Vistas de página en total

sábado, 18 de mayo de 2013

Carlos Sánchez Berazaín describe lo que pasa en Venezuela y Bolivia y lo que vendrá en relación a una elecciones fraudulentas para perpetuar en el poder a Evo Morales


Apenas sostenido el fraude electoral en Venezuela, el socialismo del siglo XXI ha puesto en marcha el fraude para las elecciones que deben realizarse en diciembre de 2014  en Bolivia.
El fraude electoral ha comenzado con la pretensión de Evo Morales de ser nuevamente candidato por tercera vez consecutiva, pese a que su propia constitución política (con la que ha destrozado toda la institucionalidad democrática boliviana) no lo permite.
Fraude: de Venezuela a Bolivia por Sánchez Berzain
Para  que la maquinaria de ganar indefinidamente las elecciones funcione, Morales necesita ser candidato, pero como su constitución lo prohíbe, ha puesto en operación a su Tribunal Constitucional pidiendo una interpretación, resuelta rápidamente habilitando al dirigente cocalero para una tercera elección.
El Tribunal Constitucional de Bolivia está hoy constituido por individuos que son resultado de la “reforma judicial de Evo Morales”, con la que terminó de liquidar la independencia del Poder Judicial de Bolivia. Recordemos que Morales con la misma argucia de Hugo Chávez, y Correa al hacer sus constituciones, también cambió el nombre a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para dejar cesantes a todos sus titulares (a los que ya estaba persiguiendo) y designar jueces de sus propias filas.
La justicia en Bolivia es hoy sólo un mecanismo más del poder político absoluto de Evo Morales, quien la usa como instrumento de amedrentamiento, represión, persecución política y perpetuación en el poder.  En el caso de la interpretación para que Morales se re-re elija, el Tribunal Constitucional ha ejercido su papel de perpetuador.
El fallo que autoriza la candidatura de Evo Morales dice que con la constitución de Evo se fundó Bolivia y que las elecciones anteriores a dicha constitución no cuentan.  Esto es que en el año 2014,  Morales –según su Tribunal– puede postularse a su “primera re elección”. Así pasó en Venezuela, en Ecuador y ahora en Bolivia. Se repite un hecho que es solamente el primer acto de fraude electoral sin el que estos regímenes no pueden permanecer en el poder.
Los pasos siguientes de fraude son conocidos, pero vale la pena recordarlos para observar su puesta en escena: la Cámara de Diputados y luego la de Senadores aprobarán por votaciones de la mayoría del Gobierno la re elección, siguiendo al Tribunal Constitucional; el candidato ilegítimo se amparará en el discurso de que su candidatura depende del pueblo; los sindicatos cocaleros y las organizaciones políticas vinculadas al Gobierno, proclamarán reiteradamente a Morales, hasta que éste oficialice su candidatura; el candidato oficialista iniciará campaña más de un año antes de la elección, usando todos los bienes y recursos del Estado y controlando todos los medios de comunicación; la cortes electorales del Gobierno pondrán formalmente en marcha el proceso electoral en base a la inscripción de ciudadanos identificados por el sistema hoy controlado por “asesores cubanos” (Evo quitó el sistema de identificación nacional a la Policía Boliviana); los candidatos opositores reales y con alguna opción serán acusados  y enjuiciados por corrupción, genocidio o terrorismo y el sistema judicial volverá funcionar para mandarlos a la cárcel o forzarlos al exilio como ya ha sucedido con muchos líderes políticos bolivianos.
Así, las elecciones de diciembre de 2014 en Bolivia se llevarán a cabo con “voto comunitario” en lugar de voto libre y secreto; prácticamente en sistema de partido único en lugar de sistema plural y libre; en una sociedad con exiliados, presos y perseguidos políticos; con libertad de prensa y de expresión bajo control; sin financiamiento posible para los opositores; con observadores electorales de la ALBA que legalizarán el fraude; y con trampa en las urnas.  (¿Elecciones a la cubana?) ¿¡¡Y el mundo le seguirá llamando a eso democracia!!?
El autor es abogado y politólogo. Ha sido ministro y parlamentario.

No hay comentarios: