Contrastes: elogios versus realidades sobre Evo
Elogio: Mal que les pese a sus críticos, no hay ejemplo en el continente y en buena parte del mundo de ascenso público más espectacular que el de Evo Morales, desde su nacimiento en el ayllu Sullka al triunfo electoral de 2005 y a la Presidencia. Si su vida fuera inventada para una película, sería inverosímil.
Crítica: A ver si recordamos. Evo dirigente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba y Evo Diputado Nacional. No existía gobierno que se salve. El país estaba a merced, sin aviso previo, a bloqueo de caminos y a la interrupción del libre tránsito de personas y motorizados, lo que constituía, por supuesto, no sólo un atentado a elementales derechos ciudadanos, sino también, un grave daño a la economía del país. Vaya a saber ¿cuánta gente, cuántos emprendimientos o cuántas iniciativas por generar un proyecto de desarrollo industrial fracasaron por el clima de inseguridad e incertidumbre generado por el bloqueo de caminos? Evo los lideraba. Aquello de que “el derecho de una persona termina donde comienza el derecho de la otra”, era nada más que un referente jurídico por el que se abanicaban propios y extraños. El objetivo era liquidar al gobierno de turno, apabullarlo, destruirlo sin piedad y contemplación y si para alcanzar ese objetivo había que dañar a personas y bienes públicos o privados, bien valían las arduas jornadas de enfrentamiento entre fuerzas del orden público y los movimientos sociales afines al MAS.
Elogio: ..., a nadie debería extrañarle que tenga enemigos enconados, pero probablemente los más corrosivos sean los comentaristas irónicos que se limitan a menear la cabeza y a sonreír, mientras sus miradas de perdonavidas no dejan lugar a dudas: ¿Qué querían, si no es profesional? ¿Esperaban algo de un indio? Ser gobernante no es lo mismo que ser sindicalista…
Crítica: El país importaba poco, casi nada. Personalmente atendí a dos empresarios que a través de recursos constitucionales reclamaron el derecho a trabajar y circular libremente. Uno bananero, otra hotelera. Ambos triunfaron, incluso una cobró daños y perjuicios reteniendo el porcentaje de ley de la dieta de Evo Diputado aun cuando su abogado, hoy Ministro, se esforzaba porque prevalezca un criterio político antes que jurídico. Lamentablemente, el bloqueo de caminos continuó haciendo presa del país democrático que todos ansiamos, y es que cualquier acción dirigida a desgastar e incluso a derrocar a gobiernos legalmente constituidos, no era fantasía en la mente de muchos. Hoy, Evo recibe la dosis de su propia medicina y aplica la suya.
Elogio: La mayor acusación que se le hace es la de haber dividido el país, cuando habría que reflexionar si no estuvo dividido todo el tiempo y mucho más con los desastrosos resultados de la aplicación de políticas neoliberales en Bolivia. No nos cansaremos de repetir que el neoliberalismo es un arca de Noé que limita la salvación a los funcionarios y trabajadores funcionales al modelo, pero no se digna dar solución a los problemas de las mayorías. Por eso sus resultados más visibles son la concentración del ingreso en pocas manos y la extensión de la extrema pobreza en el resto de la población. Este último extremo es como un lago de aguas negras que a los clasemedieros ya nos está llegando al cuello.
Crítica: La administración que preside no tiene discurso para afrontar la cantidad de paros y bloqueos que la asedian. Si fue él el paladín del bloqueo de caminos como instrumento para acceder al poder, entonces ¿por qué cuestionarlo? La causa puede ser cualquiera, justificada o no, mientras nadie piensa en los afectados y menos en los derechos constitucionales que se conculcan. Somos hoy, no hay duda de ello, el país donde más bloqueo de caminos se ha realizado, y bien valdría un estudio comparativo con países limítrofes para su constatación. Desinstitucionalizado, desagregado y resquebrajado, el Estado boliviano ya no lo es, dejó de serlo hace rato. Si Evo contribuyó a su destrucción siendo opositor y desde las calles, sentado en la silla presidencial y desde Palacio de Gobierno, ha sido el autor de su aniquilamiento juntamente con el proyecto estatista, totalitario y concentrador del poder que abandera. Nadie respeta normas, todos creen tener derechos y no deberes. Es que los derechos se ejercen, sí señor, pero también los deberes se cumplen y en Bolivia, somos campeones en exigir lo uno y no hacer lo otro. Pregúntenle a un damnificado por una pedrada en su motorizado; a alguien a quien hayan incendiado su vehículo o madres con niños indefensos varadas en terminales de pasajeros libradas a la suerte e inclemencia de un Estado cuyo gobierno no respeta la ley ni la hace cumplir.
