario