LA IRRESPONSABLE MANERA DE GASTAR
DANTE PINO ARCHONDO
Gastar bien, es saber gastar. Como todos, los gobiernos también tienen un presupuesto, es decir, una renta que es el límite, que define su capacidad de gasto. Tener más ingresos que gastos es una ventaja que hemos visto en los últimos años, producto del crecimiento mundial en la demanda de materias primas, que ha elevado su precio favoreciendo al fisco boliviano, con ingresos que no estaban presupuestados. Algo así como un sobresueldo inesperado.
Cuando los ingresos de una persona se incrementan por un efecto externo que le favorece, su capacidad de gasto también lo hace. Puede consumir más que antes y es seguro que estará tentado a gastar. Lo mismo hace el Gobierno en Bolivia ahora. Tiene ingresos no esperados e inducido por ello, se propuso gastar más.
La responsabilidad nos enseña, que a mayor grado de libertad mayor responsabilidad. Y el Ejecutivo en Bolivia tiene ahora el control político de los otros dos Poderes del Estado, por tanto tiene un grado de libertad mayor a otros gobiernos, esto le otorga una responsabilidad distinta, mayor y por tanto más delicada.
Un Gobierno que busca el cambio, que trata de sembrar hoy para que otras generaciones cosechen mañana, debe ser sabio a la hora de gastar este sobresueldo inesperado. Si derrocha lo habido, habrá perdido la oportunidad que las circunstancias le dieron para mejorar la vida de su pueblo. Es cuando aquellos que tienen en sus manos la decisión de aplicar el Gasto deben planificarlo, estableciendo planes estratégicos que sienten las bases de una urgente industrialización de esas materias primas que hoy se venden sin valor agregado.
O deberían buscar socios estratégicos que le permitan cambiar a Bolivia su rostro productivo y dar un salto tecnológico que le permita desplazar su actual frontera de posibilidades de producción.
Por eso es una enorme preocupación que se gaste en empresas estatales que en vez de ayudar a tener ingresos al Tesoro General de la Nación le succionen estos, y en vez de ser modelos de producción sean ejemplos de ineficiencia y mala aplicación del gasto.
Es tan igual como aquel padre que teniendo hijos que requieren estudiar, comer mejor, tener una vivienda digna y necesidades urgentes, use el dinero para disfraces, para tomar alcohol, para derrocharlo viajando o construir palacios que no se necesita.
Seguramente sus hijos en el futuro le van a pedir explicaciones sobre ello. Y seguramente ese padre irresponsable no tendrá respuestas, como no sean aquellas que su egolatría y su ignorancia para ser previsor, le llevó por el camino del derroche.
No hay mucho más que decir para este tipo de Gobierno que tanto ha criticado a los otros sobre el Gasto que hacían, reclamando escuelas, hospitales, caminos, agua y electricidad para los pueblos, echándoles en cara que con ese dinero se podían hacer tantas cosas. Y ahora que tiene no solo el Poder absoluto para dar ejemplo en la aplicación del Gasto, hagan no solo lo mismo que los anteriores sino que, con mayores ingresos que ellos, derrochen el dinero del pueblo sin la menor vergüenza y pudor, como si esos ingresos fueran de ellos.
Es tanta la irresponsabilidad que cuando se les señala lo que están haciendo y se les demuestra con cifras la ineficiencia que tienen, solo saben amenazar y perseguir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario