En un Estado de Derecho términos como miedo, mentira, cinismo, persecuciones políticas, corrupción, y otros pasan a segundo plano, detrás de integración, solidaridad, transparencia, justicia, derechos humanos. Tan irresponsable es mirar para otro lado, como ser indiferentes ante una realidad a la que urgen cambios en serio y en muchos frentes. Hay que huir, por cobardía, de la mentira, eludiendo la verdad. La CIDH subraya que hay “uso excesivo de la prisión preventiva”; trabajos responsables nos muestran “dilapidando la fortuna de los abuelos”; o, cuando se trata de “meterle nomás” ¿también en el caso de la “re-reelección”?
El caso Chaparina se va imponiendo la verdad. La exministra C. Chacón desafía la versión oficial y complica al gobierno a máximo nivel. Se le agradece por su valentía. No desvirtúa achacarle “interés político”; porque de eso se trata, de política. Pero, política con ética. Los regímenes atropelladores tarde o temprano requieren complicidades para ir tapando detalles de su gestión. Pero la democracia es posible solo con gobernantes e instituciones aferrados a la ley, con la que la confianza ciudadana ha ido dotando al Estado. Fuera de esto la revolución ni la democracia es posible.
Salida a la venezolana o a la cubana, no es deseable. No son salidas democráticas. N. Maduro, aprehende 259 jóvenes por “pedir el recuento de votos”, forzándolos a decir “Maduro es nuestro presidente”. ¿Y el fraude? Nirling Carolina Morán Portillo, falleció el 2001 y aparece votando el 2013 (V-17.288.018). Por si fuera poco, nombra ministro a un sospechoso de ser autor material del complejo asesinato de Danilo Anderson, el fiscal que investigaba a 400 personas por “crímenes contra el Estado y el pueblo venezolano” en 2002; y el diputado opositor Wilmer Azuaje, desaparece, y el principal sospechoso de dar la orden es Adán, hermano de H. Chávez.
Una sola mentira basta para poner en duda todas las verdades. El gobierno difunde el informe del PNUD, 2013 para mostrar al país creciendo por encima de la media Latinoamericana, lejos de los primeros y estancado en el puesto 108 según el IDH. Son los precios externos, jaloneados por los BRIC, los impulsores de las mejoras en todos los países exportadores de materias primas. Hay que reconocer esta realidad, esas economías seguirán creciendo y mantendrán los precios altos, mientras sigan sosteniendo políticas de desarrollo donde la libertad económica juega el papel fundamental.
Largas explicaciones no convencen. Se mencionan datos sobre “pobres”, como si fuera lo mismo en un país rico o en vías de desarrollo. El pobre en EEUU, por poner un ejemplo (Vanderbilt University 2012), tiene asegurada alimentación todo el año, vivienda (casi el 50% en casa propia y los otros alquilan), 2/3 con aire acondicionado; es general tienen Tv, internet, reproductores de video y música, heladera y coche propio (uno o dos), ese ícono sagrado en la cultura norteamericana; se entiende que no le falta salud ni educación pública. Detrás de estas cifras se esconde una gran mentira. En las capitales de Bolivia puede darse este tipo de “pobreza”, pero ya son “clase media alta”, no se refiere al liberado, por los bonos y subsidios estatales, de la franja de un dólar por día y sin poseer nada.
Shakespeare dijo “el ladrón ve en cada sombra un policía”; como el boliviano, todo inseguro, o seguro, según cómo se lo plantee: seguro te roban, seguro te engañan, seguro te la charlan, seguro vas preso sin juicio y peor si sos un yesca. A 24 horas de tener a los presuntos autores del atentado terrorista en Boston aquí el ministro quiso demostrar similar eficiencia y mostró con cámaras de Tv a un “sicario” como autor del asesinato a sangre fría en el Parque Urbano de Santa Cruz; el sospechoso, ya condenado, clamó por su inocencia, pero el emperador se mantuvo impasible. Para su suerte, pocas horas después apareció otro sospechoso, este ya con más evidencias; no hubo show y, todos respiran tranquilos, no se aplicó la “ley fuga”. Si no, un inocente estaría en el cementerio y el asesino continuaría suelto.
Con patriotismo se acompaña a la Comisión con la demanda contra Chile. Bolivia comete un error “acudiendo a La Haya” (M. Bachelet), obvio, son chilenos. ¿Amiga del presidente Evo, la diplomacia de los pueblos? En las monarquías se estiló resolver disputas en el dormitorio o mediante amigables componedores. En general, es mejor confiar en los respaldos legales y la diplomacia. Pero es criticable la imagen proyectada enviando una comisión con un Canciller autor de acusar a los indígenas de “secuestro”, falso; otro, que no resuelve el negociado de las barcazas chinas; un embajador implicado en el caso de represión y violación de derechos humanos, delito de lesa humanidad; una ministra señalada de estar involucrada con redes de extorsión, por lo que presentó renuncia; y, un embajador plenipotenciario enjuiciado (caso misiles chinos) por el mismo gobierno, ¿de manera injusta? que ahora le encomienda defender la soberanía de Bolivia.
Según tradición, los que opinen, ¿serán perseguidos? Rige el “prohíbo pensar”. ¿Qué hacer con este cúmulo de datos? Ejercer derechos constitucionales, ¿dentro de la revolución democrática? El 2014 queremos elecciones transparentes, con veedores nacionales e internacionales, nada de “entre nosotros” (UNASUR, ALBA), podría estar también el “resultado automatizado”.
El 2014 queremos elecciones limpias, transparentes, con veedores nacionales e internacionales, nada de “todo automatizado”, pues la duda crece, ¿también el resultado está automatizado? Según A. Hitler, con condiciones, “si quieres realmente ocultarle algo a la población engáñalos con una mentira TAN GRANDE que aunque la descubran no la podrán creer”. Podemos continuar viviendo de la ilusión, por un cierto tiempo, pero con la seguridad de estar construyendo una democracia con cimientos de barro: sobre la mentira, nada.
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