Elogio: Como dice el corrido mexicano, Evo "no es monedita de oro pa' carles bien a todos". ¡Imposible caerles bien a las transnacionales que hoy pagan mayores impuestos a los hidrocarburos o a los latifundistas que evitan una solución estructural al problema de la tierra! Tanto más imposible ser del agrado de los viejos operadores políticos que agotaron las más increíbles coaliciones y maniobras en cuarto siglo de democracia pactada.
Un síntoma penoso de las derivaciones del odio lo sentimos a diario en las calles: antes la gente se insultaba con palabrotas familiares y hasta cordiales, como infeliz, desgraciado, chambón, cojudo e incluso hijo de tu señorita madre. Hoy se repite la palabra indio en todas sus desinencias. En la óptica de algunos citadinos, indio ya es cualquiera que muestre la vasta gama de la piel morena.
Crítica: Y ahí está el país, destruido sin misericordia. Presa de un populismo barato y chabacano, asistido de dádivas y cohecho por donde quiera, y conducido desde fuera por un lunático que cree que el mundo comienza y termina en el Orinoco. Si ni nuestra identidad tiene certeza jurídica hoy en día, menos la tendrá el futuro, aquel donde la incertidumbre está a expensas de bonos, asistencialismo, alza de precios en la canasta familiar por ineficiencia en los conductores de la economía nacional, falta de inversión en el sector hidrocarburífero, falta de gas en el mercado interno, ausencia de inversión extranjera directa por una cada vez más inseguridad jurídica y lo que faltaba, ¡toma, apropiación y confiscación de los aportes por jubilación!
Elogio: Detrás de las políticas del gobierno, que llevan el signo del viejo nacionalismo revolucionario de 1952, hay un escenario de aguda lucha de intereses de clase: para el movimiento indígena y campesino, la lucha pasa por la tenencia de la tierra, entendida ésta como suelo, aire, agua y subsuelo, lo cual implica automáticamente la defensa de los recursos naturales, entre ellos, el agua, el gas, los bosques, los minerales… La tenencia de la tierra es la madre de todas las batallas.
Pero detrás de las críticas de los citadinos, a ratos se esconde pura y simplemente el odio y el desprecio racial. De boca para afuera se acepta que seamos un país de k'aras y t'aras, pero íntimamente la unión de ambos segmentos raciales suena más difícil que juntar el aceite con el agua.
Crítica: Si a ello le suma Ud. la destrucción de la que han sido objeto las instituciones democráticas como la CNE tomada por Exeni o el Tribunal Constitucional descabezado a punta de amenaza, diatriba y vituperio al fiel estilo San Miguel, entonces está claro que la medicina de Evo sí dio resultado.
Elogio: Quizá el enfrentamiento no hubiera tenido la virulencia de estos días si no se convocaba a la Constituyente, pero ese es tema de otro comentario.
Por tanto, lo que falta para sepultar al cada vez más agonizante cuerpo (léase Estado boliviano) viene con el revocatorio y la doble carnetización que le precedió con el apoyo económico y adiestramiento venezolano. ¿Fraude electoral? sí. ¿Fraude descomunal? sí. ¡Ah que somos ingenuos! El acto final, la última de las estrofas, el toque finito, será el 10 de agosto. La mesa está servida, no hay duda. Exeni investido de Presidente al día siguiente de haber sido nombrado por Evo, lo sabe y es dueño de la estocada que suave, suavemente nos la están metiendo. Padrón inflado, repartija de dinero, obras como parte del cohecho electoral, ley ilegal e ilícita que ha sido parida para beneficiar a Evo y a su proyecto de CPE y hasta ahí llegamos, el acto será consumado. ¡Habemus dictadura!, ¡Habemus caga…!. La receta: bloquear caminos, violar la ley y destruir instituciones para erigir un Estado absolutista donde la consigna es someter y mandar callar. Feliz domingo si Ud. no votó por Evo y su medicina.
Comentario del Editor: Cuánto daño provoca el descomunal elogio de atribuír a Evo "ascenso político espectacular" sin mencionar a qué costo, cuántas vidas, sólo 42 en lo que va de su período y los cientos que habría que atribuírle a sus años "de resistencia", los daños económicos al país, el odio sembrado que el escritor vuelca y hace aparecer como que todos los demás, menos los originarios fuesen rasistas, esos elogios nos recuerdan otros cuando Jaime Paz había perdido casi toda su popularidad a raíz de haber mezclado ciertos actos administrativos suyos al tema del narcotráfico, no faltaron los "elogios" que retribuyó generosamente con granjerías a sus panigeristas. "Ese huevo pide sal", extraño que a la hora nona aparezcan incensiarios cuando el ídolo está a punto de ver clausurado uno de sus mayores errores políticos como es el revocatorio inventado para el MAS en particular, aunque otro hubiese tenido la idea inicial. Son estas alabanzas que provocan daño endiosan a los ególatras y asientan sus maldades. Se cierra los ojos cuando todos los demás están viendo evidencias que se pretende tapar con un dedo.
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