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domingo, 28 de octubre de 2012

Mauricio Murillo entrevista al autor privilegiado, múltiple, incansable en la producción literaria, con una vivacidad tenaz, abarcadora Alfonso Gumucio sobre su obra Cruentos.


Este mes Plural Editores presentó como una de sus novedades el volumen narrativo titulado Cruentos. Su autor nos habla de este libro y de su obra en general.
Gumucio Dagrón aparece en La Prensa, LP. Bolivia
El año 1977 la editorial Los Amigos del Libro publicó Provocaciones. Éste era y es un libro particular. Reúne entrevistas a 14 de los escritores más importantes bolivianos de la época, de los cuáles muchos son esenciales hasta hoy. Entre los autores consultados aparecen Óscar Cerruto (Precisión: aluvión de poesía), Augusto Céspedes (Narrador narrado), Julio de la Vega (Poesía con caudal de río), Jaime Saenz (Itinerario con la cosa) y Pedro Shimose (Los resortes de la libertad). Su autor es el escritor y cineasta Alfonso Gumucio Dagrón. El valor de Provocaciones (que fue reeditado por Plural Editores) reside en que es uno de los pocos libros donde se puede entender de boca de estos autores su visión de mundo, su concepción de la literatura y la valoración que le dan a su obra. Además, encontramos anécdotas riquísimas de estas figuras literarias que nos los muestran de otra manera. Por ejemplo, está la afirmación de Cerruto de que él practicaba yudo para batirse a puño limpio con los grandulones que lo abusaban. O, también, la reflexión que plantea Saenz en torno a la valentía que debe tener un escritor a la hora de enfrentarse a las necesidades básicas y cotidianas. Provocaciones es la primera publicación de Gumucio Dagrón. Luego publicó más  libros, entre crítica cinematográfica y literaria, teoría de la comunicación, poesía, ensayo, libros de fotografía y narración. Este mes Plural Editores sacó a la venta su más reciente libro. Un volumen de cuentos titulado Cruentos. Apropósito de esta nueva publicación, Fondo Negro dialogó con Alfonso Gumucio Dagrón sobre su quehacer artístico y de la percepción que tiene de su obra escrita y cinematográfica.

— ¿Cómo surgió la escritura de Cruentos?
Más que escritura, estamos hablando de una arqueología, porque este libro reúne cuentos que empecé a escribir hace 40 años. Una de las razones por las que tardé tanto en publicarlo es precisamente porque existían dos o tres cuentos que con el tiempo habían envejecido mucho (el tiempo es el crítico más severo), y al final terminé descartándolos, pero durante años traté de salvarlos empecinadamente, como si fueran almas desviadas. Cada cuento en Cruentos tiene su propia historia, por eso me es difícil hablar del libro como un conjunto unitario. Mi manera de escribir cuentos se parece un poco al modo de cómo escribo poesía: el momento me asalta, escribo generalmente de un tirón. Aunque hay una excepción en el libro, es el cuento que escribimos a cuatro manos con Carlos Mesa, uno de los más recientes. Descenso se escribió en unos diez días, mediante intercambios de email con Carlos. La serie de microcuentos creo haberla escrito en pocos días, uno tras otro; sentí que era una buena racha. Al igual que Descenso, el cuento Música de penumbras surgió de una provocación. En el primer caso fue Ricardo Bajo que me escribió para preguntarme: “¿Tienes un cuento sobre fútbol?”. Yo le respondí inmediatamente: “No, pero puedo tenerlo”. En el segundo caso, la pregunta vino de Manuel Vargas, para un número de su revista Correveydile. 

— ¿Hay un eje o un tema común que recorre los relatos del libro? 
Abordo muchos temas diferentes en los 51 cuentos del libro y no sé si hay un eje común. Me encantaría leer algún comentario crítico que identifique esos rasgos. Cuando yo ejerzo como crítico literario suelo indagar a fondo en los textos que comento, pero soy incapaz de hacer lo mismo con mis propios escritos. Lo que sí puedo decir, como cualquier lector podrá hacerlo, es que hay varios cuentos con temas políticos y sociales, inspirados en la realidad boliviana, como Asalto, Abarca, Interior mina, La subida y muchos de los microcuentos. Otros son relatos que podría llamar fantásticos o de ciencia ficción, porque tienen ese rasgo común y podrían suceder en cualquier parte. Finalmente están las narraciones que nacen de alguna anécdota personal, a veces insignificante, pero me dan la semilla para elaborar algo. Es el caso de Corbata azul rayada, Cascabel, Rally Dakar Paris, Bebé o Chez Papá. 

— ¿Cuál es el rol que juega la extensión en un escrito? ¿Qué le permite a usted como escritor la brevedad de estos relatos? 
Creo que cada relato nace con una extensión determinada. Eso sí es algo que intuyo desde que escribo la primera palabra. Quizás lo he estado elaborando en el subconsciente y en el momento de empezar a escribirlo ya sé cuándo y dónde va a concluir. Un cuento no debe ser más largo de lo necesario, todo lo contrario, creo que éste gana mientras más compacto. Otra cosa es el relato, que responde a otras reglas y puede extenderse hasta convertirse en una novela. La novela es un desafío completamente diferente, algo que encaro con mucha timidez y humildad y que no me atrevo aún a dar a conocer. 

— El título del libro es un retruécano que fusiona dos palabras: cruento y cuento, ¿cuál es su relación con la materialidad de la palabra y los significados que nacen de las combinaciones? Pienso, por ejemplo, también en su poemario Sobras completas.  
Me divierto con los títulos de mis libros. Me gustan los juegos de palabras porque son sugerentes y porque rompen con toda solemnidad. Como Cortázar, soy enemigo de ésta. Precisamente escogí un verso de Cortázar en uno de mis primeros poemarios: Razones técnicas. Nadie diría que se trata de un libro de poemas de amor, sino más bien un manual de mecánica. Pero Cortázar utiliza ese verso en un poema de amor, Happy New Year, cuando dice que no puede reunirse con su amada por “razones técnicas”, es decir, la distancia que lo separa de ella, el océano. Le mandé el libro a Cortázar agradeciéndole por haber usado su verso en el título sin pedirle permiso, pero sobre todo por deberle tanto mi poesía a la suya. Me respondió con una carta muy linda, diciendo que mis poemas tenían voz propia. Volviendo a los títulos, creo que desde mi primer libro tuve ese gusto por los juegos de palabras. Provocaciones fue un libro de conversaciones con escritores; Antología del asco mi primer poemario; Sentímetros fue el cuarto, con dibujos de once amigos artistas. En Cruentos son muy importantes los dibujos en tinta de Luis Zilveti (uno por cada cuento) porque me permite ver cómo se expresa un lector. 

— ¿Cómo logra combinar su trabajo como escritor de ficciones con los otros acercamientos: teórico, analista, periodístico, etc.?   
Probablemente mal… para responder a lo primero. Dicen que “la necesidad tiene cara de hereje”, lo mismo puede decirse de la vida de un escritor. Son pocos los que viven de su literatura, eso lo sabemos bien. En mi caso, abracé el periodismo desde muy joven y lo sigo ejerciendo con mucho placer. Es una manera rápida e inmediata de decir lo que uno piensa, y de aportar en el descubrimiento de temas que a veces permanecen agazapados, escondidos. Creo que en el periodismo cumplo una función cultural, trato de rescatar a valores ninguneados, ignorados: un libro, una película, un personaje cuyo trabajo valoro. 
Los textos teóricos sobre comunicación tienen un origen diferente. Durante muchos años trabajé en la práctica de la comunicación participativa para el cambio social. Es algo que me gusta, que hago con pasión y que me ha permitido recorrer el mundo y conocer lugares tan recónditos como interesantes. Toda esa experiencia adquirida tenía obligatoriamente que derivar en reflexión, y es así que empecé a escribir primero textos más bien descriptivos, pero luego otros con un nivel de reflexión teórica. Creo que sigo combinando ambas cosas bastante bien. En mis ensayos teóricos hay también un aspecto de creación literaria. Trato de evitar los textos académicos en esos formatos rígidos que a veces exigen los congresos o las universidades. No me gusta que me impongan un formato. Muchas veces he tenido que luchar para que acepten, por ejemplo, los títulos que pongo a mis ensayos, que pretenden ser tan sugerentes como los títulos de mis poemarios. Jugando con fuego, Toma cinco, El iceberg de la comunicación, El cuarto mosquetero, Seis grados y mariposas son títulos de algunos de mis ensayos largos que he escrito sobre comunicación.

— Ha trabajado mucho en relación al cine, ¿qué influencia ha tenido en su escritura lo audiovisual? ¿Qué le brinda la narración escrita que no encuentra en otros géneros y discursos?
Sin duda hay una íntima relación entre la poesía, la narrativa, la fotografía y el cine. La imagen une a esas diferentes maneras de manifestarme. Cuando escribo un poema o un cuento, tengo en mi cabeza imágenes, no palabras. Lo único que hago es tratar de describir esas imágenes con palabras, y a veces no lo logro bien. La ventaja de poder escribir es que uno no necesita más que un lápiz, una máquina o una computadora. Como cineasta que soy, por los estudios que hice en Francia, me encantaría hacer más cine, aparte de los documentales que hago de vez en cuando, pero para hacer esto se necesitan más recursos, no basta la cámara. El cine implica trabajar en equipo en etapas de pre y post producción que suelen ser complejas. Filmar es la parte más linda, pero eso dura unas semanas. Lo más arduo es conseguir financiamiento, reunir a un equipo creativo y eficiente, enfrentar los temas de exhibición y distribución, etc. Yo no tengo la paciencia o la energía para estar cinco años montando un proyecto cinematográfico, como hacen mis colegas cineastas, a quienes admiro por ese empecinamiento y tesón. En mi caso hago cine cuando puedo hacerlo solo, con pocos recursos. En los créditos de mis películas aparezco en todos los roles: guión, cámara, dirección, edición. En algunos casos he contado con la colaboración de un equipo o por lo menos de un editor. Hay ideas que solamente las puedo traducir en una película, porque sé desde el principio que la fuerza va a radicar en la imagen, en el aspecto testimonial. Este aspecto es para mí esencial en el cine y creo que la mayoría de las películas que he realizado, desde El ejército en Villa Anta hasta Voces del Magdalena o Mujeres de Pastapur, tienen ese sesgo
1950 En este año nació Gumucio Dagrón, autor de varios libros de poesía, ensayo, teoría, narración y crítica.
El escritor boliviano explica:
“Cruentos reúne cuentos que empecé a escribir hace 40 años. Una de las razones por las que tardé tanto en publicarlo es precisamente porque existían dos o tres cuentos que con el tiempo habían envejecido mucho (el tiempo es el crítico más severo), y al final terminé descartándolos, pero durante años traté de salvarlos empecinadamente, como almas desviadas”.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Juan Francisco Gonzáles Urgel escribe un invalorable documento acerca de la coca, el aculliko, la cocaína y la mentira. de colección.



“Cuentan que, durante la Revolución Francesa, Reveillère Lépaux, uno de los jefes de la República, quien había asistido al saqueo de iglesias y la matanza de sacerdotes, se dijo a sí mismo: “Ha llegado la hora de reemplazar a Cristo. Voy a fundar una religión enteramente nueva y de acuerdo con el progreso”.
Pero el intento no funcionó. Al cabo de unos meses, el «inventor» acudió desconsolado ante (Napoleón) Bonaparte, ya Primer Cónsul, y le dijo:
– ¿Lo creeréis, señor? Mi religión es preciosa, pero no arraiga entre el pueblo.
Respondió Bonaparte:
– Ciudadano colega, ¿tenéis seriamente la intención de hacer la competencia a Jesucristo? No hay más que un medio; haced lo que Él hizo: que os crucifiquen un viernes, y tratad de resucitar el domingo siguiente. (A. Hillaire, “La religión demostrada”).”
Una vez más el Canciller Choquehuanca retorna de sus periplos por el mundo tratando de convencer que la hoja de coca sirve para alimentar infantes. Al parecer, nuestro Canciller no se ha enterado que la Organización Mundial de la Salud es quien elabora las listas de sustancias prohibidas que contiene la Convención Única de Naciones Unidas Sobre Estupefacientes de 1961, enmendada por el protocolo de Nueva York, en 1972, y -también a recomendación de la OMS- dicha Convención establece que el uso y cultivo de la coca deberían desaparecer una vez cumplidos los 25 años de su vigencia (el Estado Plurinacional se retiró con las intenciones de volver desde fojas cero).
¡Cómo nos alegraríamos los bolivianos si tales esfuerzos diplomáticos estuvieran dirigidos a promover mercados para la soya, el maíz, el azúcar, la carne y otros productos sujetos ahora a permanentes cortapisas! Sin embargo, la construcción de la mitología oficial trata de convencer a propios y extraños que Bolivia nació con la subida al poder de Evo Morales y la savia que irriga las venas del Estado Plurinacional está hecha de “bico” y coca.
Tras su “revolcón histórico” en El Alto, Carlos Mesa se dejó arrancar el “cato por familia” y ahora, los hijos de quienes bloqueaban al país inmisericordemente reclaman su propia parcela. El gobierno gasta millonarias cifras en promover los logros de la erradicación; oculta la extensión de las áreas resembradas simultáneamente, y pasa por alto una superficie tres veces mayor a las 12.000 hectáreas contempladas en la ley 1008. Los cocales han invadido los Parques Naturales Carrasco e Isibóro Sécure; devastaron casi completamente la Reserva Forestal El Chore; incursionaron en el Parque Amboró y se ampliaron hacia Yapacaní y zonas aledañas. Entretanto, un estudio para establecer la demanda real de la masticación de la hoja de coca duerme desde mediados de 2002, acunada y ahora protegida por la Nueva C.P.E. (Plurinacional): “SECCIÓN II. COCA. Art. 384: El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia y como factor de cohesión social; en su estado natural no es estupefaciente…”.
¿A qué viene todo este preámbulo?
La Convención Única de Naciones Unidas Sobre Estupefacientes define en su Artículo 1º: “e) Por “arbusto de coca” se entiende la planta de cualesquiera especies del género Erythroxilon f) Por “hoja de coca” se entiende la hoja del arbusto de coca, salvo las hojas de las que se haya extraído toda la ecgonina, la cocaína o cualesquiera otros alcaloides de ecgonina”.
Pese a quien pese, la hoja de coca es materia prima insustituible de la cocaína y ésta, fuente del narcotráfico que sume de miseria y muerte a millones de hogares y seres humanos en el mundo y -a pesar del texto constitucional- en el Chapare, Yungas y los territorios invadido por los cocales no se producen hojas de coca “de las que se haya extraído toda la ecgonina, la cocaína o cualesquiera otros alcaloides de ecgonina”.
Ante tal abundancia, la industria del narcotráfico se frota las manos.
Brasil, en puertas a la realización del Mundial de Fútbol de 2014 y posteriores Juegos Olímpicos de 2016, ha puesto el acelerador para combatir el flujo de cocaína desde Bolivia hacia las favelas de Rio de Janeiro, San Pablo y los territorios vecinos a la frontera gestionados por grandes inversionistas que mejoran el rendimiento de la materia prima; sofistican su transporte; convierten el sulfato base en clorhidrato; inyectan capitales de operación; administran y reclutan personal y desarrollan líneas internacionales de exportación, a despecho de los Ministros bolivianos quienes juran y perjuran que los cárteles internacionales no existen en territorio nacional.
El gigante amazónico, apurado por la inseguridad ciudadana que amenaza con echar al traste sus esfuerzos deportivos, ofrece cada vez más perentoriamente, su apoyo para combatir el narcotráfico mientras observa incómodo que en los “laboratorios” de San Julián, San Germán o Yapacaní sólo aparecen dos o tres despistados “masca- coca” cuyos cerebros embotados apenas recuerdan sus propios nombres.
¡De los cárteles, jefes y peces gordos, ni una huella y el Chapare no se toca!
En cambio, se ensayan estentóreas incursiones en los colegios y escuelas para “descubrir” las redes del microtráfico que tiene sus tentáculos desplegados en todo un entramaje de distribuidores que se topan codo a codo con los “investigadores”. ¿Y las escuelas rurales? ¿Quién protege a niños y jóvenes, vecinos de los nuevos propietarios de tierras donde se instalan laboratorios de cristalización?
Frente a las instalaciones de la Gobernación de Santa Cruz, una señora canasta en mano reparte clefa y pitillos a vista y paciencia de los transeúntes. Cerca a cada boliche se venden sobrecitos de diversos precios. En Santa Cruz de la Sierra, individuos con acento vallenato recorren el Tercero, Cuarto y Quinto Anillos para realizar los cobros y engrosar el flujo de cocadólares en la gran lavadora de dinero del contrabando y el comercio informal también constituido por los mercados populares. La industria de la construcción del Chapare crece a pasos gigantescos; en las calles de sus pequeñas poblaciones circulan vehículos de lujo, y asoman antenas parabólicas de los techos sin que tal bonanza tenga correlato con alguna producción industrial, agrícola o de servicios que explique el “boom” del “nuevorriquismo”.
A estas alturas muchos sospechan que los brasileños están a un tris de intervenir directamente en los operativos de interdicción, instalar sus propios sistemas de inteligencia e investigación, garantizar la probidad de jueces y fiscales antidrogas, e invertir recursos económicos para mejorar los sueldos de los funcionarios policiales y judiciales bolivianos ¿alguna semejanza con el pasado?
Entretanto, el gobierno, fiel a los diseños políticos de su “ruta crítica” persiste en acabar con la economía del país que proporciona la mayor cantidad de empleos formales (Santa Cruz), para dar paso un Estado Empleador que secuestre los estómagos ciudadanos con “bonos por votos” en los años electorales que se avecinan. ¿Alcanzará la renta del gas? ¿Habrá otra industria capaz de cubrir las demandas del Socialismo del Siglo XXI que en el caso venezolano lleva consumidos más de setecientos mil millones de dólares?
En lo económico, el gobierno tiene proyectadas en El Chapare, zona cocalera, una planta de urea (abono usado en la agricultura), una fábrica de papel y cartón, una industria láctea, un aeropuerto internacional y una carretera (TIPNIS) que le unirá con la frontera brasileña atravesando el dos veces protegido Territorio Indígena y Parque Natural.
Cosas veredes, Sancho. Ahora nos regalan la Ley de la Madre Tierra cuyo Artículo 7. (DERECHOS DE LA MADRE TIERRA) dice textualmente: I. La Madre Tierra tiene los siguientes derechos: 2. A la diversidad de la vida: Es el derecho a la preservación de la diferenciación y la variedad de los seres que componen la Madre Tierra, sin ser alterados genéticamente ni modificados en su estructura de manera artificial…” Así, la nueva ley -un instrumento más para restar competitividad a la agroindustria cruceña- echa por la borda las esperanzas de que, las hojas de coca, manipulación genética de por medio, puedan ser producidas según estipula la Convención Única de Naciones Unidas sobre Estupefacientes: “de las que se haya extraído toda la ecgonina, la cocaína o cualesquiera otros alcaloides de ecgonina”, y de paso para cumplir con lo proclamado por la C.P.E.: “en su estado natural no es estupefaciente…”
El mundo debe conocer que los bolivianos y bolivianas estamos tan o más confundidos que quienes leen estas señales contradictorias; que somos víctimas -hasta ahora silenciosos- del narcotráfico que parece campearse en medio de una sociedad cómplice. Las redes sociales están todavía abiertas a todos. Expresemos nuestra repulsa mientras sea posible y si alguien se siente “insultado” porque no estamos de acuerdo con el narcotráfico, esperemos que sean sólo aquellos cuyos intereses se vean afectados. Los encargados de combatirlo, que se hagan eco de lo que recomienda Bonaparte a Reveillère Lépaux.

domingo, 21 de octubre de 2012

sale Carlos Mesa del plano estrictamente político y se mete en el intríngulis de la administración evista analizando el importante rol de la Planificación en un Gobierno muy dependiente de su presidente


El Ministerio de Planificación no juega el papel fundamental que debiera, lo que se traduce en un estancamiento dramático de las políticas productivas, un déficit de gestión y el fracaso de proyectos cruciales para el país como el del hierro y el litio. De nada vale contar con una Ministra sensata y con claridad de ideas, si el Ministerio que dirige carece de las alas que requiere para volar
El 22 de agosto de 1963 el presidente Paz Estenssoro creó el ministerio de Planeamiento, cuyo primer titular fue Roberto Jordán Pando. Coincidía con la puesta en marcha del llamado “Plan Decenal”, el primer esfuerzo por definir las líneas maestras de las políticas económicas del Estado boliviano mirando 10 años adelante. Para poder hacerlas efectivas Paz pensó correctamente que se necesitaba un ministerio que ejerciera liderazgo y coordinara tareas con los ministerios del área económica, para hacer efectivo y viable un programa estatal de largo plazo. 
El Ministerio de Planeamiento llevó adelante ese rol a lo largo de 30 años, y marcó con claridad la importancia de la orientación general de las políticas de desarrollo del país. 
Irónicamente, fue el presidente Sánchez de Lozada, que había sido ministro de Planeamiento de Paz Estenssoro (1986-1988), quien eliminó esa cartera para crear en cambio tres “superministerios”: Hacienda y Desarrollo Económico, Desarrollo Humano y Desarrollo Sostenible. La lógica de este nuevo mecanismo nunca se pudo probar porque esos ministerios estuvieron demasiado sujetos a la personalidad de los ministros, pero sobre todo porque el presidente Banzer destruyó ese esquema en 1997 sin dar tiempo a que el modelo de sólo 10 ministerios con el liderazgo de tres, demostrase sus virtudes y defectos. 
Cuando llegué a la presidencia enfrenté una tensión muy clara entre la lógica del Ministerio de Hacienda y la del de Desarrollo Económico, aguda por la grave recesión económica que aún sufríamos y el alto déficit fiscal que heredamos. La contradicción mayor era tener el Viceministerio de Inversión Pública bajo el mando de Hacienda. Esto cortaba los brazos a Desarrollo Económico y su visión productiva basada en la inversión. La tarea del Ministro de Hacienda —lograr el equilibrio fiscal— bloqueaba las opciones de un programa económico de recuperación productiva y estrategias de dinamización que interpretaba sólo como gasto. Al tener en la mano las decisiones sobre la inversión, era muy difícil llevar adelante nuestro ambicioso programa de febrero de 2004. Adicionalmente, me quedó claro que se necesitaba recuperar una banca estatal de fomento. Hacienda subrayaba el trauma de bancos de fomento que dilapidaron en el pasado importantísimos recursos fiscales. No era argumento suficiente. Una nueva banca de desarrollo era y es un imperativo nacional. 
Enfrenté dos problemas. El primero, la hostilidad del Congreso que me hubiese bloqueado un proyecto de ley para modificar la estructura del Ejecutivo, y el segundo, la prioridad de la austeridad y la recuperación del equilibrio macroeconómico. Entendí que la reducción del déficit bien valía una misa. El resultado final fue la reducción del déficit fiscal de 8,1 (oct. 2003) a 2,8 (junio 2005) y el comienzo de una razonable curva de recuperación productiva. 
Cuando el 22 de enero de 2006 el presidente Morales recuperó el Ministerio de Planeamiento, hizo lo correcto, sobre todo tratándose de un gobierno que volvía a concebir un rol dominante del Estado en el manejo de la economía. Sin embargo, los hechos no fueron de la mano. Viviana Caro es, qué duda cabe, una de las mejores y más inteligentes ministras de Morales, pero su influencia como cabeza de la planificación estatal es limitada. Los objetivos de su Ministerio son: ser “rector de la planificación integral, inversión y financiamiento; con la misión de garantizar el cumplimiento del Plan de Desarrollo Económico y Social”. El problema es que las tareas encargadas no están respaldadas por los instrumentos para cumplirlas. Lo más importante es que el Ministerio sea realmente cabeza del área económica con capacidad de liderazgo y de coordinación. En los hechos esto no ocurre por tres razones. La primera, la personalidad del Primer Mandatario que no cede capacidad real de decisión a la mayor parte de su gabinete, y en particular a Planificación. La segunda, el liderazgo de la política económica productiva, sobre todo en las grandes negociaciones internacionales, ha estado en manos de la Vicepresidencia, a partir de las nuevas atribuciones que la Constitución le da como parte del Poder Ejecutivo (art. 174. 4) de “coadyuvar con el (la) Presidente (a) en la dirección de la política general del gobierno”. La tercera, en los hechos el Ministerio de Finanzas sigue cumpliendo el mismo rol que cumplía en los gobiernos anteriores, esto es, ser rector y cabeza del sector económico. Es en realidad el Ministerio no político más poderoso del Gobierno. 
Por eso el Ministerio de Planificación no juega el papel fundamental que debiera, lo que se traduce en un estancamiento dramático de las políticas productivas, un déficit de gestión y el fracaso de proyectos cruciales para el país como el del hierro y el litio. De nada vale contar con una Ministra sensata y con claridad de ideas, si el Ministerio que dirige carece de las alas que requiere para volar. 

viernes, 12 de octubre de 2012

Texto con que la Conferencia Episcopal daba cuenta del fallecimiento de Gregorio y de su obra en Bolivia a través de los años que vivió entre nosotros.


Aproximadamente hace unos 25 minutos ha partido a la casa del Padre el sacerdote Oblato Gregorio Iriarte, debido a su delicado estado de salud. Sus restos serán velados hoy jueves  por la noche a partir de las 21:00 y mañana viernes en el salón principal del Arzobispado de Cochabamba.
La misa de cuerpo presente será el día sábado a las 10:00 de la mañana en la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis de Cochabamba.

P. Gregorio Iriarte
El Padre Gregorio Iriarte —sacerdote de la Congregación de los Oblatos de María Inmaculada— llegó a Bolivia en el 1964, es decir, hace 48 años. Su primera responsabilidad fue la de ser Director de Radio Pío XII, en el distrito minero de Siglo XX, en el Norte de Potosí.
Los años 1964 al 1966, fueron de gran tensión política y humana, vivían tiempos de la “GUERRA FRIA”, tratando de superar los enfrentamientos entre la Iglesia Católica, el trabajo pastoral y la desconfianza de los mineros que sentían que la radio lucharía en contra de las reivindicaciones sociales y económicas de los mineros.
Estando en Radio Pío XII, Gregorio inicia una Campaña de alfabetización radiofónica y junto a Radio San Gabriel y FIDES en La Paz, San Rafael en Cochabamba, Loyola en Sucre, en 1967 funda la Asociación de Educación Radiofónica de Bolivia (ERBOL), que hasta el día de hoy sigue en la línea de la educación y la comunicación popular.
En mayo de 1967 el gobierno procede a la rebaja salarial de los mineros e impone el Plan Triangular con el propósito de rehabilitar la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) con participación de Estados Unidos a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Alemania Federal para diversificar los productos, implementar proyectos de exploración de nuevos yacimientos mineralógicos y ejecutar una racionalización administrativa, sin haber logrado el objetivo.
La aplicación de la medida gubernamental provocó una persecución sañuda de los dirigentes mineros. Federico Escóbar, uno de los principales dirigentes del Sindicato de Trabajadores Mineros de Siglo XX, fue a buscar refugio en la Parroquia de los padres Oblatos, pero Gregorio presentía que la parroquia iría a ser allanada por los militares acantonados en el cuartel de Uncía.
Gregorio encontró una solución, la de sacar documentos falsos de identidad y a las prisas salir con el Jeep por la carretera, tuvo que recurrir al engaño hasta llegar a territorio chileno. Gregorio recuerda que Federico le escribía unas cartas muy cariñosas con recomendaciones para su familia, porque que sus hijos eran de corta edad.
A raíz la guerrilla del Che Guevara en Ñancahuazú, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) creía que la retaguardia de la guerrilla estaba en los distritos mineros, y en esas circunstancias ocurre la trágica “noche de San Juan”. Gregorio recuerda que el suceso le queda grabado en el subconsciente, sobre todo, la visita que hizo a la morgue. Encontró 26 cadáveres, uno solo era de un minero, los demás campesinos, niños y mujeres.
Ante la rebaja de los salarios, —hecho que desanimó grandemente a los mineros— surgió la necesidad de crear cooperativas de vivienda, tanto en Cochabamba como en La Paz de la que fue el promotor el P. Gregorio que logró un crédito internacional que permitió construir 148 viviendas en El Alto (La Paz) y 132 en Cochabamba, en el Barrio El Carmen.
Asimismo, en su labor desinteresada y altruista organizó la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Siglo XX, organizó el Instituto de Mecanografía con disponibilidad e 6 máquinas de escribir. En La Paz colaboró en la organización de la Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL). (Del editor. La cooperativa de Ahorro y Crédito Pio XII limitada había sido organizada años antes siendo nuestro editor su Primer Presidente del Consejo de Administración 1963)
En plena dictadura militar de Hugo Banzer Suarez cuando se imponía por la fuerza la represión, tortura, exilio, libertad de expresión conculcada, Gregorio participa de la fundación de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia. Contribuye en la creación de la Unión Nacional de Instituciones de Acción Social (UNITAS). Junto al Padre Julio Tumiri organiza Cursos de Fomento Cooperativo.
Asimismo, siempre en la época de la dictadura militar, apoya en la organización de la histórica “huelga de hambre” de las mujeres mineras, que pedían la restitución de la democracia, la libertad de los detenidos, el retorno de los exiliados y la convocatoria a elecciones presidenciales, habiendo sido tomado preso.
En el Gobierno democrático de Lidia Gueiler (1981) Marcelo Quiroga Santa Cruz era amenazado y atemorizado por la cúpula militar al mando del general Luís García Meza, es esa ocasión Gregorio recuerda que fue a la casa del dirigente del partido socialista para ofrecerle refugio en la casa de los padres Oblatos, tal que fueron compañeros de habitación durante tres meses.
El 17 de julio de 1981, día del Golpe Militar de Luís García Meza en el que asesinan a Marcelo Quiroga, recuerda Gregorio que no estaba de acuerdo para que asista a la reunión convocada por la Central Obrera Boliviana. Insistió en ir, y ya el país conoce de su trágico asesinato. Cuando el Gobierno se enteró que Gregorio había escondido a Marcelo en su domicilio, le ordenaron abandonar el país.
En tiempos de la dictadura militar, Gregorio escribió publicaciones de denuncia como la “Masacre del Valle”, “El delito de ser periodista”, “La Huelga de Hambre”, “El Fraude Electoral” en el que se recogen testimonios de la represión y la muerte de ciudadanos bolivianos que defendían la democracia y la defensa de la dignidad de las personas.
En la ciudad de Cochabamba logró organizar el Instituto de Teología a Distancia, asimismo, gestionó una colaboración económica para adquirir una casa destinada a la Vida Religiosa en la calle Calama, contribuyo en la organización de la Cooperativa de viajes Lauretana a disposición de la Iglesia local.
La actividad académica también fue su pasión, siendo docente del Instituto Superior de Estudios Teológicos, Universidad Católica Boliviana durante 25 años administrando la materia de “Análisis crítico de la realidad”, “Moral social”, “Formación de la conciencia crítica” y “Formación en valores”
Durante 6 años dictó cursos sobre Análisis crítico de la realidad en la Escuela de Altos Estudios Militares, a largo de su actividad académica y pastoral dio charlas a maestros, estudiantes, religiosos-religiosas y seminaristas con un espíritu emprendedor y altruista comunicando la Doctrina Social de la Iglesia y los valores cristianos y evangélicos.
Es columnista del periódica OPINIÓN desde hace 20 años y a la fecha tiene unos 30 libros publicados sobre diferentes temas, el principal se denomina Análisis Crítico de Realidad Boliviana que se edita cada año con datos que se actualizan permanentemente, habiendo alcanzado a 17 ediciones que sirven de guía para la elaboración de trabajos de investigación en los espacios académicos.
Esta es una breve semblanza del aporte del P. Gregorio Iriarte a Bolivia, su segunda patria que le dio la oportunidad de realizar estas iniciativas desde una mirada crítica al contexto social, político y económico del país, al que le tomó el pulso a través de sus escritos, orientando y ofreciendo líneas de acción que permitan recuperar las ilusiones y las esperanzas para vivir en justicia, libertad, democracia, respeto por la dignidad y los derechos humanos de los bolivianos que buscan mejores condiciones de vida en todos los sectores de la sociedad. ( Por Constantino Rojas Burgos)

lunes, 8 de octubre de 2012

valioso documento de Loayza Zegarra publicado por ANF referido a los 30 años de democracia recuperada con 10 presidentes diversos. merece un digno espacio en nuestro archivo histórico


Por JAIME LOAYZA ZEGARRA
La Paz, 8 Oct. (ANF) - El fin de los regímenes dictatoriales, el surgimiento del “neoliberalismo”, la vigencia de los gobiernos populares de izquierda, la necesidad de una democracia participativa, el fin de los gobiernos tradicionales y las coaliciones políticas, además de la creación del el Estado Plurinacional, el posicionamiento del “evismo” y el control de los poderes del Estado por el Gobierno marcan, este 10 de octubre, los 30 años de democracia en Bolivia.
Desde que Hernán Siles y Jaime Paz Zamora tomaron posesión de la presidencia y vicepresidencia de la otrora República en 1982, Bolivia vivió tres décadas de democracia ininterrumpida, durante las cuales el protagonista de los cambios sociales, políticos y económicos fue y es el gobierno de turno, que en cada periodo se encargaron de aplicar “políticas trascendentales” vía coalición, imposición y mayoría en el Legislativo en desmedro de diferentes sectores sociales, sindicalizados y de oposición política.
Durante los últimos diez años, Bolivia sufrió grandes cambios, ya que la clase política tradicional que puso en vigencia la democracia representativa fue reemplazada mediante el voto de pueblo en las urnas. Así se afianzó la democracia participativa plurinacional, que empezó tras las elecciones de 2002 y se consolidó en los comicios generales de diciembre de 2006, donde el MAS logró una votación mayoritaria del 64 por ciento, situación que le permitió cambiar las estructuras y el funcionamiento del Estado.
Tras 20 años del “modelo neoliber”al impuesto por Víctor Paz Estenssoro mediante el decreto 21060, el MAS buscó la manera de poner en vigencia un Estado “socialista comunitario”. Para ello se encargó de “recuperar” Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), ENTEL, la  Empresas Nacional de Electricidad (ENDE) y diferentes empresas denominadas estratégicas, pero no logró la descentralización del poder mediante las autonomías departamentales, tarea que aún se encuentra en proceso de ejecución.
El estigma del sometimiento de los poderes Legislativo, Judicial y Electoral marcó una constante en los dos decenios previos, durante los cuales el país tuvo ocho presidentes y se produjo una de las mayores crisis sociales que aceleró una renovación del escenario político partidario, después de las jornadas de violencia extrema producidas en octubre de 2003 y la asunción del MAS al poder.
Las tareas y programas ejecutados por los gobiernos de Paz Estenssoro, Paz Zamora, Gonzalo Sánchez de Lozada, Hugo Banzer Suárez, Carlos Mesa, entre los más representativos, fueron rechazadas por el Gobierno de Evo Morales, mediante acalorados discursos de borrón y cuenta nueva desde enero de 2006, logró aprobar una nueva Constitución Política del Estado en la Asamblea Constituyente (2006-2007) y, luego de sufrir más de 100 modificaciones, en un referéndum nacional, con lo que quedó en el pasado la República de Bolivia para dar paso al Estado Plurinacional y una nueva propuesta de país “socialista comunitario indigenista”, que ampara, tolera y fomenta el capitalismo.
A partir de la asunción del “masismo”, la democracia se concibe desde la óptica del poder de los movimientos sociales, campesino, obrero y cooperativista, dentro de los cuales tienen una gran influencia los cocaleros de las seis federaciones de Cochabamba, organización de la que el mandatario Evo Morales es su presidente, y está a punto de consolidar la legalización de 20.000 hectáreas de coca en La Paz y Cochabamba, posición que le valió una serie de críticas no sólo de la oposición política, sino también de Estados Unidos que aplazó a Bolivia en la lucha antidroga frente a la aprobación otorgada por la Unión Europea.
UNA CONSTANTE
En tiempos de los gobiernos populares de izquierda, neoliberales y del cambio, los bullados casos de corrupción y el estigma del narcotráfico fueron siempre la constante, al igual que las violaciones a los derechos humanos, en desmedro de los más débiles, y la libertad de prensa, donde los periodistas fueron blanco de ataques, represalias y hostigamiento, una figura que se mantiene desde los regímenes dictatoriales, demócratas y en la actualidad, pues ocurre con el proceso instaurado por el Gobierno contra tres medios de prensa acusados de incitar al racismo y la discriminación en contra del presidente Evo Morales.
A esta situación se suma la exclusión social en la que vivieron los pueblos indígenas del oriente, que a pesar de la Marcha por la Vida durante el gobierno de Jaime Paz Zamora y el reconocimiento del Estado, no lograron ser incorporados al desarrollo. La octava marcha en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) puso en aprietos al Gobierno del MAS en su discurso de respeto a la Madre Tierra y a los indígenas. A pesar de haber aprobado una Ley Corta de intangibilidad tras la violenta intervención en Chaparina, el Gobierno continuó con su plan de construir una carretera por medio del TIPNIS para unir a Cochabamba con el Beni.
