El imperio Inca dejó tres códigos de ética que se pueden resumir como los tres amas: ama sua- no seas ladrón, ama llulla- no seas mentiroso y ama quella- no seas ocioso.
El gobierno boliviano que se propone como un agente de cambio no sólo social sino ético y que además pretende constitucionalizar la justicia comunitaria, sigue provocando controversia por sus acciones reñidas con los códigos occidentales y también con los que le legó el incario, imperio que planean reivindicar.
El código que ha legado los tres amas es coincidente con el resto de las culturas humanas y por ende con el decálogo o los diez mandamientos judeo-cristino, lo que nos señala que los tres preceptos incas surgieron por la tendencia que mostraba la población en proceso de formación ético-moral a incurrir en las tres faltas que precisamente se prohibían con severidad: el robo, la mentira, la ociosidad.
En medio del controvertido clima político que hoy vivimos en el que se han relajado tanto las normas y las buenas costumbres, el gobierno del MAS a la cabeza de Evo Morales muestra una creciente corrupción entre los miembros del partido que acceden a cargos públicos como un premio a sus gestiones, que en muchos casos están reñidas con la ley pero que sin embargo favorecen al gobierno.
Este simple hecho muestra la razón por la que el MAS se está convirtiendo en un nido de corrupción, puesto que no se puede pedir una conducta respetuosa a quienes se les aplaude por realizar toda índole de prácticas y artimañas a fin de engañar a los opositores o a quienes se les están arrebatando sus derechos.
Esta situación comienza a tomar una dimensión patética, en la medida que se han descubierto prácticas graves de corrupción en las reparticiones del Estado, incluyendo a las empresas recientemente nacionalizadas e incluso en los tan anunciados planes gubernamentales de vivienda de tipo social. En la circunstancia de que se ha producido este destapado y puesto que el Ejecutivo no puede ya tapar el sol con un dedo, el presidente Evo Morales ha planteado públicamente que tiene identificados a los corruptos de YPFB y les ha pedido que dejen de robar.
Resulta controvertido que un presidente que se embanderó y cifró sus promesas en medidas en contra de la corrupción de los gobiernos neoliberales, revele que ha identificado a funcionarios de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) vinculados a hechos de corrupción y al contrabando de carburantes, pero en vez de destituirlos les mande un timbre de alerta para pedirles que “dejen de robar”.
"Quiero decirle al pueblo boliviano desde Tarata vamos a combatir al contrabando, vamos a combatir la corrupción porque hemos detectado a algunos funcionarios de Yacimientos a algunos responsables de ciertas operaciones", afirmó el Presidente. "Que sepan esos funcionarios que el Gobierno (los) tiene identificados", advirtió el Jefe de Estado, quien con este mensaje aludía a funcionarios de reparticiones estatales que permiten el contrabando de garrafas de gas y diesel, transportando estos insumos al Perú y Brasil donde los revenden por siete veces más de lo que se cotizan en el mercado interno.
Cuesta creer que el mandatario no sólo asume la corrupción, sino que encima les envía a los corruptos de su gobierno un mensaje público para prevenirlos que está en camino de encontrarlos con las manos en la masa. Esto por supuesto más que una advertencia moral es un llamado a que escondan sus prácticas, a que se cuiden, que sepan guardar las apariencias o paren de hacerlo para que no lo obliguen a pillarlos, destituirlos y plantearles el proceso que tendría que sobrevenir tras la detección de un hecho de esta naturaleza y lesivo para el Estado.
El Gobierno ha iniciado un plan militar al que denominó "Puño de Hierro" con el que intenta reducir el contrabando de los carburantes; pero por lo visto no desea por nada del mundo tener que castigar o encontrar infraganti a sus correligionarios.
Siguiendo el tenor de su discurso, que da muestras de que el presidente privilegia la politiquería a la moral y las buenas costumbres, el Mandatario solicitó muy livianamente a las personas que se dedican al contrabando “a dejar esta actividad ilícita que está perjudicando al pueblo”.
"Yo quiero pedirles compañeras y compañeros, a hacer mayor conciencia para no cometer estos errores", instó en forma absolutamente incomprensible para quienes esperaban “puño de hierro” para los que teniendo el poder lo prostituyen y lo utilizan para fines no lícitos.
Esto nos deja francamente atónitos, más que antes, porque descubrimos que el presidente no tiene internalizadas ni las normas de moral y ética occidentales ni las indígenas; mucho menos las indígenas en las que los tres amas no podían ser transgredidos que no sea bajo la posibilidad de ser juzgados con graves penas establecidas a estos fines.
La infracción a los tres amas, se campea en Bolivia y la ley no existe para los correligionarios, pero es un “puño de hierro” para los opositores y el resto de la ciudadanía.
Autor: Centa Reck, título AMA SUA. publicado por HoyBolivia.
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