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viernes, 22 de mayo de 2009

el miedo se está dejando sentir al abuso policial, a los encapuchados, a la confiscación de la propiedad, al despojo, miedo a la intriga en terrorismo


El miedo recurso para gobernar
Mauricio Aira


Vistos los dividendos que cosecha el régimen originario socialista in extremis es harto conocido que el poder del miedo se va apoderando de la dirigencia nacional percibiendo poco que allí se generan sus desgracias en detrimento de todos los bolivianos. A esta altura de los acontecimientos son muchos los que se percatan de estar siendo gobernados por un régimen de facto, desde el instante mismo en que cortaron las alas del Poder Judicial que les permitían cierto vuelo hacia la legalidad, sin contar los cercos y la intimidación permanente ejercitada contra senadores y diputados que no militan en las filas del MAS.
El oprobio va en aumento si cabe a medida que la “elite gobernante de izquierda delincuencial” se va apropiando de todo lo posible, importándole un comino la institucionalidad democrática, puesto que a las injusticias oficialistas expresadas de muchas manera como adueñarse de la propiedad privada, incluyendo bienes de la Iglesia Católica, malquistar a los líderes naturales y pastores religiosos con su grey llenándolos de oprobio, intrigándoles ante la masa, como ha sucedido recientemente con el arzobispo de Cochabamba monseñor Tito Solari, religioso con más de 40 años de vida en el país e insultado y tenido por extranjero y charlatán por unos pocos masistas agitadores.
Aún cuando se pregone la perennidad del ascenso de los originarios, su socialismo a ultranza no dejará de ser precario, fruto de una inviabilidad histórica, sumida en una crisis mundial de dimensiones colosales de la que no podría escaparse “sin posibilidad de blindaje alguno”. La fuerza del MAS radica en infundir el miedo, en los azotes, la tortura, las amenazas y las detenciones con encapuchados de por medio y los crímenes y linchamientos.
Los intentos constitucionales de restaurar la historia y ajustar “el cambio” a un nuevo molde de sociedad no se pueden advertir salvo el cohecho y el soborno que en forma de devaluados bonos reciben segmentos de la comunidad harto desvalidos y castigados con la indigencia al carecer la Nación de fuentes de trabajo, o medios más dignos de subsistencia. Quizá por ello, porque el monto ínfimo de los beneficios que se distribuyen que en su inicio significaron algo, ahora con el alza de productos y servicios se ha depreciado y es factor de depresión colectiva y desesperación porque se han creado nuevas necesidades y el gasto familia ha ido en aumento.
El desparpajo gobernante sin otro impulso que “la voluntad del caudillo” cuyas luces no alcanzan a iluminar su entorno más próximo y mermado en su rendimiento por el desgaste físico y síquico que estar siempre a salto de mata, sin dormir ni reflexionar lo suficiente, en lugar de delegar centraliza, en lugar de mandar agita, en lugar de convencer grita y ordena cual se tratase de subalternos siempre pendientes de su omnímoda voluntad.
En Venezuela como en Bolivia uno a uno van siendo desnaturalizado los bastiones de la Democracia construidos con los votos de los que creyeron en ella. El sistema socialista a ultranza carece de una dirigencia relevante y curiosamente los de abajo son utilizados para legalizar a los de arriba.
La COB está marcadamente dividida, los funcionales con Montes a la cabeza son utilizados por Morales para mostrarse ante los medios con respaldo popular, como la huelga de hambre de algunas horas en el Palacio de Gobierno, acto seguido el dirigente recibió una vagoneta doble cabina por la que se pasea de un extremo a otro, dispone de medios económicos y viáticos para movilizarse y estar en todos los escenarios donde se los usa, por ejemplo en la instauración del juicio a Sánchez de Lozada, con sendos carteles propagandísticos y se aparecen sus dirigentes en los medios controlados por el oficialismo. La otra falange constituida por los trabajadores mineros es disidente y tiene fuertes bases en Huanuni, los centros mineros, Oruro y en agrupaciones afines de los campesinos. Cuando el régimen necesita los opone con mineros cooperativistas que cambian de escenario según la urgencia y llevan cargas de dinamita para infundir miedo allí donde se manifiestan.
Los regímenes totalitarios utilizan el miedo sustitutivo de la libertad, de la independencia de poderes, la igualdad de todos los ciudadanos. Para el totalitario original los hay quienes gozan de todos los derechos y los que tienen piel diferente o mejor educación son virtualmente segregados en puestos de trabajo, en asumir responsabilidades de mando.
Como lo destacara Los Tiempos editorialmente “el miedo inculcado desde las más altas esferas del poder se constituye en un formidable instrumento de dominación política y de control social”. Los hacedores del totalitarismo saben que el miedo resulta más efectivo que los recursos legales para gobernar recurren entonces al odio, a las amenazas, al acoso permanente y la persecución de sus oponentes. Les meten miedo con tal de alcanzar sus objetivos. Esto sucedió con 10 años de oposición violenta perturbando la paz pública, asaltando, violando la propiedad, bloqueando al punto que la sociedad boliviana cansada de tanto desbarajuste que cayó en la trampa y fue a votar por el MAS segura de librarse de tanto caos y agitación cuando llegase al poder.
Por el miedo se han ido apoderando de la voluntad de los bolivianos, los están sometiendo a la sumisión, a la pasividad extrema premiando a sus leales con cargos públicos, granjerías, vehículos, casas , etc., y por otro amenazando con castigos a quienes se resisten a sus órdenes o simplemente ya no son útiles a sus esquemas de poder, torturas a Fabricano, despojo a Cárdenas, amenazas a Loayza y Veliz, etc., les despojan de su fe cristiana y de sus valores patrióticos. Desaparecido el Crucifijo de las ceremonias oficiales ha sido sustituido por el puño en alto y la whipala.
Han puesto a los comunicadores en la picota del escarnio, a uno lo lincharon, a otros los metieron en la cárcel, a otros más les dieron muerte civil, a otro grupo le han despojado de sus fuentes de trabajo. Como en los tiempos del Dictador Rosas de Argentina, han creado grupos para policiales llamados “movimientos sociales” o “la mazorca” para cometer cualquier tropelía, acto gansteril, lo indecible con tal de ejecutar la consigna, son las milicias de desocupados y mal entretenidos que están en la nómica de los caudillos de turno que administran los recursos de “libre disponibilidad” que les provee Chávez desde Caracas.
El inicio de un juicio a La Prensa por haber ofendido “a S.M. el cacique” con el verídico informe de haber pactado desde Palacio con los contrabandistas de los 33 camiones, se inscribe en las acciones de terror que continúa sembrando el régimen. Útil recordar lo sucedido en Buenos Aires la noche del miércoles 19 de diciembre del 2001 cuando patrulleros y personal de civil iban alertando a los vecinos de cada barrio diciéndoles que se atrincheraran porque en aquel parecido instante venían saqueando las casas los del barrio de al lado, de la villa de al lado, les decían que se armaran, que no durmieran, que hicieran fogatas y piquetes en las esquinas, que se encerraran en sus casas…(investigación del diario Clarín sobre “el miedo como instrumento”)
Recuerdo que en la mañana del 20 de diciembre algunos c.c. de trabajo volvieron a sus casas para acompañar en la guardia a sus familiares. Y todo fue mentira, no pasó nada en ningún lado. La psicosis colectiva sirvió para detener los saqueos focalizando las preocupaciones de la gente en otro lado. El juez Oyarbide confesaría después que aquello fue “un truco erróneamente empleado por algunos policías”, recordando aquellas jornadas del 2001 en Argentina, Clarin escribió:

Ahora se puede entender la acción de los tristemente famosos “piqueteros” unidos por un cordón umbilical con los “ponchos rojos” o los “senderistas” que habían sellado un pacto de sangre (consistía en cortarse las venas, dejar correr la sangre en botellas de cerveza, hacer un coctel y beber la misma para cumplir el juramento) que no es otro que la toma del poder a como dé lugar. Dominar por el terror (degollar a los perros, linchar, torturar, dar muerte)
Los piqueteros llegaron a Bolivia en febrero y octubre del 2003 y fueron protagonistas en la quema del Banco Central, el Ministerio de Trabajo, otras oficinas de gobierno, incendio de vehículos, toma de emisoras y destrucción de canales de TV. Varios de los sitios de la Red y los medios propios de los sediciosos informaron ampliamente y documentaron el accionar de “los héroes solidarios que vinieron a compartir nuestro destino”. Existen cientos de imágenes y videos.

Porqué extrañarse si Niccolo Machivelli en 1513 de su Il príncipe concluía que si un gobernante no puede ser amado y respetado, es más seguro ser temido primero que amado…los hombres se abstienen de ofender al que se hace temer por miedo al castigo que nunca falla, mientras que “al ser amado los hombres que generalmente son ingratos, volubles, hipócritas y ansiosos de ganancias tenderán a traicionarle”.

Lanzar a las calles a “sus leales” que no son otros que incondicionales de un ejército creciente de desocupados, se está convirtiendo en el mejor método utilizado por Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia, en Ecuador y Nicaragua, hasta hace poco en Argentina donde ha pasado de moda lo de los piqueteros por los cambios democráticos que se están operando.

El arte de gobernar es difícil, puesto que el Estado siempre limitará la libertad para conseguir el bien común, “cuando el Estado monopoliza la libertad para confiscar la de los individuos, el resultado es intolerable” (Thomas Molnar) ya el mismo Maquiavelo previno que el príncipe debe optar por ser querido, utilizando la moderación y la humanidad. Así un mandatario no puede gobernar intimidando, profiriendo amenazas, enseñando a odiar y buscando la confrontación. Siendo odiado en cualquier momento será depuesto. La estrategia de cambiar el temor por la confianza fue argumentada por el elocuente tribuno romano Marco Tulio Cicerón, quién insistió que es preferible ser amado a ser odiado, ya que el que te ama aunque no te obedezca siempre, por lo menos te escucha y nunca te deseará el mal, mientras que el te teme, sólo espera el momento adecuado para desquitarse.

Al final de la vida, todas las mieles del poder no alcanzan en nuestro ataúd, pero sí queda el legado de nuestras acciones como parte de la comunidad. Esto es lo más importante para todo político, su legado. Sería contradictorio pensar que la misma persona que llena las rotondas con mantas que aluden “al amor como más fuerte que el odio” pretenda dejar un legado de intolerancias, sectarismo y aborrecimiento. Para evitar que ello suceda Cicerón dejó una regla para los que rigen y administra la justicia, “que su cuidado y vigilancia se extienda a toda la República…” porque un gobernante no debe beneficiar solo a una parte de la población, desamparar a todos y más aún cuando todos los ciudadanos son parte importante de la patria.

“La única cosa de la que debemos tener miedo es del miedo”, dijo Franklin Delano Roosevelt en 1933. Décadas después, los políticos parecen mucho menos valientes y bastante menos sinceros que el presidente estadounidense. La gente tiene miedos nuevos y miedos de toda la vida, pero algunos políticos en nuestro país y los grupillos que se han adueñado de Bolivia eligen el pánico para ganar espacio y hacer su voluntad, la inseguridad jurídica y el temor a lo desconocido, es decir al accionar sorpresivo y agresivo del partido de gobierno importa una dosis de malestar creciente y lacerante para los ciudadanos y las familias.

Una cumbre social celebrada en Roma ha dado a conocer los datos del miedo. Un estudio de Censis, basado en cinco mil entrevistas de 10 ciudades Londres, París, Roma, Moscú, Bombay, Pekín, Tokio, Nueva York , San Pablo y El Cairo indica que, aunque la angustia domina en las poblaciones urbanas, la gente, todavía, no se deja arrastrar por el pánico, si bien es cierto que el 90% declara que sufre algún tipo de miedo, el 42% siente un miedo muy fuerte, sólo el 11% se siente seguro, uno de cada cuatro siente incertidumbre frente al porvenir, aunque la mayoría muestra una actitud positiva. La encuesta confirmó que miedo va por barrios y por edad. Cunde más entre las mujeres, más entre las más pobres, los que más saben sienten mayor temor y curiosamente el estudio estableció que Toma es la capital del miedo, mientras que Londres expresa mayor optimismo. En Nueva York pese al 11-sep., prevalece la confianza. Si el estudio se traslada a Bolivia, y llevase a efecto un estudio del miedo se tendría que la nación vive bajo la amenaza del miedo, siendo las zonas más castigadas las que se oponen al régimen imperante y han votado por la autonomía y tienen independencia económica, y son ricas en recursos naturales y generan más puestos de trabajo y han alentado la creación de la riqueza en todos los niveles.

Para el psicoanalista y filósofo James Hillman, autor del libro El código del alma, “el mierco es una invención, una religión, una creencia, una ilusión, pero no hay nada más ilusorio que la seguridad pefecta y mágica que nos venden los políticos y que nos hace perder la libertad. Los temores de la gente provienen del entorno, de la economía, del racismo. De la arquitectura, de los sistemas de enseñanza, del capitalismo, del caciquismo y caudillaje, de la pseudo democracia y de la opresión. Vienen de lugares que la psicoterapia no contempla. Los miedos resultan de la inadaptación a cambios no deseados, mal explicados o que generan malestar desconocido, se pegan y se despegan como explicaba el sociólogo Zygmunt Bauman: “La gente siente que vive en un reality show del que te eliminan. Si pierdes es por tu culpa y la tienes que pagar” del mismo estudioso “el miedo es una ganancia permanente para los políticos que parecen arrogarse el deber de acabar con él. Lo mismo vale para las empresas que nos ofrecen seguridad privada. Unos y otros prefieren no resolver nuestros miedos, porque cada uno de ellos genera nuevos réditos”, receta Hillman: “Para vencer el miedo es preciso dialogar, conocer al otro, salir de la parálisis y la desconfianza”. Lo que pudiera explicar el énfasis que puso la sociedad boliviana en recurrir al diálogo, la Iglesia Católica insistió muchas veces y el Gobierno si bien aceptó el recursos terminó defraudando a los protagonistas del diálogo sea negándole importancia, sea tergiversando sus conclusiones.