MEJORA DE MECANISMOS DE PARTICIPACIÓN
Para el vicepresidente Álvaro García Linera, este 30 aniversario de la democracia constituye una fecha histórica para los bolivianos porque, gracias a la lucha de trabajadores, campesinos, indígenas y obreros, durante estos años se produjo un constante proceso de superación, crecimiento y profundización del régimen democrático, pues se pasó de una democracia representativa a una participativa y “crecientemente comunitaria”, donde la sociedad local, regional y departamental asume el control de las decisiones y el destino del país. “No cabe duda que estamos ante un proceso de permanente profundización de la democracia”, dijo.
“La democracia entendida como participación de uno en la toma de decisiones sobre lo público, sobre lo común, son 30 años que nuestro país ha ido mejorando sus mecanismos de participación del pueblo de toma de decisiones de construcción de lo común, de lo comunitario, de lo universal, entonces es una fecha que debe ser celebrada. Como Gobierno estamos preparando un conjunto de actos, pero vale la pena referirse a esta fecha a nueve días”, declaró.
PODER COCALERO Y COOPERATIVISTA
Diferentes analistas políticos y sociales acusan al gobierno de Víctor Paz Estenssoro de marcar el inicio del fortalecimiento cocalero en el trópico de Cochabamba tras la relocalización de las minas que dejó a un “ejército” de mineros asalariados desempleados obligados a cultivar coca para mantener a sus familias, situación que también dio lugar a la expansión de los cooperativistas mineros, aliados de los gobiernos pasados en busca de réditos sectoriales y ahora del MAS, sector que puso en tela de juicio la política de estatización de los minerales.
El narcotráfico se ha constituido en uno de los mayores problemas que tiene el país al igual que la falta de inversiones para el desarrollo industrial debido a la falta de seguridad jurídica y políticas de fomento.
DIEZ GOBIERNOS EN DEMOCRACIA
Hernán Siles Suazo llegó al poder en 1982-985 con la Unidad Democrática Popular (UDP), cuya gestión soportó una adversa situación económica y política debido a una hiperinflación, que obligó a Siles  a recortar su mandato.
Víctor Paz Estenssoro (1985-1989) impulsó políticas económicas de carácter neoliberal, establecidas mediante el Decreto Supremo 21060, que logró en ese tiempo estabilizar el país, sanear la economía, pero con un alto costo social, pues miles de mineros dependientes de la Corporación Minera Boliviana (Comibol) fueron relocalizados.
Jaime Paz Zamora (1989-1993) del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que salió tercero en las elecciones de 1989, logró la primera magistratura con el apoyo de Acción Democrática Nacionalista (ADN) de Hugo Banzer. Abogó por el uso medicinal de la coca en diferentes países de Europa, pero su gobierno quedó marcado por la sindicaciones de los “narcovínculos”.
Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997) y (2002-2003), con el MNR, impuso en su primera gestión la capitalización de las empresas estratégicas del país, bajo el argumento de que los bolivianos que no sabían administrar las entidades estatales, y puso en vigencia la Ley de Participación Popular. En su segundo mandato no pudo imponer el “impuestazo al salario” ni logró vender gas natural a Estados Unidos por Chile, cuyo intento causó una gran revuelta popular que aceleró en octubre de 2003 su salida del poder.
El general Hugo Banzer (1997-2001) llegó a la presidencia en alianza con el MIR. Su principal medida de Gobierno fue la erradicación de hoja de coca en el trópico de Cochabamba y los constantes enfrentamientos con los cocaleros liderados por Evo Morales. Se vio obligado a dejar el poder a causa de un cáncer terminal.
Jorge Quiroga presidente en 2001-2002 logró una popularidad de más del 70 por ciento, dio continuidad a la política de lucha contra el narcotráfico, “Plan Dignidad”, y desarrolló un combate contra la inseguridad ciudadana. En su gestión se puso fin a la banda delictiva del teniente coronel Blas Valencia del caso Prosegur. Su error fue no renovar los cuadros políticos de la agrupación ciudadana “Podemos” lo que le quitó decenas de miles de votos en las elecciones generales de 2005.
Carlos Mesa (2003-2005) juro como presidente tras la caída de Sánchez de Lozada. Su gestión se caracterizó por su debilidad en el Congreso Nacional a la hora de tomar decisiones. Aprobó el decreto de amnistía para los dirigentes sociales que protagonizaron “octubre negro” y convocó al referéndum del gas. Renunció en tres oportunidades, decisión que se hizo efectiva el 2005, por lo que Eduardo Rodríguez Veltzé asumió la presidencia y convocó a elecciones.
Evo Morales (2006-2012) ganó dos elecciones seguidas y un referéndum revocatorio con amplía mayoría. En su primer mandato “nacionalizó los hidrocarburos”, puso en vigencia la nueva Constitución y en su segundo mandato trabaja en la aprobación de 100 leyes para consolidar el Estado Plurinacional. Su gestión está marcada por los enfrentamientos entre mineros asalariados y cooperativistas y el fallido intento de elevar el precio de la gasolina.