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martes, 30 de septiembre de 2008

desde san francisco lugar de su residencia el compatriota enrique bacinello observa el gran debate por la inconmensurable crisis financiera

LA CRISIS ECONÓMICA EN DEBATE
Por Enrique Bachinelo

Han transcurrido algunos días desde que el debate entre los candidatos Barack Obama por el partido Demócrata y el republicano John McCain, que ayer comparó la crisis financiera con el 11 de Septiembre (La caída de las torres en Nueva York) y retó a su rival a probar su patriotismo siguiendo su ejemplo de suspender la campaña. Pero eso no fue posible y los Estados Unidos de Norte América, escuchó a sus candidatos hasta que llegue el día de las elecciones.
El punto que más llamó la atención de la ciudadanía americana, fue el enfoque económico y la crisis que se avecina en los momentos actuales que está convocando a tensión del mundo entero. Ambos candidatos han coincidido en que la búsqueda de soluciones debe ser inmediata. En cualquier momento, podría saltar la bomba de la crisis en el imperio del norte y sus consecuencias serían trágicas para la historia de las finanzas del mundo.
Ni demócratas, ni republicanos podrán eludir el papel decisivo de esta crisis en la campaña presidencial actual. Ninguno de los candidatos intentará convencer a su electorado con un eslogan tan simple como el que le funcionó a Clinton en 1992, pues ahora no se trata solamente de afinar las políticas internas sino de lidiar con una crisis del modelo económico de los últimos 30 años, al que le urgen cambios que tienen repercusiones globales.
Un modelo que está fincado sobre una economía que, ya no aguanta socializar las pérdidas y privatizar las ganancias, que dejó ganar sin límite o regulación alguna, a los capitales y que convirtió en un casino al mercado mundial, particularmente el de la Bolsa de Valores y los diferentes mecanismos de especulación económica. Algunos analistas (BBC, 24 de julio) sugieren que la crisis financiera internacional fue provocada, en parte, por falta de supervisión bancaria al sistema financiero, sobre todo en Estados Unidos, donde proliferaron concesiones de crédito de alto riesgo, particularmente ligadas al mercado inmobiliario, que después ha sido imposible cobrar, lo cual dejó a la banca de inversión con falta de liquidez para financiarse ante las embestidas de los mercados.
En Europa, El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que esos países deben prepararse ante los efectos nocivos de una crisis financiera global y urgió a los estados del viejo continente a que preparen planes de contingencia basándose en el peor de los escenarios y que deberían estar preparados para el desenlace terrible, ya que es un problema global que necesita una solución global.
El Estado no es la solución del problema sino parte de él, y es por eso que el derrumbe actual es, ya mismo, potencialmente revolucionario. Varios economistas han atribuido la incapacidad del Estado para intervenir, en forma satisfactoria, en la crisis en curso al enorme déficit fiscal generado por los gastos de guerra. La evaluación oficial del costo de la invasión a Irak y Afganistán para Estados Unidos, es de cerca de 600.000 millones de dólares, pero otras fuentes multiplican esa cifra por cuatro. La crisis actual y la pretensión de Bush de conseguir un cheque en blanco para comprar valores invendibles por billones de dólares plantean una crisis decisiva para cualquier Estado.

En un nuevo y dramático giro de la crisis financiera estadounidense, congresistas calificaron de inaceptable el multimillonario plan de rescate por 700 mil millones de dólares que presentó el Gobierno para hacer frente a la crisis. Paralelamente, las bolsas mundiales continúan en caída libre. El plan de rescate que impulsa el secretario del Tesoro, Henry Paulson, ha sido rechazado en la Cámara de Representantes (diputados) en su estado actual.
¿Se imaginan cuántos países podrían salir de la pobreza con 700.000 millones? Esa es la suma estimada por los expertos del gobierno de Bush para solucionar la bancarrota de los bancos más grandes de la Unión, que ahora esperan la respuesta del Congreso. La pobreza está ahí oculta, bien guardada sin ninguna misericordia para el “bienestar” de la humanidad. Hace pocas horas el presidente Evo Morales de Bolivia denunció en la ONU que el capitalismo era la ruina de la humanidad, nadie le hizo caso.
Las repercusiones fiscales sobre un país donde toda propuesta electoral apunta a disminuir impuestos y en el que la guerra contra Irak le está costando, según Joseph Stiglitz, ¡tres millones de millones de dólares! Llegarán más allá de las fronteras estadounidenses. Ello afecta directamente al mundo en general, pues su sistema bancario está enraizado en el comercio exterior con los Estados Unidos y es superior ya a 90 por ciento en compras y ventas. La crisis económica de los Estados Unidos castigará al entramado financiero mundial.
Barack Obama, en una entrevista con IPS anotaba que Washington está sencillamente patas arriba. La dirigen cabilderos e intereses poderosos, frecuentemente a costillas del interés de la gente. “Como presidente, trabajaré para hacer lo que he hecho a lo largo de mi vida adulta: construir coaliciones alrededor de metas y valores comunes con objetivo de lograr que se haga lo que debe hacerse”.
El debate continuará en próximos días y, significará la decisiva para conocer las líneas maestras de la política a aplicarse en el coloso del norte; sus criterios servirán para que el ciudadano americano emita su voto el 4 de noviembre venidero con un sentimiento de seguridad sobre el candidato que será beneficiado con su voto. Algún critico político comentaba en torno al debate: “No fue fácil distinguir quien fue el ganador, pero talvez no sería el futuro presidente.”
(exclusivo para www.boliviainfo.com)

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