El miedo puede ser manipulado de tal manera que convierte a la élite gobernante en objeto del pavor colectivo lo que ofrece grandes ventajas. El mismo Baumen explica “Une al Estado porque crea un enemigo común. Bush hizo eso mismo tras el 11-S, aprovechó la unidad espontánea que se generó en el país y en el mundo para crear el enemigo que Cheney y los neocon. (refiriéndose a los neo conservadores que aglutina el exvice presidente) Es el típico movimiento de Goebbels, y de hecho Bush se ha referido al nazismo al hablar de Irak e Irán. No resulta extraño que el par García-Morales hubiesen recurrido al incidente del triple asesinato cometido por la policía, cumpliendo órdenes del presidente el 16 de abril en un hotel de la ciudad de Santa Cruz, para atemorizar a la población y aglutinar a los timoratos bajo el lema de “unidad contra el terrorismo separatista”, destinado menoscabar la popularidad de los gobiernos autonomistas de Tarija, Beni, Chuquisaca, Pando y S.Cruz. El estudio de Censis revela que los miedos urbanos no son compactos y varían de ciudad en ciudad, de región en región. Persisten sin embargo en el colectivo, el miedo por las tecnologías desconocidas, por el terrorismo y otros ancestrales como el miedo por la muerte y el sufrimiento físico o psíquico por diversas causas.

Bolivia se ha inscrito por tanto en la geografía del miedo. Si en Tokio la inquietud es por los terremotos, en Pekín por las catástrofes naturales, en Bombay por los accidentes y en Paris como en Roma el miedo es a sufrir daños físico, en Moscú por la pérdida de trabajo y por la violencia delincuencial, el miedo en Santa Cruz es por el despojo, la confiscación de bienes, la violencia masista, la inseguridad jurídica porque no hay Justicia, ni Jueces, ni un sistema de seguridad mínima a cubierto de los atropellos de los DDHH de los habitantes y de la propiedad privada.

Sería muy útil que alguna institución pudiera encargar una encuesta sobre los efectos de la violencia física, de la exclusión, la marginalidad, del temor a la pérdida del status social y/o económico de la población boliviana. Es claro que el aumento de la violencia conocido como terrorismo de estado y la xenofobia que se ha manifestado agresiva e inmisericorde desde el ascenso al poder de los originarios está entre los fantasmas, los miedos que disminuyen la protección social y la pérdida de valores como la solidaridad, el apoyo mutuo.

Si pudiéramos contar cuantas veces la palabra “miedo” aparece en el lenguaje comunicacional de la sociedad boliviana podríamos concluir según el sociólogo francés Michel Maffesoli. “Hace fala combatir el miedo al miedo”. ¿Cómo hacer para no sufrirlo y aferrarse al viejo sueño de una sociedad sin miedos? Nos queda la capacidad de reinventarnos, rechazar las bacanales, las evasiones a que nos conduce el miedo para no pensar, para no enfrentar el peligro, sin estar convencidos que si el mal existe puede igual ser anulado, neutralizado por nuestra voluntad unida, firme, intransigente ante la presión colectiva que nos oprime.

Frank Furedi de la Universidad de Kent nos invita a reflexionar sobre lo inútil de ciertas acciones y de medidas que están convirtiendo al miedo en una doctrina. El mensaje de un reciente musical sobre Juan Pablo II, escrito por el cura Giuseppe Spedicato “No tengáis miedo” debería alcanzar a todos nuestros compatriotas: “Armados contra el miedo con la invocación a Dios, creador de la vida y de la esperanza, rechacemos al enemigo con la misma convicción de quienes combatieron un día contra el atacante diez veces superior en número y en capacidad de odiar apelando al logo perdurable: con el signo de la cruz, venceremos al miedo” (Presentada por el grupo teatral San Francisco de Asís en la ciudad de Novoli, Italia)





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