Vistas de página en total

miércoles, 17 de abril de 2013

Karen Arauz se refiere a Maduro que asesorado por el enemigo, ha realizado, está llevando a cabo acciones que no debiera, si hasta parece que "el enemigo" le estuviera llevando a la perdición. otras ideas muy originales, aunque no fuera de tiesto elocubra la autora con sagacidad.


ASESORADO POR EL ENEMIGO
Ya no cabe ninguna duda que los mayores daños externos que se causan a un de por sí mediocre aspirante a la Presidencia de un país, no provienen de la oposición, sino de oscuros seres que actúan agazapados entre los cortinajes de sus propias habitaciones.
 A Nicolás Maduro puede tranquilamente pasársele por alto, a qué es lo que juegan los Castro en esta situación. Está bajo la idea que su tutelaje es porque él se lo merece. Sin embargo, el accionar de ese Maduro tan mal asesorado,  da lugar a la sospecha de que internamente, cualesquiera sean los que lo asesoraban, no deseaban que Maduro saliera victorioso de esta contienda, aunque si están muy dispuestos a usufructuar del poder.
No es secreto para nadie que existen dentro de las filas del PSUV, personajes con mucha mayor capacidad para sentarse en la silla presidencial y en el fondo de sus rencorosos corazones, no son oraciones las que precisamente le dedican al malogrado Hugo Chávez por haberlo elegido justo a él como su sucesor. Incluso, da para pensar si no fue en el fondo la intención de Chávez que Maduro mostrara al mundo su inferioridad, a fin de que sea su figura la idolatrada y asegurar así su lugar en la historia de Venezuela y en la profusa vitrina sudamericana de irremplazables caudillos (bárbaros al decir de Arguedas).
Porque, que no se diga que nadie supo del simbolismo que decidió utilizar como gran herramienta de seducción de electores: el espíritu omnipresente del caudillo en su accionar, eligiendo para ello, por ejemplo, la encantadora imagen de un pajarito chiquitico. Esa candorosa alegoría ojalá se pudiera dimensionar con exactitud de cómo se tradujo en la disminución de votos a su candidatura. El indiscriminado uso de la imagen del malogrado Hugo Chávez, ha insultado sin duda a muchos. Otros muchos, sí mantuvieron su fe en la huella marcada por el comandante, en la ilusa esperanza que Maduro tendría la capacidad de aproximarse en algo al liderazgo de Chávez.
El tiro por la culata se dice comúnmente. Así le resultó a Maduro y su entorno, el abuso morboso y desagradable que se hizo de la muerte, pudiendo haber dejado al sentimiento popular espontáneo la expresión de su homenaje. El millón de votos que giró de Chávez a Capriles, no tuvo nada que ver con el alejamiento de la revolución bolivariana. Tuvo que ver más con lo que esta masa de votantes recibió como una verdadera ofensa a la memoria de su caudillo y obviamente, por la pobre y triste presentación que de sí mismo hizo Maduro. Está a la vista que no está consciente que su verdadero enemigo es la crisis económica -que sin Chávez para distraerla- está a horas de descarnada exposición.
Nada aportó Maduro a la imagen de quien aparte de ser el elegido a dedo para la sucesión, garantizaba idoneidad para la administración del país. Porque por muy poco que nos haya gustado Chávez Frías, es indudable que estaba años luz de su sucesor. Su carisma y dotes histriónicas, fueron el gran condimento de su liderazgo y lo que le permitió conjurar la verdadera dimensión de los problemas que enfrenta Venezuela. La irresponsabilidad de Maduro de continuar con la revolución de Chávez sin presentar ningún tipo de iniciativa y pensamiento propio, está más cerca de un suicidio que de la consecución de un peso específico propio.
Diosdado Cabello, aunque bien lo disimule por ahora, está muy lejos de ser un complacido segundón de Maduro. Casi se puede adivinar en su imagen, la estampa de un felino olfateando y sin perderse el más mínimo de sus movimientos. Del mismo modo se adivina en las sombras, a militares que no tendrían el más mínimo reparo en lanzarse a la yugular de Maduro. Ninguno de ellos está dispuesto a poner su cabeza en la guillotina por el que consideran un advenedizo.
Las muestras que está dando Maduro a horas de las elecciones con ese discurso exaltado y confrontacional, le agrega al elemento legitimidad, la duda de qué tan capaz es de evitar que la sangre llegue al río. Y de último si es que eso le importa. Si la comunidad internacional, no se manifiesta inequívocamente sobre la situación actual, es muy probable que de acá a unos días, haya más de un culpable de lo que pueda suceder.
Por las características del comportamiento de los electores el día de los comicios donde estuvieron ausentes temidos roces y  enfrentamientos entre oficialistas y opositores, deja ver que la conducta de la masa es el resultado directo del accionar de sus líderes. El pueblo siempre tiende a comportarse de mejor manera de la que son capaces los que los dirigen. Es así que de nada sirve la "ejemplar" conducta y el civismo del pueblo venezolano. Los mejor portados pueden  -con el incentivo suficiente-, encontrar una explosiva válvula de escape. Los adictos al poder pero no a la democracia, no dudan en utilizar la disciplina ciudadana para encender la mecha del polvorín de modo irresponsable y a estas horas, sus provocaciones hace prever una espiral de violencia de enormes consecuencias.
Karen Arauz

No hay comentarios: